28 de septiembre de 2014

l mstr y Mrgt

El maestro y Margarita de Mijaíl Bulgákov.

Leí 260 páginas y me sacié. Mijaíl es una máquina expendedora de nombres rusos, cada personaje con sus dos nombres de pila + apellido. Ardua tarea recordar los nombres de los personajes. De mal escritor me parece designar a los personajes como te apetezca en cada momento, por ejemplo: unas veces dice "el procurador" y otras veces dice su nombre, en cuestión de unas líneas, lo que lleva a confusiones y genera interferencias narrativas innecesarias. De mal escritor me parece la brusquedad de los saltos entre escenas, así como la irrelevancia que impera en muchas de ellas (paja pajovich). De mal escritor me parece la desaparición de personajes supuestamente importantes y su posterior aparición repentina fuera de lugar (un poco más de sutileza no hubiera venido mal). La idea de la materialización del diablo y cómo éste juega con las personas me parece buena, pero apenas coge intensidad, ni está al servicio de ninguna idea más trascendente, es más, sucede lo contrario, poco a poco el autor se va dispersando y la idea inicial se desintegra en un mar de paja pajovich. Es cierto que hay algo de crítica al comunismo y alguna cuestión sobre la realidad, lo inverosímil, la verdad, pero tampoco acaba de espesar (no percibo la concreción). Los toques surrealistas le dan cierta frescura al texto y generan un ambiente fantástico-nebuloso interesante, el problema es que esa atmósfera se expande en exceso y se convierte en dispersión. No soporto llevar medio libro leído y no haber encontrado nada plausible (se aceptan iluminaciones argumentadas puesto que estamos abiertos a aprender).

25 de septiembre de 2014

Occidente al desnudo

Plataforma de Michel Houellebecq.

Aventuras y desventuras de Michel, disfrazado de turista o de ciudadano francés, con la chorra al aire la mitad de las veces. Crítica a la decadencia de la sociedad occidental, recalcando el deterioro de las relaciones personales y la insatisfacción sexual. El narrador en primera persona hace turismo sexual en Tailandia, representando al occidental medio: alguien que se sabe decadente, que es consciente de que hay algo indigno en su conducta hedonista y consumista ya que se aprovecha de las desigualdades para disfrutar, pero que es incapaz de cambiar o de sentirse afectado por la injusticia. El autor nos viene a decir que el occidental actual es insolidario y poco humanitario y que ser así se la suda. Si bien el texto es demasiado efectista, con escenas de sexo que buscan poner cachondo al lector y satisfacer fantasías ocultas, hay varias ideas bastante interesantes. Houellebecq defiende la apertura sexual, critica la hipocresía occidental respecto a los culos, las pollas y las tetas, y propone un intercambio global, de fórmula: [occidentales que lo tienen todo, pero están insatisfechos sexualmente + pobres que lo único que pueden hacer es vender su cuerpo = turismo sexual]. Agitando conciencias y excitando al personal con un estilo que no tiene nada del otro mundo pero que te lees encantado, Michel nos deja un libro más que aceptable.

22 de septiembre de 2014

Un puffle

Navidad y Matanza de Carlos Labbé.

Me limité a leer 60 páginas (algo más de 1/3 del libro). Aburrimiento y dificultad para conectar con el texto. Parece un trabalenguas alargado. Es una novela que busca generar una atmósfera enrarecida presentando varios elementos de forma ambigua (el hadón, los personajes, los saltos temporales, la pieza...) y otros tantos explícitamente (un laboratorio, un experimento...) con el fin de que la mezcla transmita fragancias bizarras. El problema es que la ambigüedad se convierte en niebla porque el autor no la maneja de forma sutil. Hay una concatenación de ideas, personajes, fechas, situaciones, que se indigestan rápidamente. Resumen de las deficiencias del texto en una cita: "Montes nos pediría que diéramos por terminado nuestro pasatiempo. Ya no le haría gracia la historia de la niña y el padre que se bañan en el mar mientras les roban las toallas, porque detectaron las apariciones primero de Edgar Lee Masters y de Real –coincidencias al principio, fueron las conjeturas– y luego del hadón y de los Vivar como una protesta rabiosamente explícita de nuestra parte por el mutismo de Sábado, que permanecía encerrada en su pieza desde hacía más de un mes". Batiburrillo de ideas y personajes, construcción sintáctica dudosa, ambigüedad... y eso aparece al principio, sin un desarrollo previo que al menos permita al lector intuir por dónde van las referencias. Otra cita más, por gusto: "Montes padre comprobaba cómo nosotros [...] respondíamos a su hipótesis de desintegración. Por eso había dejado que jugáramos a esa estupidez de la novela por email, incluso aunque habláramos pestes de él creyendo que nuestras casillas eran de acceso personal y privado. La subjetividad de cada cual se comprometería más en una creación literaria que en el trabajo de síntesis del hadón". Muy ambiguo. Buscando despertar interés en el lector a través de una ocultación de información que muestra muy pocos recursos. Luego los capítulos cambian de número a su antojo (1, 2, 7...) como si hubiera capítulos que no se presentaran al lector (¡dios mío qué original y postmoderno!). En internet algunos dicen que todo es un puzle, que hay que juntar las piezas y descifrar qué es real y qué no. Bueno... jueguitos de ese tipo hay muchos y éste no es uno de los más afortunados. Otro recurso algo pobre es el de acabar los capítulos con frases efectistas que en ningún momento aportan algo al conjunto: "Él encendió el auto y voló rumbo a la carretera. Allí donde tanto anida la muerte". He llegado a leer que este escritor es el nuevo Bolaño y uno de los autores postmodernos más prometedores de Sudamérica. Esperemos que aparezca algo mejor por aquellas tierras.

Taoism

Taoísmo de Alan Watts.

Bien tirando a normal. Se va por las ramas y le da demasiado pensamiento a algunas ideas.

18 de septiembre de 2014

Literatura Trieste

La isla de Giani Stuparich.

Un joven y su padre enfermo visitan la isla, el templo de sus raíces, foco de los recuerdos más placenteros, tejido de una melancolía dulce. Sólo voy a criticar lo expuesto en la página 41 cuando dice "era la primera vez que percibía en las palabras de su padre como una amargura, una nostalgia de las cosas pasadas y perdidas", puesto que pone insistencia en despertar una emoción que el lector ya lleva masticando un rato, ya que toda la narración cuenta con ese toque melancólico. Ese comentario, en ese punto tan avanzado del texto, chirría ligeramente. También voy a criticar algunas palabrejas que se marcan los traductores como "circunnavegándola", "motonave" o "mesticia", que pueden ser correctas, pero suenan demasiado alejadas de la sencillez que prima en todo el relato (quizás sea culpa del original). Por lo demás, todo bien... Un texto que se limita a la dimensión emocional y a indagar en los lazos paternofiliales. No es una bacanal literaria, pero para sus pretensiones, está muy bien hecho. La sencillez de la prosa encaja perfectamente con los recuerdos y consigue exaltar, de forma muy suave, el valor de lo sencillo. Buen libro.

15 de septiembre de 2014

De ol man an de sí

El viejo y el mar de Ernest Hemingway.

Un viejo sale a pescar en una barca y un pez se queda enganchado en la caña. El viejo se deja llevar por el pez unos días hasta que consigue atraparlo. Y eso es todo, minimalista en cuerpo y alma. El viejo quiere conseguir el pez a toda costa, pero su edad no se lo permite (aunque al final lo atrapa). Hemingway podría estar planteando una parábola, metáfora, analogía, sobre el inexorable paso del tiempo, la alienación de la vejez, la ambición que está fuera de nuestro alcance, la imagen social (el viejo lleva mucho tiempo saliendo a pescar sin obtener nada y ese pez levantaría su estatus entre los pescadores), la supervivencia, la fe (el viejo no ve al pez, pero cree que va a poder sacarlo del agua), etc. En definitiva, es un texto con altas dosis de ambigüedad, que permite múltiples interpretaciones. Siempre he desconfiado de este tipo de libros, puesto que no requieren demasiada reflexión conceptual por parte del autor y crecen en valor gracias a la tendencia del lector a atribuir significado. No es un mal libro, pero tanto como para considerarlo una obra maestra...

11 de septiembre de 2014

Cooltureta

Ángeles rebeldes de Robertson Davies.

AK-47 le llaman... metralleta de figuras históricas y referencias bíblicas: "actividad epistolar de la cancillería papal de Pablo III", etc., "Hermes", "Rabelais", "Paracelso", "Pitágoras", etc. Literatura cultureta con destellos de name-dropping (término que utiliza la gente guay para referirse al uso de nombres importantes con el objetivo de realzar el estatus o la autoridad de un discurso). Se me entumece el cerebro. Hay detalles en la narración que gritan que es una obra de ficción, pequeñas grietas en la piel que revelan al cyborg. Chirridos: un personaje apenas conoce a una mujer pero dice "ella sabe gobernar su vida y superará lo suyo"; una estudiante de la universidad que es brillantísima no tiene habitación propia y duerme en el sofá, por lo que deduzco que hace los trabajos y estudia tumbada en el chaise longue (término francés muy chuli); la personalidad del tal Parlabane es poco creíble, le falta solidez. Los ángeles rebeldes son las personas que "revelan secretos del cielo" y por ello Dios los expulsó. Esto funciona como analogía de los profesores universitarios (y académicos en general) que luchan para que la humanidad avance pero viven algo alienados respecto a la sociedad. Sinceramente, a mí me ha parecido una novela estilo Dan Brown, pero algo más sofisticada en su narración y con innumerables guiños high culture (esta va dedicada a los amigos de la ceja alta). Texto normalito que por sus ganas evidentes de conectar con un público de magnitud intelectual pierde puntos y tendrá que presentarse en otra convocatoria (ya no hay plazas para la de septiembre).

8 de septiembre de 2014

El once inicial de la soledad

Once maneras de sentirse solo de Richard Yates.

Once relatos (no podía ser de otra manera) que intentan exprimir al máximo un fruto llamado soledad. Me ha parecido un buen libro, prosa sencilla y efectiva, con una variedad interesante de personajes y situaciones y dejando buen sabor de boca tras la lectura. Destacar que no hay tanta irregularidad entre la calidad de los relatos (como suele ser habitual en este tipo de libros), todos tienen algún punto fuerte y comparten intensidad y cierta cercanía cromática. El relato La construcción es el mejor con diferencia: describe el trabajo de escritor e indaga en el proceso creativo de cómo construir relatos. Bastante calidad. El resto de relatos están bien, aunque no alcanzan la excelencia de éste último.

4 de septiembre de 2014

Ulán Bator

Guía de Mongolia de Svetislav Basara.

Realidad y ficción, vigilia y sueño. Intento de solapar ambas dimensiones, al mismo tiempo que se pregunta a sí mismo sobre su existencia, la fe, el alma, la muerte... todo esto a lo loco, sin orden y con toques surrealistas. Mongolia viene a ser el espacio donde se juntan los vivos y los muertos. Cita que resume el tono del libro: "en el mundo existen únicamente dos cosas: el humor y el horror". Las ideas, en general, me parecieron algo excéntricas, paranoias personales del autor, poca rigurosidad a la hora de brindar un razonamiento sólido. La estructura resulta algo aleatoria, los contenidos van apareciendo sin demasiada precisión. Cita que resume el libro: "no es bueno tomarse en serio ni la realidad ni el sueño". Critica a la política, a la religión, al progreso... Me parece un texto demasiado disparatado, inestable, donde todo está colgando, palabras cual ropa en tendedero.

1 de septiembre de 2014

La vieja'l visillo

Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.

Le eché un par de huevos y llegué hasta la página 336 de 504. Una vocecita, desde atrás (la parienta), me decía: "ya que estás ahí, acábalo" (la misma vocecita que al cogerlo me advirtió: "te va a parecer un coñazo"). Imposible terminarlo. Y mira que las primeras 100 páginas me parecieron muy buenas. Un estilo muy fluido, con una conexión muy suave entre el hilo principal y las digresiones y una fragancia poética bastante agradable. Algo confuso el tema de los nombres, pero entiendo que el fin es representar esa herencia y esos lazos familiares que intentan sobrevivir al tiempo. Creo que el texto arranca con mucha magia y un halo poético deslumbrante (el aislamiento de Macondo, los gitanos trayendo inventos, la ciencia que no llega al lugar, etc.), pero esa magia se va difuminando poco a poco con el entramado familiar que plantea el autor y la inundación de guerra y política. De repente todo se centra en el ir y venir de los personajes, sus relaciones, sus hijos, el primo, la madre que lo parió... y lo poético/mágico apenas tiene rendijas para dejarse ver entre tanto marujeo. No sé si la idea es que la magia desaparece con la llegada de la guerra y la política, pero eso no justifica el aburrimiento que produce. Es una obra bien escrita, con un manejo excelente de la digresión y de otros recursos narrativos, pero más allá de ese árbol genealógico hecho literatura, no percibo nada más. ¿La soledad? ¿La soledad qué? ¿Dónde?