El vano ayer de
Isaac Rosa.
Límite: 93 páginas. Siendo franco: ya me canso. Que si el
periodo de Franco y los socialistas y los de derechas e izquierdas... que no literatura. Le llaman "escritor
comprometido" porque a falta de creatividad habla de política (lo que todo el
mundo sabe hacer en España). ¿Qué tendrá que ver la literatura con la política?
¿A quién se le ocurre mezclar esos lodos con algo que intenta aproximarse al
arte? Luego Isaac quiere ser original y utiliza recursos metaficcionales,
dirigiéndose al lector explícitamente, sin sutileza, y explicándole sus
artimañas y sus reflexiones sobre la novela porque 1. El lector es tonto y necesita
ayuda, y 2. Aunque la novela sea una mierda, mira todo lo que ha tenido que
pensar. Por si esto fuera poco, esos requiebros metaficcionales intentan
excusarse por la atrocidad lingüística perpetrada, como si haciendo visibles
las carencias del texto éste tuviera validez. A nivel compositivo, forma y
contenido no tienen nada que ver, se percibe un intento de contar temas aburridos de una forma innovadora. Los recursos formales funcionan bien para el
escaparate, pero para el conjunto de la obra no. Ya es costumbre en España que la mediocridad se lleve premios y aplausos.