31 de diciembre de 2021

Mundos del otro plano

Planos del otro mundo
de Ryan Boudinot.

50 páginas leídas de 430:
Wow. Qué libro más interesante, qué bien escrito está, qué frescura transmite, qué gracioso es el autor y qué bien integra los elementos surrealistas y de ciencia ficción.

124 de 430:
Oh yeah. Ryan Boudinot es muy ingenioso y tiene ideas fascinantes. Así da gusto. Me da la impresión de que hay mucha influencia cinematográfica, el texto parece una mezcla de David Lynch y David Cronenberg. El hilo narrativo de Abby Fogg tiene toques de Mulholland Drive.

240 de 430:
Uff. El amigo Ryan se está pasando con las rarezas. Parece que quiere dejar atrás a los David y convertirse en Guy Maddin. En lugar de centrarse en dos o tres ideas y desarrollarlas bien, se deja llevar por las extravagancias y lo peor es que las utiliza para ir engordando la trama sin sentido. Falta mucha cohesión y coherencia.

305 de 430:
Hmm. Me está empezando a hartar. Creo que no voy a seguir leyendo. La prosa está bien y Boudinot tiene mucho ingenio, pero sus ocurrencias tecnológicas y de ciencia ficción acaban abrumando y generando confusión. Llega un momento en el que uno ya se espera las ocurrencias y cuando estas llegan, resulta muy molesto, porque confirman la previsibilidad y la trivialidad de la novela.

430 de 430:
Error 404 Not Found.

29 de diciembre de 2021

Diamela tiene un sabor especial

Fuerzas especiales
de Diamela Eltit.

Aquí a Diamela Eltit se lo perdono todo por la intensidad con la que está escrita la novela. Esto es un torbellino narrativo extremadamente ágil y crudo que se centra en la miseria de unas personas de un barrio pobre que sufren el asedio constante de la policía. La narradora sale adelante prostituyéndose en un cibercafé.

Eltit hace gala de una expresividad arrebatadora y crea una atmósfera opresiva 
con bastante habilidad. Esto compensa las partes redundantes y la falta de ideas y de incidentes más interesantes. Me atrevería a decir que la vivacidad de la prosa sostiene por sí sola al relato. No es un libro extraordinario, pero sí recomendable, aunque sólo sea para deleitarse con el estilo de Eltit.

26 de diciembre de 2021

La gincana de Zoran

Cámara oculta
de Zoran Zivković.

Un hombre se encuentra una misteriosa carta en su casa y decide seguir sus indicaciones, todo ello narrado por él mismo en primera persona. Me habría gustado poder llegar hasta el final de la historia para descubrir cómo se resolvía todo, pero me ha sido imposible. 

Zivković sabe generar intriga, pero alarga en exceso algunas situaciones y hay una sobrecarga considerable de especulaciones sobre los pasos a seguir del protagonista, lo cual perjudica mucho al desarrollo. Esta propuesta, bien editada, podría haber sido una novela corta decente, ya que también se habría beneficiado de reducir nuestra exposición al estilo plano del autor.

24 de diciembre de 2021

De la gelidez rusa

Tienes que mirar
de Anna Starobinets.

Ensayo que "habla de lo inhumano que es [en Rusia] el sistema al que se ve arrojada una mujer obligada a interrumpir su embarazo por razones médicas". Anna Starobinets utiliza un estilo directo y claro para contarnos la desafortunada experiencia que vivió, demostrando por el camino la poca empatía y compasión de los profesionales rusos en comparación con el trato en Alemania, así como la falta de respeto que se tiene en dicha sociedad hacia la mujer que decide abortar.

Quizá lo más interesante sea ese contraste entre los países de Europa y Rusia, amplificado por la idea que plantea Starobinets de que en los hospitales rusos la norma es sufrir y en los europeos no tienes por qué sufrir. Rusia se presenta fría y cruel mientras que Europa se muestra cálida y acogedora. 
El texto se puede leer fácilmente y es moderadamente interesante, pero falta profundidad en todos los aspectos. Es una lástima, porque aquí hay ingredientes para conseguir algo mucho más notable.

23 de diciembre de 2021

La liebre y el conejo

Atrapa a la liebre
de Lana Bastasić.

La autora intercala presente y pasado para contarnos un viaje por carretera de dos amigas bosnias que hace mucho que no se ven, siendo una de ellas la narradora. Tras un inicio intenso, el relato va perdiendo fuerza poco a poco, hasta llegar a un final sugerente que eleva ligeramente al conjunto.

Lana Bastasić apunta maneras como escritora, demostrando que es cuidadosa con la prosa, que sabe crear personajes y que tiene una visión certera de su región natal en comparación con otras partes de Europa. El problema es que no gestiona bien el impulso narrativo. Aunque el posible encuentro con Armin genera cierta intriga y logra que quieras seguir leyendo, es curioso que la historia flaquee incluso siendo un viaje por carretera en el que hay movimiento constante. Creo que la autora ha querido poner tanto énfasis en el pasado de las dos jóvenes que sin darse cuenta ha debilitado el ritmo de algo que por su naturaleza debería ser mucho más dinámico.

Por suerte, el final es bastante potente (aviso de spoilers). El cuadro de Durero, Liebre joven, y las reflexiones que desencadena nos invitan a pensar que la protagonista narradora es una liebre y Lejla un conejo, dos seres de la misma familia pero con un carácter muy diferente. Y que al final, el único objetivo del conejo era escapar de su jaula.

Pese a su cautivadora resolución, no sé si recomendaría esta novela. Incluso teniendo bastantes cosas interesantes, creo que hay frenazos considerables en algunos tramos y la experiencia no acaba siendo totalmente satisfactoria.

22 de diciembre de 2021

Seduciendo a las masas

El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda
de Mark Manson.

El subtítulo de la edición en inglés viene a ser el mismo que en español, pero en lugar de "rompedor" usa el término "contraintuitivo", lo cual es un poco menos sensacionalista y falso. Este libro de rompedor y contraintuitivo no tiene nada, ya que mayormente es un remix de ideas sacadas de filosofías orientales como el confucianismo, el budismo o el taoísmo, bañado en una salsa existencialista de bote y con un enfoque bastante rudimentario.

Alguien que haya leído un poco de filosofía y de espiritualidad se habrá topado con estas ideas varias veces. 
Ser consciente de que eres responsable de lo que haces con tus circunstancias, afrontar lo negativo en lugar de huir de ello, reducir la influencia del ego, etc.

En general, Mark Manson tiene buenas intenciones y se agradece el enfoque directo y claro; su estilo ágil facilita mucho la lectura. El mensaje es válido y puede iluminar a las personas que todavía no estén familiarizadas con estas ideas, aunque hay algunos recorridos conceptuales un tanto perezosos. 
El principal problema es que tiende a repetir las ideas más que a profundizar en ellas, lo que acaba generando una serie de lagunas cargadas de irrelevancia.

21 de diciembre de 2021

Instinto básico

La biblioteca de la medianoche
de Matt Haig.

No sé si esto se considera literatura para adolescentes o no, pero la simpleza narrativa que me encontré en las primeras 70 páginas me hace pensar que sí. A la protagonista le ocurren tres o cuatro cosas negativas seguidas y decide suicidarse, todo ello sin apenas desarrollar al personaje, lo que hace que sea imposible conectar con ella más allá de que tiene manos, ojos, boca, orejas...

Resulta que la librería de la medianoche es como una antesala a la muerte. Cada libro es una versión de lo que podría haber sido tu vida si hubieras tomado otras decisiones. Aunque la idea ya de por sí es empalagosa, Matt Haig se encarga de meterle una capita extra de dulce de leche, para que no os quedéis con ganas de azúcar en el paladar.

Obviamente, no acabé la novela. No me hizo falta avanzar demasiado entre los matojos de su prosa prepuberal para adivinar que tras cuatro o cinco posibilidades decepcionantes, al final la protagonista descubre que la vida que tenía antes de suicidarse era la mejor y que sólo le faltaba cambiar su perspectiva de las cosas.

Esta basura se llevó el premio de mejor novela de ficción de 2020 según los usuarios de la web GoodreadsDespués de eso, es difícil que la fe en la humanidad como ente lector no desaparezca. Aunque siempre quedará la minoría, si no selecta, inconformista.

20 de diciembre de 2021

Agridulce Tadzio

La muerte en Venecia
de Thomas Mann.

Al principio las observaciones del amigo Thomas Mann no es que sean agudas, es que son puntiagudas, con una extensión y una afilación excesivas en todos los aspectos. Esto hace que la historia a veces no avance, dando cierta sensación de estancamiento, lo que puede decepcionar al lector en un primer momento.

La historia va cogiendo ritmo gradualmente, algo a lo que ayuda bastante la excelente prosa de Mann, con pinceladas poéticas bastante evocadoras. No obstante, creo que para ser un libro de 120 páginas, tiene partes demasiado repetitivas, el autor se recrea mucho en la belleza del joven Tadzio y repite situaciones.

La reflexión clave llega a través de una referencia a Platón y su Fedro (spoiler): el poeta nunca va a ser sabio ni digno de educar a otros porque su apreciación de la belleza siempre va acompañada de un sentimiento erótico, apasionado y amoroso, lo cual es insensato y le lleva hacia el abismo. En otras palabras, el poeta es incapaz de saborear la belleza sin convertirla en amor.

En general, el proceso de lectura no es tan disfrutable como esperaba, sobre todo porque el nivel de redundancia se ve acentuado por la brevedad del texto, pero el relato gana muchos puntos gracias a esa idea que coge cuerpo al final de que la obsesión estética puede ser mortal. Interesante, aunque deja un regustillo agridulce.

19 de diciembre de 2021

RRII

Recursos humanos
de Antonio Ortuño.

No voy a hacer el chiste rimando el apellido del autor para describir lo mal que escribe. Para no caer en la vulgaridad, me voy a limitar a incluir un par de citas del libro, reflejando el atasco lingüístico que genera Ortuño:

"Corro las persianas hasta que la oscuridad es perfecta. Enciendo, entonces, las luces eléctricas".
+ 
"Cruzo la calle rumbo al automóvil de Constantino, el gerente. Las manos en los bolsillos, baja y de hiena la mirada. Acaricio con una llave, al pasar, el costado metálico, deslumbrante, de la máquina".
Etcétera.

Que sí, que son detalles pequeños, casi insignificantes, pero ralentizan el ritmo, bastante, y estas frases, a una cadencia de cuatro o cinco por página, hacen que el texto, malo de por sí, sea más incómodo de leer, si cabe. Y no estamos, creo yo, para tirar el tiempo.

18 de diciembre de 2021

Al fondo a la izquierda

La soledad del corredor de fondo
de Alan Sillitoe.

Libro de relatos que salvo algún destello puntual, me pareció bastante básico. Sólo merece la pena el relato que da título al libro y aun así creo que Sillitoe no sabe expresar con claridad sus ideas. 

Observaciones sobre el relato en cuestión, que viene a contarnos lo siguiente (con spoiler): un ladrón que está en una cárcel para jóvenes participa en una competición de atletismo y mientras corre se dedica a pensar y ese flujo de pensamientos nos revela que no quiere ganar la carrera, aunque sea capaz de hacerlo. Decide perderla porque no quiere complacer al gobernador, porque siente que la victoria sería más del gobernador que suya.

El protagonista no quiere ganar ni dedicarse profesionalmente a correr (aunque esto le pueda aportar una vida cómoda), ya que eso supondría hacer caso a la gente en lugar de seguir su propio camino. Él quiere ser libre a toda costa, hasta el punto de reafirmar sus fechorías"prefiero ser como soy (siempre huyendo y descerrajando tiendas por un paquete de cigarrillos y un tarro de mermelada) que tener el látigo en alto sobre otros y estar muerto".

No entiendo por qué Sillitoe plantea que es incompatible ser profesional del atletismo y mantener la honestidad, sin abusar de otros. Si se trata de que el protagonista no haga ni la mínima concesión, creo que es una auténtica estupidez, pues brindándole una sola victoria al gobernador, puede lanzar su carrera en el atletismo, olvidándose de robar y de vivir en la miseria.

Me da la impresión de que aquí Sillitoe genera un nudo extraño que es difícil de desatar. Ser pobre no es sinónimo de ser honrado ni buena persona (y menos si robas), al igual que tener un puesto de poder tampoco es sinónimo de ser mala persona. Es evidente que quiere crear un personaje que acepta con pasión lo que le ha tocado vivir (clase baja) y rechaza con furia a los mandamases (clase alta), pero la forma de hacerlo no es totalmente convincente.

Más interesante me parece la relación que establece entre la vida y correr y cómo la vida es una carrera de fondo y la meta es la muerte. Por eso dice que las carreras no las gana nadie, porque la vida no la gana nadie, todos mueren. Esta idea es más relevante, pero se ve eclipsada por el asunto de clases.  También se podría ver como una analogía de la carrera de escritor y Sillitoe se estaría posicionando ideológicamente como autor que no se doblega ante el poder.

Después de la carrera, el tipo sale de la cárcel y sigue robando. El lector sale del relato y se rasca la cabeza intentando averiguar qué quería decir Sillitoe. He leído el relato dos veces para empaparme mejor del texto, pero no he sacado nada en claro. Entiendo que el autor defiende a capa y espada a la clase baja frente a los poderosos y le otorga cierta honradez cuasimítica, pero ¿por qué tiene que ir esta asociada al robo? ¿El robo se convierte en algo honrado si eres pobre? ¿Más honrado que ser rico y pedirle a un joven que gane una carrera?

*Las citas son de la edición de Seix Barral.

17 de diciembre de 2021

Yoga Bonito

Yoga
de Emmanuel Carrère.

Novela autobiográfica, con alguna mentirijilla, que pivota alrededor del yoga y la meditación, pero que no se priva de extender sus recios y ágiles tentáculos para llegar a rincones inesperados. Francamente, me ha parecido estupenda. Aunque es evidente que Carrère está mirando directamente a la cámara, la narración es muy precisa, muy honesta y usa magistralmente las citas y las referencias externas, por no hablar de lo interesantes que son las anécdotas que incluye.

Quizá lo más valioso del libro es que cuestiona desde dentro, como participante activo, la validez del yoga, la meditación y ciertas prácticas consideradas espirituales y cargadas de sabiduría. En general, las observaciones que hace Carrère son muy agudas y a veces plantea contradicciones que enriquecen mucho al conjunto.

Entre las observaciones de Carrère destacaría (con spoilers) que da un mensaje positivo sobre el yoga y cito: "no solo me propongo decir que el yoga y la meditación te hacen sentirte bien, sino que son mucho más que un pasatiempo o una práctica saludable, son una relación con el mundo, una vía de conocimiento, una manera de acceso a la realidad que merecen ocupar un puesto crucial en nuestra vida". Pero esto lo contrasta con la experiencia de la muerte de un amigo tras el ataque a Charlie Hebdo y sugiere que esta última experiencia es más verdadera: "por definición, todo lo que es real es verdad, pero algunas percepciones de la realidad poseen un mayor contenido de verdad que otras, y no son las más optimistas". Alega que lo negativo tiene más peso y luego dice que es más verdadero Dostoievski que el dalái lama. Esto a su vez le hace cuestionar su idea de hacer un libro positivo sobre yoga, que en teoría era su objetivo inicial.

En una línea similar, el autor duda de la actitud de "los ayurvédicos", un grupo de personas que no ayudaron a nadie durante el tsunami de Sri Lanka porque supuestamente estaban embebidos en su proceso espiritual. El autor se pregunta si uno medita y desarrolla una compasión mayor y más trascendental que la básica de ayudar a alguien que te necesita en el momento y está cerca de ti, pero lo hace de manera sarcástica.

En general, es una lectura muy recomendable que ha disparado mi interés por Emmanuel Carrère, del que no había leído nada hasta el momento.

16 de diciembre de 2021

Fui a la orilla del río y vi que estabas muy sola

En la orilla
de Rafael Chirbes.

Lo que cuenta aquí Chirbes huele a moho y como el propio autor lo sabe, intenta camuflarlo con algunos brochazos de caos narrativo que no suman sino que restan, perjudicando bastante al ritmo y a una estructura que pide a gritos más precisión. Me cansé del hedor a las 80 páginas. La prosa es aceptable y las ideas sueltas que van apareciendo, incluso siendo extremadamente prosaicas, pueden tener cierto interés, pero falta coherencia y algún elemento que le dé algo de color. Para que este tipo de temas sociales funcionen a nivel literario, el enfoque tiene que ser mucho más sutil y original.

15 de diciembre de 2021

Extinto de verano

La sexta extinción
de Elizabeth Kolbert.

Creo recordar que no llegué ni a la mitad del libro. Ensayo que se centra en la extinción de diferentes animales de diferentes épocas. Tremendamente aburrido, muy poco revelador, plagado de decisiones narrativas cuestionables como las intromisiones innecesarias de la escritora, que parece que quiere introducir sus aventuras personales sin justificación alguna, etc.

Aunque lo peor de todo es que apenas conecta las extinciones del pasado con el momento actual, con la supuesta sexta extinción que podría estar cerca. El título es engañoso, ya que transmite una urgencia y una inmediatez que no se reflejan en el texto, salvo que la segunda mitad sea totalmente diferente, pero me temo que no hay elementos lo suficientemente interesantes para llegar hasta ahí.

14 de diciembre de 2021

Desafinada

Every Note Played
de Lisa Genova.

Una prosa competente, acompañada de algunos destellos interesantes y de los esperados paroxismos musicales, acaba perdiéndose en la repetición constante de detalles prácticos sobre los efectos de la ELA y las lamentaciones del individuo que la sufre. Y lo que sucede es que a las 70 páginas empieza a desmoronarse, como si la enfermedad se apoderara del texto y lo fuera llevando poco a poco hacia su tumba. 

Aunque desde ese momento la esperanza de vida del texto no era alta, di el do de pecho y aguanté hasta la página 100. Una vez allí, después de que los usuarios más activos de Goodreads se acercaran al sillón en el que leo y le dieran la extremaunción, la novela falleció ante mis ojos.

13 de diciembre de 2021

Futuro imperfecto

Voces de Chernóbil
de Svetlana Alexiévich.

Este libro tiene como subtítulo "Crónica del futuro", una decisión muy inteligente, ya que sugiere que las consecuencias de lo ocurrido en Chernóbil no se limitan al momento de la catástrofe, sino que, como afirma uno de los científicos entrevistados, "Chernóbil no ha terminado, tan solo acaba de empezar".

Svetlana Alexiévich reúne testimonios de varias personas, a cada cual más desgarrador, que de una manera u otra se han visto afectadas por la catástrofe. Es innegable que 
como documento histórico, Voces de Chernóbil tiene un valor incalculable. Mientras lo leía sentía que tenía en mis manos algo imperecedero, un clásico de la crónica social, algo que paradójicamente lo equipara, a efectos temporales, a los residuos radiactivos.

Sorprende el humor negro de las víctimas y la profundidad con la que algunas de ellas describen el carácter soviético y cómo bajo el socialismo el individuo tiende a quedar eclipsado por el colectivo. Además, arroja luz sobre las negligencias perpetradas y cómo las altas esferas priorizaban los intereses políticos sobre la seguridad de los ciudadanos.

En general, es una obra con buen ritmo y el contenido que se presenta está muy bien seleccionado. Quizá se eche en falta alguna fecha de vez en cuando, pero nada grave. Si esto es una crónica del futuro es porque actualmente, casi 40 años después, todavía hay territorios abandonados, todavía hay gente sufriendo los efectos de la radiación y todavía cabe la posibilidad de que haya otra catástrofe, aunque esta vez supongo que estaremos mejor preparados.

12 de diciembre de 2021

Stimuless

El laberinto de los estímulos
de Adam Foulds.

En las 50 páginas que fui capaz de leer, esta novela ofrece más personajes que estímulos. Aunque más que "ofrecer" personajes, se los inocula al texto y al lector, como el que intenta meter a la fuerza una cuchara con puré en la boca de un niño ofuscado, "vas a ingerir estos sabrosos manjares por mis santos y algodonosos testículos" que diría Foulds.

Muchos humanos, mucho poeta conocido, mucha locura, mucha psicología, pero aquí no pasa gran cosa. La prosa es correcta, pero el ritmo y el contenido no son nada estimulantes. Si los hechos reales en los que está basada hubieran caído en otras manos, seguramente estaríamos ante algo mucho más interesante.

11 de diciembre de 2021

Öhrdago

La musa oscura
de Armin Öhri.

Historia ambientada en el siglo XIX que probablemente deleitará a los amantes de las novelas negras y de misterio. Armin Öhri desarrolla el relato de manera sencilla pero magistral, creando una atmósfera inmersiva, con personajes interesantes, mucho suspense y haciendo gala de un control narrativo espléndido. Se agradecen mucho las pinceladas filosóficas y las observaciones sobre el bien y el mal.

El único punto negro del libro (aviso de spoiler) es que el juicio es un tanto caricaturesco, con demasiados fallos ilógicos en la investigación y con una balanza legal que siempre parece favorecer al acusado. Esto produce una ligera nube de inverosimilitud que sobrevuela hasta el final, aunque el autor la aplaca ofreciendo un desenlace bastante original que invita al lector a perdonárselo todo.

10 de diciembre de 2021

Necropoiesis

Necrópolis
de Boris Pahor.

Boris Pahor regresa al campo de concentración de Struthof-Natzweiler, donde estuvo encerrado, y la visita despierta en él una serie de recuerdos y reflexiones. Creo que Pahor se acerca a la experiencia de una manera tremendamente personal, lo cual es totalmente aceptable (y casi inevitable), pero en ningún momento conecté con lo que me contaba. Gran parte de la culpa la tiene el cómo.

Pahor utiliza un lenguaje tan poético que acaba diluyendo la crudeza del entorno y de los hechos que vivió. Puede que esa poetización sea un mecanismo de defensa que le permite adoptar cierta distancia para digerirlo todo mejor, pero creo que resulta contraproducente para el lector. De hecho, el propio autor se lamenta de que el turista tiene una experiencia onírica, y por tanto imprecisa, del campo de concentración, pero es exactamente lo que él genera con su lirismo. Hay una contradicción estridente entre lo sucedido y la forma de contarlo, como si Pahor pusiera más énfasis en el apartado literario o creativo del texto que en los propios acontecimientos.

9 de diciembre de 2021

Maggi

La primera mano que sostuvo la mía
de Maggie O'Farrell.

Decidí leer este libro porque ganó el Costa Award de novela en 2010, dejando atrás en la lista final a Skippy Muere, un libro que traté aquí y que me pareció magnífico. Tras leer unas 120 páginas, no cabe la menor duda de que el libro de Paul Murray hace muchos más méritos que este para llevarse cualquier premio existente en la faz de la Tierra.

Maggie O'Farrell nos cuenta dos historias: la de una joven que se muda del pueblo a Londres y la de unos jóvenes que tienen su primer hijo. Ambas se desarrollan haciendo caso omiso a Mary Poppins cuando canta "a spoonful of sugar helps the medicine go down". Este libro es totalmente aséptico, medicina, jarabe, comida basura; una experiencia equiparable a comerse unos noodles instantáneos de bolsa en los pasillos de un hospital, solo, esperando un diagnóstico sombrío, degustando la tristeza a través de la luz de los tubos fluorescentes.

Falta azúcar, falta sal, falta de todo, no hay sabor. Si me dicen que lo ha escrito un ordenador, me lo creo. Los personajes no son nada interesantes, no hay incidentes memorables y los diálogos, en su mayoría, son terroríficamente malos. La gran cantidad de descripciones insustanciales tampoco ayuda. Además, no hay ninguna profundidad en el tratamiento de los temas. Chim, chimney, chim, chimney, chim, chim...

3 de diciembre de 2021

Frenzy

Las correcciones
de Jonathan Franzen.

Lo que empieza con visos de obra maestra absoluta acaba diluyéndose en las últimas 100 páginas, pero eso no impide que sea una obra maestra igualmente (le pongo 4 estrellas en lugar de 5).

Jonathan Franzen ha elaborado un retrato de una familia que pocos lectores olvidarán con facilidad. La novela está centrada casi exclusivamente en los personajes y como debe ser en estos casos, estos están perfectamente desarrollados. Acompaña una prosa exquisita, con multitud de destellos y observaciones agudas e inteligentes, unos diálogos creíbles y un humor que suele funcionar y que no duda en introducir algún toque picantón.

En general, el problema de este tipo de novelas es que suelen quedarse huérfanas de ideas, no hay brújula que marque el norte, no hay un concepto sobre el que gire todo, y eso es lo que sucede aquí. Hay alguna crítica tímida al capitalismo, está el tema de las correcciones, algún contraste entre el Medio Oeste y el este, pero nada que se desarrolle al mismo nivel que los personajes y resulte memorable. 

Quizá por eso se deshinche al final, porque no hay eyaculación conceptual, no hay orgasmo ideológico. Nace con los personajes y muere junto a ellos, para bien y para mal. Y la idea que debería dar solidez al conjunto, las correcciones, está poco trabajada. No obstante, aunque no tenga una gran idea detrás, la novela se disfruta igualmente y un lector que le dé menos importancia a las ideas no echará en falta nada.

Y las correcciones se refieren a (spoilers a continuación):
1. Los cambios que tiene que hacer Chip en el guion.

2. El invento de Axon que cerraría las cárceles (centros de corrección), ya que cambiaría la conducta de las personas.

3. Las correcciones como labor de un padre; el tercer hijo de Alfred podría servir para corregir defectos paternales en la crianza de sus hijos.

4. Mejorar nuestras ideas y nuestros sentimientos.

5. Los vuelcos del mercado, cambios en la bolsa.

6. Correcciones de los ingenieros de señalización.

7. Los cambios que ha intentado Enid en el carácter de Alfred a lo largo de los años, pero que no han servido para mucho. Aunque ella, a sus 75 años, como refleja el final del libro, sí que está dispuesta a hacer las correcciones necesarias en su vida.

Apuntes:
- Interesante que Franzen use la filosofía de Schopenhauer, pesimista, centrada en el sufrimiento, para representar la personalidad de Alfred. Este último llega a decir que la vida está hecha para sufrir.

- Sugerente observación con corrientes semióticas: que Alfred sea un individuo ejemplar podría ser una cosa de sentimientos, de percepción, no algo real. Y si no es real, eso da paso a la soledad.

Faltan más partes de Chip, sus aventuras por Lituania se han relegado al final de la novela.

2 de diciembre de 2021

Con altura

Lectura fácil
de Cristina Morales.

Dejé este artilugio espantoso en la página 30 y no voy a hacer el chiste fácil con el título. Que alguien me explique por favor, y concentro mi mirada en los miembros del jurado del Premio Herralde y del Premio Nacional de Narrativa, dónde está aquí la literatura.

La "estrategia narrativa" de Morales debe ser vomitar el mayor número de ideas en el menor tiempo posible y de cualquier manera. El cronómetro se lo sujetan entre vítores todos esos que creen que estas ideas (las 150 que hay en las primeras páginas) son radicales y revolucionarias. Que probablemente sean los mismos que se deleiten viendo cómo la autora se lía a mamporros en todas direcciones. Podríamos decir que Cristina Morales es a la literatura lo que Steven Seagal al cine.

El principal problema de Lectura fácil es que su bombardeo ideológico y político (con claros fines provocativos) no viene a cuento en las primeras páginas, básicamente porque nada de eso está desarrollado en el texto, a través de la historia de algún personaje o de alguna situación concreta. Cristina Morales busca la provocación no como un Banksy, sino como una joven que sale a quemar contenedores sin fundamento.

Lo radical sería desarrollar estas ideas de manera sutil, demostrando control narrativo, elaborando un mosaico conceptual estimulante y colorido, con personajes interesantes y observaciones inteligentes. Pero para eso no sólo hay que saber escribir, también hay que practicar la sensatez y la madurez.

La coletilla: esto se lo envían a cualquier editor bajo seudónimo y no se publica jamás. Aunque supuestamente en el Premio Herralde se participa con seudónimo, ¿no?

1 de diciembre de 2021

P + A + Z

La fórmula preferida del profesor
de Yoko Ogawa.

Todo amante de las matemáticas y la literatura tiene que leer este libro. Historia sencilla de una asistenta, su hijo y un anciano singular con la cabeza llena de números y fórmulas, sazonada con una pizquita de béisbol. Lo más destacado es el hermoso vínculo que crea Yoko Ogawa entre los tres personajes, desplegando una narración sin alardes ni pretensiones que nos lleva de la mano con eficacia y agilidad.

Ogawa también consigue que el lector aprecie la dimensión poética de las matemáticas y cómo estas siempre están presentes de manera oculta en nuestra vida cotidiana o, en palabras de la protagonista, son algo invisible que sostiene al mundo visible, lo que hace que ella sienta paz, que es precisamente la sensación que deja el libro cuando uno lo termina.