23 de marzo de 2015

Ahora bajo

La lección de música de Pascal Quignard.

Suma de párrafos que relacionan de forma poética la música con la "muda" (así viene en la traducción), esta última asociada con el cambio de voz, el paso de la adolescencia a la madurez, la sexualidad (virginidad y castración), etc. Es un texto más ensayístico que narrativo (semejanzas con Cioran). La novela cumple, pero no me parece nada del otro mundo. A veces resulta irritante, pues intenta ser tan poéticamente intelectual que cae en la ambigüedad petulante: "todas las creaciones humanas más pretenciosas están subordinadas al elemento mínimo de un recitado, de una predación que se recrimina a sí misma el apetito de cierto sentido, de cierta presa, su visión, la emoción primera de motilidad, la captura" (hay que releer varias veces para intentar entender algo). Además, la última parte de la novela parece un añadido (cambia el contexto, el tono, el estilo...) y descompensa la estructura general. Mucho énfasis en el componente poético (con algunas pinceladas interesantes), pero poca consistencia global, tanto a nivel estructural como contentual (me invento la palabra).

16 de marzo de 2015

Comida sin especias

Especies de espacios de Georges Perec.

No veo la genialidad, es más, me sobrecoge la vacuidad de sus gestos. Chistes sin gracia, reflexiones vacías, jueguitos con las palabras, enumeraciones innecesarias... Intenta hablar del espacio y su excusa es que hay que "obligarse a escribir sobre lo que no tiene interés, lo que es más evidente" para que lo común parezca extraño. Así, se lía a enumerar infinidad de lugares y decir obviedades tipo "El mundo es grande. Los aviones lo surcan en todas direcciones todo el tiempo". Es difícil obtener respuestas interesantes cuando las preguntas que se plantean son tan superficiales. Parece el cuaderno de un niño que ha empezado a escribir lo primero que se le ha ocurrido sobre su ciudad, su habitación, el campo... En las últimas páginas el colegial deja entrever sus motivos diciendo algo así como que el espacio es deformado por el tiempo y la escritura es lo que permite retenerlo, generando un espacio estático. Nada nuevo bajo la lámpara del cuarto.