Arrecife de Juan Villoro.
Lo que empieza siendo un relato de flirteo y enaguas acaba convirtiéndose en un misterio de asesinato que a las pocas decenas de páginas hace aguas en aguas mexicanas. Desarrollo disperso y artificial, con frases que extienden los brazos para intentar dar golpes en la mesa cada cuatro o cinco líneas. Aburrimiento atlántico que requiere un esfuerzo atlético para seguir adelante. Supongo que Villoro tendrá libros mejores. Habrá que culpar a la escasez de la biblioteca o a las preferencias literarias de los empleados. Quedó arretificial esto.
Luisa Carnés: Tea Rooms
Hace 9 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario