13,99 euros de Frédéric Beigbeder.
Crítica a la publicidad, al capitalismo y a la sociedad de
consumo. Un publicista forrado que toma drogas, se va de putas, viste ropa
cara… y desde dentro, experimentando a fondo cómo vive un rico en la sociedad
de consumo, ataca al sistema. El estilo es como un puñetazo en la boca, rápido,
ágil, efectivo, como cualquier anuncio. Esa velocidad de la prosa consigue
transmitir mucha energía transformadora, se perciben esas ganas de cambiar las
cosas, al mismo tiempo que refleja el absurdo de la sociedad en la que vivimos
donde todo va muy rápido y casi no hay tiempo para reflexionar sobre lo que
se consume. Sin demasiados rodeos, coloca delante de ti los elementos dañinos
de la sociedad consumista e intenta desnudarlos y reaccionar ante ellos. Reproduce
eslóganes, introduce anuncios entre capítulos, comparte datos sobre el mundo de
la publicidad… Hacen falta más novelas así, ácidas, con crítica social, con
ideas, sin miedo, con ganas de cambiar las cosas. Quizás no responde a un
concepto literario de pureza, porque es una novela más irreverente que
artística, más cínica que espiritual, pero funciona. El final se le va un poco
de las manos, incluyendo violencia gratuita y algunos juegos de palabras
excesivos, pero en general merece la pena. No es una obra maestra de la
literatura, pero sí un libro que todo el mundo debería leer por lo menos para
despertar.