Relatos sobre relaciones humanas y poco más, como si
describir los dos extremos de una cuerda fuera suficiente para entender el
funcionamiento y la tensión del conjunto. A esto creo que lo llaman realismo,
la superficie de las cosas elevada a la enésima potencia. Y cada relato es una oda a la
banalidad. Quizás en la vacuidad de los textos está la gracia y es ahí donde
reside su profundidad. Quién sabe. Hay un relato que parte de una idea bastante
original, el del espacio-balcón, con una especie de astronautas y tal, pero luego no va a ninguna parte, no hay
resolución, no hay impacto, gárgaras que ni traga ni escupe, se quedan ahí a
ver si algún fenómeno de la naturaleza o el mismísimo Jesús Cristo en persona baja
para convertir el agua en vino. Esa ausencia de puñetazo es común a casi todos los relatos. Lo más positivo es la prosa, muy cuidada y con
un fluir muy suave. Si tuviera algo relevante que decir podríamos estar ante un
autor a considerar. Habrá que explorar otros terrenos para ver si la cosa mejora.
30 de julio de 2014
27 de julio de 2014
Picores vaginales
Damas chinas de Mario Bellatin.
Un ginecólogo que se va de putas. Parece que el objetivo era
extender esa idea hasta las 100 páginas y a ver qué salía. Y salió algo
intrascendente en grado sumo. Sólo es posible completar la lectura aguantando
la asepsia narrativa y las diversas expresiones malsonantes que te vas
encontrando ("me les acerqué", "conozco una que otra lejana experiencia"... que lo mismo en su español de Perú-México suena bien). El autor busca levantar "una que otra" emoción en el lector y salir del
paso. La segunda parte del texto cambia a una narración en tercera persona que
lo único que consigue es que el texto pierda cohesión, a pesar de que el hilo
conductor está claro. Desconfío de todo aquel que tiene 50 años y ha escrito
más de 20 novelas. Desconfío de todo aquel que ha escrito más de 20 novelas. Si a esto le sumamos las poses para la foto...
25 de julio de 2014
Cayó de un ciruelo
Política de Adam Thirlwell.
Joven talento inglés. Primer acercamiento literario. Resistí
80 páginas. Empieza con una larga escena de sexo anal, porque le tienen bien
enseñado al chaval, sabe que generar efecto es lo primero, más importante y
primordial. Luego quiere ser ingenioso y... "Nana no podía no ser bella. Probó a
no serlo alguna vez, pero seguía siéndolo. Eso nos dice ya lo guapa que era". Escalofriante.
La prosa es simple (que no sencilla). La profundidad psicológica de los personajes y del narrador
es mínima. El ritmo es lento. Los personajes se describen con palabras más que
con actos. No hay trascendencia. Algún guiño superficial a la lucha de clases y
razas, poco más. Añade nombres de arquitectos y escritores para intentar corregir
la irrelevancia, pero se le ve el plumero y parece pretencioso. Utiliza
recursos metanarrativos de forma ingenua para mendigar la simpatía del lector. Dicho llanamente:
historia de amor rancia, aderezada con sexo, cimentada en unos recursos
literarios bastante pobres, con la cual no merece la pena malgastar el tiempo.
23 de julio de 2014
Colegas del collage
The Jirí Chronicles & Other Fictions de Debra di Blasi.
Libro de relatos que juega con los espacios y las
tipografías y combina emails, recortes de periódicos, dibujos, fotografías, cartas, etc. Los primeros relatos me parecieron más poéticos, con una prosa muy
cuidada y mayor impacto en las entrañas del lector. Según avanzas, la intensidad
baja, dando paso a la locura. ¿Quién es Jirí Cech? Criticando el racismo, el
sexismo, retratando a una familia de forma muy peculiar, buscando la esencia de un
misterioso animal, y moscas, ¿por qué las moscas?, moscas. Un libro que consigue innovar y romper lo establecido, pero que no logra trascender, ya que se aprecia una preocupación máxima por la forma y casi ninguna por el contenido (a mí no me dijo gran cosa). Bien jugado en la
primera parte; poca intensidad y mucha parafernalia tras el ecuador; en los minutos finales uno acaba dejándose meter un gol para evitar la prórroga.
20 de julio de 2014
Sequía
La inundación de Yevgueni Zamiatin.
Una historia de celos en la que una mujer mata a hachazos a
otra que empezaba a ocupar su lugar en la casa. Y no hay más. Hachazo en el
cráneo porque quería tener un hijo con su hombre. Relato escueto. Prosa
sencilla. Nada relevante (he leído reseñas que aplauden la profundidad del análisis psicológico... ni caso). Una inundación que intenta enlazar simbólicamente con
la incursión de la otra mujer en su casa (inunda la casa con su presencia) y con el embarazo posterior (el bebé inunda el vientre). Y eso es
to eso es to eso es todo, amigos.
18 de julio de 2014
Bucler
El vagabundo de las estrellas de Jack London.
Completado: 300/400 p. Estamos ante las últimas palabras de
un tipo que está en la cárcel condenado a muerte. Se comporta mal y le meten en
el cuarto de castigo donde se queda incomunicado. Sin embargo, otras dos
personas que llevan un tiempo en cuartos paralelos han desarrollado un
sistema de golpes para comunicarse. Lo aprende. Se comunica. Etc. La idea principal
es la separación de cuerpo y espíritu, ya que el protagonista tiene una especie
de capacidad sobrenatural (que podrían ser alucinaciones) que le permite trasladarse a épocas
remotas y vivir otras vidas. Así, lo que nos dice el autor es que cada uno tiene
múltiples vidas (un espíritu que va cambiando de cuerpo) y que hay que sufrir
situaciones extremas de dolor, hambre y aislamiento para poder ser conscientes
de ello. Cada vez que viaja y es otra persona hay una digresión. Estas
digresiones, en mi opinión, no funcionan, están muy separadas del argumento
principal, carecen de interés e importancia en relación con el resto de
elementos y no aportan gran cosa. Hay partes que están bien y que son
inspiradoras, pero en general el texto no me parece nada del otro mundo, incluso se hace
repetitivo: ahora viajo, ahora me pegan, ahora me comunico, ahora me ponen la
camisa de fuerza, ahora me pegan, ahora viajo, ahora...
14 de julio de 2014
Sin sin
Siete pecados capitales de Milorad Pavic.
Relatos que quieren ser diferentes, extraños, pero que se
ahogan en su propia oscuridad (demasiadas referencias y poca concreción ideológica
y argumental). Le sobra descripción arquitectónica y le falta intensidad
narrativa. Se da un aire a El hurgón mágico de Coover, pero menos sutil en el
uso de recursos metaficcionales (se comunica con el lector de forma demasiado
explícita) y menos ágil con el estilo (plomo en la pluma). Su ambigüedad, su
pseudoprofundidad y su pretenciosidad me irritan: "Porque Dios no se asoma a
nuestros pensamientos, sino a nuestros sueños" (y se queda tan ancho, sin
profundizar); "Si sabe qué es, ha leído a Joyce; si no lo sabe, ¡no lo ha
leído!" (palmadita en la espalda de su lector preferido). Supuestamente, la
clave de todo es un agujero que hay en un espejo que conecta todos los relatos,
pero luego el autor dice que también es "el agujero dentro de usted" (dentro
del amigo lector) y no explica nada. Muy ambiguo todo. Un charco de agua sucia
en el que quizás alguno pueda ver su propio reflejo y quedarse satisfecho.
11 de julio de 2014
Chesscake
Novela de ajedrez de Stefan Zweig.
Muy bueno/obra maestra. El amigo Stefan no decepciona. Nos encontramos en
un barco para recibir unas clases magistrales de ajedrez. Un tablero blanco y
negro, dos rivales, dos oposiciones, una dualidad. Un libro un barco un tablero
un autista una cárcel: espacios cerrados. Se va a jugar una partida épica. El
primer hombre, muy callado, casi autista, está cerrado interiormente y aprendió
a jugar al ajedrez viendo partidas reales, de forma material, concreta, y a su
vez centrándose en un espacio limitado (tablero). El segundo hombre fue
encarcelado, encerrado exteriormente, lo que no impidió que su imaginación,
gracias a su libertad interior, reprodujera las partidas de ajedrez que
encontró en un libro, y cuando se le agotaron éstas, se inventó las suyas
propias. Uno es materialista en su aprendizaje porque sus límites son internos;
el otro aprendió con la imaginación porque los límites estaban fuera de él. Hermosa
dualidad. Al final se muestra que ambas tendencias tienen sus puntos débiles. Mucha gente le da un papel primordial a la crueldad y a los modos de tortura nazi (el ajedrecista imaginativo es encarcelado por ellos), pero no creo que ése sea el tema principal. Incluso creo que es más importante la analogía que despliega sutilmente Zweig entre los ajedrecistas y lo literario, sugiriendo que la literatura es abordable desde ambos lados, proponiendo dos formas de lectura: la del lector materialista, que se limita a ver lo concreto, palabras, negro sobre blanco, y la del lector imaginativo, que es capaz de percibir más allá, pero también de inventarse cosas que no están en el propio texto (que quizás es lo que esté haciendo yo ahora mismo). En serio, creo que Zweig plantea un libro con dos capas, una para el lector materialista que sólo ve a los ajedrecistas, y otra para el imaginativo, que es capaz de darse cuenta de su guiño a la literatura, donde los colores del tablero son las palabras en el papel (a lo mejor me lo he inventado todo).
9 de julio de 2014
No voy a volver a entrar
No voy a salir de aquí de Micah P. Hinson.
Cuando el libro es malo la página se convierte en unidad de
tiempo. Aguanté la mitad. 50 páginas de simbolitos, blanco sobre negro, tan
fácilmente descifrables que escupen su intrascendencia. Luego descubres que el "escritor" es "músico" y que su incursión "literaria" probablemente se deba a
su "musicalidad", característica ajena a su prosa. Un bodrio.
7 de julio de 2014
Ganesh o pierdas
El sanador místico de V.S. Naipaul.
Trinidad y Tobago. Un hombre que sabe leer y escribir (que
ya es mucho para el lugar y la época) empieza a hacer sus pinitos como sanador. "Sanador", es decir, no hace nada del otro mundo, pone en juego el efecto
placebo y la gente se cura por sí sola. Poco a poco irá creciendo su influencia
hasta convertirse en alguien importante. Simplificando: muestra cómo la cultura
puede ser utilizada para escalar socialmente y cómo la humildad inicial y la
buena fe del protagonista, en cuanto asoma el poder (social, económico...),
degeneran. Moraleja simplificada: tener
mucha cultura no es sinónimo de bondad o pureza, incluso puede llegar a ser
contraproducente puesto que puede ser utilizada para embaucar a los demás. Moraleja
extrasimplificada: la cultura no es algo positivo en sí mismo. Como diría la parienta: pas mal.
5 de julio de 2014
El repartidor de verdades
Alma de Javier Moreno.
Si bien hay detalles interesantes, alguna frase inteligente
y algún toque de humor con chispa, el conjunto me parece muy flojo. Camina cerca
de la propuesta nocillera de Fernández Mallo, incluso la mejora ligeramente,
pero al mismo tiempo demuestra que esta forma de hacer las cosas, si no tienes nada
que decir, difícilmente llega a alguna parte. Uno de los problemas es que la mecánica del
texto se escuda en lo fragmentario para obedecer al "escribo lo que se me ocurre",
por eso todo son frases sueltas, una tras otra, que apenas tienen relación
entre sí y cuya colocación atiende a los caprichos del escritor. Otro problema
es la cantidad de paja, de reflexión vacía y de receta pseudofilosófica que nos
encontramos. Javier Moreno confía en que el lector dé por válidas unas
reflexiones en las que no se profundiza nada y que más bien son ocurrencias o falacias
que indagaciones serias sobre la naturaleza de la realidad. Vamos con la
inundación de frases: "El problema es que los seres humanos somos más de uno
pero menos de dos" (y no he manipulado el contexto, la suelta como un tortazo); "Una ciudad no es un lugar físico. Una ciudad es una
alucinación colectiva" (muy guay); "La mujer aloja un vacío en su interior, un
vacío que los hombres apenas intuimos y que sin embargo nos atrae profundamente"
(increíble insight); "El número de preguntas que uno puede formular supera al de las
respuestas que puede dar. De ahí se concluye que la vida está indisolublemente
ligada al enigma" (claramente); "mi primera paja fue involuntaria, falta de
previsión y de imágenes. Supongo que algo parecido es lo que padecen en su
acoplamiento los animales. Un asombro estúpido. Una prueba definitiva de que
hasta el orgasmo es artificio" (no hay relación entre lo planteado y la
conclusión, prueba definitiva de que la rigurosidad del texto es inexistente).
2 de julio de 2014
Palabras escribo papel sobre
Relatos de Samuel Beckett.
Un día Samuel se levantó y pensó: "voy a jugar con la
sintaxis y que os den por culo", a lo que un lector ofendido añadió: "no me
toques los cojones, Samuel" y cerró el libro. Y aquí estamos... viendo cómo el
amigo Beckett se divierte con el lector, cambiando la estructura de las frases,
repartiendo ambigüedad y tiniebla, fabricando obstáculos literarios, etc. Cada
relato un divagar para llegar a ninguna parte. Cita: "Infierno esta luz de la
nada no hay razón ningún momento, se quita la chaqueta, no, desnudo, de
acuerdo, dejarlo por ahora. Hojas de papel negro, pegarlas a la pared con
telaraña y saliva, no sirve, brillan como el resto". Ahí lo llevas. El relato El
despoblador (el del cilindro) fue el único que me pareció interesante, pero
también demasiado cerebral. Creo que es un problema general del libro, todo
resulta muy mental, falta lado emotivo o algo a lo que agarrarse más allá de la
abstracción lingüística. Beckett quiere resultar existencialista, quiere
reflexionar sobre el ser humano, pero simplemente deambula con las palabras, jugando
con ellas sin concretar nada. ¿Quiere decirnos que la palabra no lleva a ningún
sitio?, ¿que el pensamiento no sirve para definir la existencia? Quizás, de
acuerdo, me quito la chaqueta, no, el sombrero no, y menos desnudo, pero no
hace falta que la experiencia de lectura sea tan desagradable. Supongo que el
lenguaje desordenado quiere reflejar el caos de nuestro pensamiento, pero es
que esto sucede en todos los relatos. No hay relación directa entre forma
(común a casi todos los relatos) y contenido (distinto en cada relato).
Una lectura diferente, sí, que descoloca las estructuras internas, pero si cuelas el caldo te quedas con hambre.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)