20 de mayo de 2024

Alma atonal

Body & Soul
de Frank Conroy.

Tanto la reseña como la novela que nos ocupan hoy las podría haber escrito Arnold Schönberg.

Bildungsroman/coming of age en la que un genio musical desarrolla su talento gracias a la ayuda del dueño de una tienda de música.

El comienzo de la historia es magnífico. Conroy logra que conectemos con el personaje del niño y su acercamiento al tema de la música toca las teclas adecuadas.

Que levante la mano el que quiera hacer dodecafonismo literario.

A las 150 páginas la novela empieza a hacerse repetitiva; se convierte en un curso intensivo de teoría musical un tanto laborioso, sobre todo por la ausencia de incidentes interesantes.

A las 303 lo dejo. 303/447. Edición en inglés de Hamish Hamilton.

Estas reseñas son un campo abierto para probar todo tipo de cosas, ¿eh Arnold? Aunque al final todo se quede en un juego inofensivo.

La mayor virtud de esta novela es el respeto y la delicadeza con la que trata la música. Su mayor defecto es que las disonancias son demasiado prominentes. ¿Paradójico?

Sobran descripciones y los personajes no logran convencer del todo. El tema es apasionante, pero se presenta de una manera algo fría y distante. La indolencia sostenida del niño acaba contaminando al texto.

El desarrollo le parecerá lento hasta a una persona que esté metida en temas de música (guiño). Imagino que a alguien sin estos intereses le resultará muy aburrida.

Curioso que el protagonista critique la falta de feeling de la música atonal de Schönberg y el libro sea tan arnoldino.

Y doce.

17 de mayo de 2024

Ni verde ni azul

Sóniechka
de Liudmila Ulítskaya.

Una lectora empedernida que trabaja de bibliotecaria se casa con un pintor en la época de la Segunda Guerra Mundial.

Prosa correcta, historia con buen ritmo y con algunos giros interesantes. No es una obra que agite la conciencia, pero sí demuestra lo que puede hacer una escritora competente con pocos elementos.

Deja un halo melancólico e ilumina un rincón en el que se llega a la felicidad a través de la sencillez, algo que, como sugiere la novela, quizá sólo esté al alcance de los grandes lectores como Sonia.

La protagonista es un ejemplo de integridad, pues en ningún momento permite que el odio se apodere de ella, aceptando que su marido sea feliz con gran empatía y mostrándose siempre agradecida por su vida.

15 de mayo de 2024

Monotonismo

El reino
de Emmanuel Carrère.

Emmanuel descubre la fe con 33 años y comparte todo el proceso. El prólogo y la primera parte, aunque son algo repetitivas, entretienen moderadamente.

La parte II es harina de otro costal, ya que el autor empieza a hablar exclusivamente de religión, alejándose de los elementos personales que le daban vidilla al texto y la cosa se complica.

Cuando el contenido autobiográfico desaparece casi por completo, el texto se convierte en una travesía por el desierto del cristianismo que sólo puede ser disfrutada por un creyente o alguien con intereses religiosos.

Alrededor de la página 150 empiezo a tirar diagonales a ver si aparece algo sugerente y para mi asombro, todo se limita a ser una relectura de la Biblia con muy pocos aspectos actuales y con poca conexión con la voz que narra.

Acaba siendo una experiencia religiosa en el sentido más literal y soporífero. Una loa monótona al monoteísmo.

13 de mayo de 2024

Cacaos maravillaos

La estación del caos
de Wole Soyinka.

Desde el comienzo sospecho que la traducción no es la mejor (edición de Baile del Sol), ya que hay demasiadas frases malsonantes. Aunque seguro que el señor Soyinka tiene parte de culpa, porque también encuentro personajes poco definidos, diálogos toscos y una historia tremendamente pesada sobre politiqueo y negocios turbios. Por salvarlo de la quema... supongo que este texto le dirá más cosas a un lector africano que a uno europeo.

11 de mayo de 2024

Oídos sordos

Soy toda oídos
de Kim Hye-jin.

Una terapeuta va a un programa de televisión y se mete en un lío por decir algo que no debe y se lame las heridas cuidando de unos gatitos y enviando (o no enviando) cartas conciliadoras para intentar arreglar la situación.

La editorial habla en la contraportada de "prosa minimalista", pero en realidad estamos ante una prosa básica que apenas tiene uñas y no araña y la historia es monótona y se desarrolla de manera repetitiva y los personajes no son nada atractivos y me esfuerzo por llegar al final, pero es en vano, ya que el texto no ofrece nada remarcable.

8 de mayo de 2024

Trilobites

Trilogía
de Jon Fosse.

Mezcla de Beckett y Bernhard
y no hay puntos
punto y seguido, punto y aparte, punto final
y los diálogos son voluntariamente artificiales y arrítmicos por la inclusión constante de "dice él", "dice ella"...
elementos que impiden que los personajes se arranquen a hablar sin interrupciones del narrador
elementos que deniegan una voz autónoma a los personajes y nos obligan a percibirlos como seres inherentes a un demiurgo
y fluye mucho
conectando presente y pasado con sutileza
y se da un banquete la conjunción "y"
y funciona bien la ausencia de descripciones y la omnipresencia de acciones
y la repetición
en este relato primitivo, primigenio, minimalista en expresión
con más cómo que qué
y no cabe duda de que menos es más
y aunque no hace cosquillas a nivel conceptual, 
sí transmite una sensación de teatralidad
como si estuviéramos leyendo una obra de teatro y no una novela
y sí que tiene valor como obra con un aura mitológica que golpea en un lugar profundo y nos embriaga
como si estuviéramos leyendo un texto nórdico sagrado que ha sobrevivido el paso del tiempo
de ahí el demiurgo

6 de mayo de 2024

Estadísticamente fallida

Abnormal Statistics
de Max Booth III.

Relatos que miran hacia la oscuridad y la sordidez con las gafas del morboso, pero que no indagan en la psicología de los personajes ni tocan ningún tejido humano profundo. Los aspectos provocativos de las historias intentan ponerle picante al asunto, pero no por ello mejora el sabor. Tampoco ayuda que la prosa sea meramente funcional. Los cuatro relatos que leí (incluida la novela corta que abre el libro) son tan superficiales que no satisfarán ni a los lectores más porcinamente pueriles.

4 de mayo de 2024

Ahorröratela

Horrorstör
de Grady Hendrix.

Te cagarías de miedo visitando la imitación norteamericana del Ikea si Grady Hendrix supiese escribir... si el tono no fuese tan infantil, si el enfoque no fuese tan superfluo y si la prosa no fuese tan plana. Al principio sí que mantiene cierta intriga, pero cuando llegas a la mitad empiezan a aparecer los fantasmas de otros libros malos y es complicado seguir leyendo si no es en diagonal y sin acabarlo.

1 de mayo de 2024

Flow

Fluir
de Mihály Csíkszentmihályi.

Sobresaliente ensayo sobre la felicidad y cómo los estados de flujo nos aproximan a ella. 
A continuación arrojo un riachuelo de anotaciones con mis observaciones en azul (todas las traducciones son mías):

- Mihály dice que el objetivo de todo el mundo es ser feliz. Los que aprenden a controlar sus experiencias internas son capaces de determinar la calidad de sus vidas, algo que nos acerca a la felicidad. 
Dinero, fama, poder, estatus... nada de eso aumenta por sí solo la calidad de vida.

- Asegura que los mejores momentos de nuestra vida no son pasivos, receptivos, relajantes... sino los que ocurren cuando el cuerpo o la mente han llegado al límite en un esfuerzo voluntario por lograr algo difícil y valioso. 
No estoy de acuerdo con esta idea, pues si repaso mi vida, muchos momentos son de apreciación de la naturaleza o de percepción de detalles o atmósferas de lugares.

- Las experiencias óptimas dependen de lograr una sensación de maestría, o de participación en determinar el contenido de la vida.
Estas dos ideas son distintas y él las presenta como si fueran parecidas.

- El concepto de "flow" viene a ser un estado en el que la gente está tan absorbida por lo que hace que pierde la noción del resto de cosas.

- Hay que intentar dejar de lado las recompensas que ofrece la sociedad y buscar las recompensas propias. Cuando las recompensas no dependen de fuerzas externas, uno es libre.

- Es importante lograr ser maestros de nuestra conciencia. Como nuestra capacidad de procesar información es limitada, decidir qué información dejamos entrar en nuestra conciencia es esencial, pues determina el contenido de nuestra vida y su calidad. 

La atención es fundamental para mejorar nuestras experiencias. Hay que tener orden en la conciencia. Cuando la información que entra en la conciencia es congruente con tus objetivos, la energía psíquica fluye sin esfuerzo.

- Una identidad compleja es la que consigue combinar dos tendencias opuestas: diferenciación (ser único, separarse de los demás) e integración (conectar con los demás y con cosas más allá de uno mismo). 

Sin integración, un sistema diferenciado sería un caos confuso. La persona diferenciada, pero no integrada, alcanzará metas pero caerá en el egocentrismo.

Sin diferenciación, alguien conseguirá estar seguro y conectado, pero carecerá de una individualidad autónoma.

Sólo cuando alguien dedica la misma energía psíquica a los dos procesos y evita el egocentrismo y el conformismo es capaz de volverse una persona compleja.

Uno se vuelve complejo cuando experimenta el estado de flujo.

- Estrategias para mejorar nuestra calidad de vida.
1. Que las condiciones externas encajen con nuestras metas.
2. Cambiar cómo experimentamos las condiciones externas para que encajen con nuestras metas.

Mejorar los factores externos (p. ej. ganar más dinero) no es sinónimo de más felicidad.

- Dormir, descansar, comer y tener sexo son experiencias homeostáticamente restauradoras, pero no generan crecimiento psicológico, no aportan complejidad. "El placer ayuda a mantener el orden, pero por sí solo no crea un nuevo orden en la conciencia".

- Los estados de flujo hacen que perdamos autoconsciencia y que podamos trascender lo que somos.

- Hay que tener experiencias autotélicas, esto es, experiencias que no buscan un beneficio externo, sino que hacerlas es la recompensa en sí misma. La clave para vivir una experiencia óptima es que esta sea un fin en sí mismo.

- La gente describe la experiencia óptima como la sensación de que las habilidades de uno mismo están a la altura de los retos que afronta, de una manera directa y dentro de un sistema que da evidencias claras de que uno está teniendo un buen desempeño. La concentración es tan intensa que no queda atención para otras cosas irrelevantes. La autoconsciencia desaparece y la noción del tiempo se distorsiona. La actividad es tan gratificante en sí misma que quieres hacerla una y otra vez sin pensar en lo que sacas de ella, incluso cuando es difícil o peligrosa.

 - El estado de flujo puede ser motivador, pero no significa que el que lo experimenta es virtuoso. Tampoco está necesariamente asociado al bien.

- Cuando una persona no controla su energía psíquica, no es posible que aprenda ni que disfrute las cosas de verdad.

- El egocentrismo y la autoconsciencia hacen que la concentración sea cerrada y los desórdenes de atención y la "stimulus overinclusion" (incapacidad para desechar estímulos, le pasa a los esquizofrénicos) hacen que la concentración sea errática y volátil. Estas dos tendencias impiden que uno sea feliz, porque no dejan espacio al crecimiento personal.

- La personalidad autotélica es aquella que es capaz de concentrarse en las cosas importantes de cada momento y descartar los estímulos o los pensamientos irrelevantes. Se concentra sin esfuerzo en los elementos relevantes de cada momento.

- El contexto familiar que fomenta las experiencias óptimas en los niños tiene cinco características:
1. Claridad
El adolescente sabe lo que sus padres esperan de él.
2. Enfoque
El niño percibe que sus padres le prestan atención en el presente, en sus sentimientos y experiencias concretas, y no preocupados por entrar en una buena universidad o en tener un buen sueldo 
en el futuro.
3. Elección
Los niños sienten que pueden elegir, incluida la opción de romper las reglas, aunque tenga consecuencias.
4. Compromiso
Confianza del niño para involucrarse en actividades de forma libre.
5. Retos
La dedicación de los padres para ir ofreciendo retos cada vez más complejos.

- Perder el interés por uno mismo y no ser individualista son atributos de la persona autotélica.

Csíkszentmihályi afirma que la entropía es el estado natural de la conciencia y que hay que poner orden a los pensamientos.

- Intromisión: los chavales que se meten hoy en día en Instagram y TikTok también pueden vivir estados de flujo en los que pierden la noción del tiempo, pero reciben cientos de estímulos, no se concentran realmente en nada.

Y Mihály responde a mi intromisión hablando de la tele:
Para evitar el caos mental, la gente tiende a llenar los espacios libres con cualquier tipo de información con tal de que les distraiga de reflexionar sobre ellos mismos o de tratar con emociones negativas. Eso explica por qué tanta gente gasta el tiempo viendo la tele. Comparado con leer, hablar con gente o desarrollar un hobby, la tele ofrece información accesible que estructura la atención del espectador sin exigirle demasiada energía psíquica. Cuando uno cae en este hábito para evitar la entropía psíquica, es difícil dejarlo.

La mejor manera de evitar el caos de la conciencia es con hábitos que desarrollen el control de los procesos mentales y no con estimulación externa.

- La sección intermedia del libro flojea un poco. Es
 algo dispersa y se excede poniendo ejemplos individuales y citas que no aportan demasiado.

- El autor dice que entrar en estados de flujo depende de la complejidad de las personas. 

- Afirma que tras un experimento se llegó a la conclusión de que la gente entra en estados de flujo mucho más en el trabajo que en su tiempo libre. 
Tengo mis dudas, porque no se cuestiona cómo usa la gente su tiempo libre. Obviamente, si tienes un trabajo duro es más complicado que llegues a casa y quieras llevar a cabo una tarea que te exija más esfuerzo.

Y añade que aunque la gente entra más en estados de flujo en el trabajo, el trabajo les motiva menos que el tiempo de ocio. E
ntonces concluye que la felicidad no se puede medir por los estados de flujo en los que se entra (una contradicción incómoda).

Se defiende argumentando que esto es una paradoja (o la investigación era equivocada). Dice que la gente en el trabajo siente que desarrolla sus capacidades y se siente más feliz y satisfecha (eso lo dice él, porque asocia estados de flujo a felicidad). En el tiempo libre, la gente está más insatisfecha porque no usa sus capacidades (insisto, depende de lo que hagas, quizá elijan mal su tiempo de ocio, eso no lo tiene en cuenta). Aun así, la gente prefiere trabajar menos y tener más tiempo libre (no indaga en los conceptos de obligación y libertad y lo que suponen para la felicidad).

Dice que la conclusión de esto de arriba es que la gente se guía por los estereotipos culturales de lo que es el trabajo. Como lo vemos como una imposición que coarta nuestra libertad, hay que evitarlo (en muchos casos, el trabajo sí que es una imposición, eso es un hecho, no un estereotipo cultural).

Luego dice que la gente no sabe aprovechar el tiempo libre, que se limita a consumir de forma pasiva lo que le ofrecen. Arregla un poco lo de antes, pero no lo desarrolla bien.

- El test definitivo para la capacidad de controlar la calidad de nuestra experiencia es lo que hace una persona en soledad, sin exigencias externas que den estructura a la atención. Si una persona no sabe controlar su atención cuando está sola, acabará recurriendo a soluciones externas fáciles: drogas, entretenimiento, estimulación, cualquier cosa para distraer a la mente.
 La capacidad para transformar el caos (convertir lo malo en bueno) pasa por:
1. No ser egocéntrico ni autoconsciente, ser humilde y actuar armónicamente con el entorno.
2. Prestar atención al mundo. La persona que sabe transformar el estrés en un reto entretenido no piensa demasiado en sí misma.
3. Descubrir nuevas soluciones.

La persona autotélica es la que convierte las amenazas potenciales en desafíos divertidos, manteniendo así la armonía interna. Una persona que no se aburre nunca, que rara vez se pone ansiosa, que se involucra en lo que sucede a su alrededor y que suele estar en flujo es una persona autotélica. Viene a ser una persona cuyos objetivos surgen de su interior (no por cuestiones biológicas o sociales).

Cuatro puntos clave:
1. Establecer metas.
2. Sumergirse en la actividad.
3. Prestar atención a lo que sucede.
4. Aprender a disfrutar la experiencia inmediata.

El objetivo último es que todo fluya con armonía en la vida, teniendo objetivos unificados que siempre aportan propósito.

La claridad que tenemos de niños se va perdiendo según van aumentando el número de posibilidades.

El ser humano tiene una conciencia tan compleja que hay infinidad de posibilidades, lo que produce entropía psíquica, ya que se pueden hacer muchas cosas pero no somos capaces de abarcarlas todas.

A la hora de definir el propósito de una vida, hay elecciones auténticas e inauténticas. Las primeras responden a lo que una persona siente y cree de verdad y las segundas a lo que cree que se espera de ella (las primeras dependen de fuerzas internas y las segundas de externas).