Empiezo la reseña con este párrafo escrito en el móvil, con mi hija pequeña tumbada en el carro y mi hijo mayor bailando al son de una batucada callejera. Una vez más, aprovechando los resquicios espacio-temporales que deja la paternidad.
No cabe duda de que Rachel Cusk escribe muy bien, es bastante elocuente, plantea ideas interesantes y da en el clavo en la mayoría de ocasiones. No se puede negar su inteligencia.
De repente, mi hijo me pide atención inmediata y me veo obligado a lanzar los apuntes de la lectura a bocajarro.
Es un ensayo repleto de observaciones agudas. Destaco:
- Tras nacer la niña, Cusk siente una división entre la persona y la madre. Parafraseo: para ser madre tiene que dejar cosas sin hacer; para ser ella misma tiene que dejar llorar al bebé, ignorar su hambre o dejarla con alguien. Tener éxito en un ámbito es fracasar en el otro.
- Entiende que todo lo que se requiere de ella es que esté presente, porque eso significa que ha dejado de lado todo lo demás para estar ahí en ese momento.
Ahora bien...:
- Los capítulos que hacen referencia a otros textos (Edith Wharton, etc.) son espesitos.
- Hay demasiadas analogías, demasiada abstracción mental, falta visceralidad, tocar la dimensión terrenal y emocional de la maternidad. Su visión es algo distante. Muchas veces acierta, otras veces piensa de más y se aleja en exceso de la realidad. Falta sencillez a la hora de expresar sus ideas, falta realismo (o realidad).
Apuntes extra:
- No es un texto que ofenda ni moleste, como le pareció a mucha gente en su fecha de publicación (2001), o por lo menos no lo parece en 2023. Quizá hayamos evolucionado socialmente y ahora valoremos más nuestro tiempo y lo que somos como individuos.
- Quizá lo más criticable de este libro es que la mayoría de quejas están basadas en una abstracción de la maternidad y no en aspectos palpables de la misma, como el carácter conflictivo de un hijo, las colisiones conyugales, la conciliación entre lo laboral y lo doméstico, etc.
- Hay demasiadas analogías, demasiada abstracción mental, falta visceralidad, tocar la dimensión terrenal y emocional de la maternidad. Su visión es algo distante. Muchas veces acierta, otras veces piensa de más y se aleja en exceso de la realidad. Falta sencillez a la hora de expresar sus ideas, falta realismo (o realidad).
Apuntes extra:
- No es un texto que ofenda ni moleste, como le pareció a mucha gente en su fecha de publicación (2001), o por lo menos no lo parece en 2023. Quizá hayamos evolucionado socialmente y ahora valoremos más nuestro tiempo y lo que somos como individuos.
- Quizá lo más criticable de este libro es que la mayoría de quejas están basadas en una abstracción de la maternidad y no en aspectos palpables de la misma, como el carácter conflictivo de un hijo, las colisiones conyugales, la conciliación entre lo laboral y lo doméstico, etc.