El primer capítulo es cansino, un bombardeo de legislación, términos
de abogacía, juicios, burocracia... muy aburrido. Avanzas y la cosa mejora. Es un
libro que se mueve con diálogos, apenas hay narrador. Las partes de juicios, tribunales,
interrogatorios y demás, en su mayoría, son aburridas, me recordaron a la
pesadez que transmiten algunos libros de Kafka. Es obvio que quiere tocar el asunto con
total profundidad, pero cansa, un lector que no esté interesado en el tema
difícilmente disfrutará esas partes. Diría que es un libro que va de oasis en
oasis, en el desierto de la parafernalia legislativa encuentras reflexiones muy
interesantes y partes entretenidas. Son esas partes las que invitan a
continuar, con la esperanza de encontrar más oasis. El protagonista es un
abogado que defiende a los malos, es decir, intenta reducir las penas de los
criminales. Así, el autor sitúa a su personaje más allá del bien y del mal, porque
no podríamos determinar la moralidad de su trabajo. Lo de no usar comas en
algunos tramos, a lo que el propio autor contestó que era para darle velocidad
al texto, me parece un recurso dudoso. El libro habla de la muerte, la conexión
entre personas, el mundo de la información y la tecnología, la televisión, la moral
contemporánea, el contraste entre realidad y ficción, los límites de lo legal, etc. Creo que le falta bastante punch
al final, queda algo informe, podría haber concluido con más fuerza.
Intentando evitar el spoiler descarado, en mi opinión, el autor justifica que
el universo camina hacia el colapso, hacia una singularidad espacio-temporal,
un agujero negro, diciendo que "hay demasiada materia" (Nueva York como una vorágine de materia, el apagón está relacionado con lo que sucede en un agujero negro). Relaciona la materia del universo
con la cantidad de materia que encontramos en nuestro planeta y
cómo el individuo puede convertirse en un criminal con tal de ganar más dinero para poseer más materia (absorbido por el agujero negro que es Nueva York). La
parte del boxeo no me parece que esté bien integrada con el resto, sí que hay
conexión simbólica (abogado que defiende malos = lado oscuro de la justicia /
boxeo = lado oscuro del deporte) y cuestionamiento moral (¿defender a
criminales es algo bueno?, ¿pegarse puñetazos como deporte es aceptable?), pero
aun así no hay demasiada reflexión en esa dirección, está la idea de ser recordado por dar mamporros (legado cuestionable), pero el conjunto no cuaja como debería. Entre
otras cosas, el autor también comenta algo de que el crimen es atractivo por la
singularidad de la voluntad que lo comete y que el protagonista, puesto que es
una persona normal, podría dejar como legado el crimen perfecto y de alguna
manera potenciar su singularidad. Creo que el autor nos dice que lo que le sucede al protagonista es lo que tarde o temprano le sucederá a casi todo el mundo (ya que el universo va en la misma dirección), esto es, que todo individuo común (no como las figuras históricas) se corromperá con el fin de convertirse en una singularidad, intentando desmarcarse de la mediocridad a través de la cantidad de materia obtenida o dejando un legado de moralidad dudosa. Veredicto: obra destacable, que juega en otra
liga respecto a sus contemporáneas, con ideas y reflexiones realmente interesantes, pero que tiene ciertas asperezas que empañan la sensación final.
29 de junio de 2014
26 de junio de 2014
II
El doble de Fiódor Dostoyevski.
Segunda novela de Fiódor, se nota. Decepción. Un tipo que descubre que hay otro igualito a él. La trama es previsible, la tensión se mantiene
a base de situaciones repetitivas, no hay tanta profundidad psicológica, la
prosa es normalita, hay tramos confusos, la historia de amor entra con
calzador, etc. El error más grave es que al final se desvela que el personaje
supuestamente está loco y que el doble es una alucinación, sin embargo, esto no
queda tan claro, no funciona bien porque parte de una mentira, de un narrador
en tercera persona que describe al protagonista y al doble interactuando.
Oséase, el protagonista está loco y el narrador nos miente a lo largo del texto para ocultarlo, ya que éste último ve físicamente
al doble aunque éste sea una alucinación. Si hubiera desarrollado una narración
en primera persona todo hubiera sido más creíble. En cuanto al contenido... hay
una ligera crítica a la importancia de las clases y de la imagen en la sociedad, pero poco más.
24 de junio de 2014
Die Heart
En el corazón del corazón del país de William H. Gass.
Libro de relatos un tanto extraños, relacionados con su patria y con lo que sucede en las entrañas del mapa. Este hombre maneja la
prosa como le place, así es, crea imágenes buenísimas y tiene una potencia importante, pero luego no se le entiende ni la mitad (quizá sea fallo mío). Me pareció
excesivamente oscuro y disperso. El trayecto es más o menos satisfactorio, el problema es que acabas los relatos y da la sensación de que no has llegado a ninguna parte. En
el corazón del corazón del país me pareció el mejor relato, pero como
si le faltara algún tipo de revelación más contundente para llegar a la excelencia. No sé si es que no conecto nada con el
autor o me pierdo algo, probablemente las dos cosas.
22 de junio de 2014
Fantásmico
La librería encantada de Christopher Morley.
Literatura ligera. Prosa sencilla. Se lee bien. Muy útil para apuntarse algunos
libros que leer (da muchos nombres). El principio es bastante bueno ya que
transmite mucha energía positiva y un amor por los libros muy reconfortante.
Hacia la mitad empiezan a aparecer elementos de novela negra y el texto se
desmorona. Qué manía de meter un misterio para enganchar al lector... en mí ya
genera el efecto contrario. No veo la necesidad de convertir algo que iba por
buen camino en un sustrato de novela negra, con pistolas, trapicheos, explosiones y demás.
El final me pareció muy poco sutil. Una lástima.
19 de junio de 2014
El gato y el ratón
Maus de Art Spiegelman.
El cómic (novela gráfica) se desarrolla a través de la entrevista que realiza un joven a su padre acerca de lo que vivió en la
Segunda Guerra Mundial. Los judíos son ratones por la imagen de Mickey Mouse,
que fue creado por Walt Disney que era antisemita, y por esa sensación de ser
un animalito indefenso perseguido por los gatos (los nazis). Ese contraste que
establece Spiegelman entre Mickey Mouse y los ratones del cómic es interesante
porque de alguna manera intenta desfigurar las connotaciones positivas del
emblemático personaje de Disney al mismo tiempo que descarga un tortazo en la
cara del señor Walt (¿eres antisemita y tu icono es un ratón?, pues hago un cómic sobre la matanza
nazi con judíos representados por ratones). Detrás de esto también hay un giro
conceptual, puesto que se muestra cómo los dibujos no sólo sirven como elemento
infantil o positivo sino que pueden ser útiles para representar una realidad
difícil. La verdad que es uno de los relatos más interesantes que he leído
sobre la Segunda Guerra Mundial y los campos de concentración, muy humano, muy
cercano, muy real. Si bien los dibujos no me parecen técnicamente grandiosos,
sí que es cierto que hay mucha originalidad en la composición de algunas
viñetas y en las ideas que lanzan algunos dibujos. Incluso tiene toques
metanarrativos. No he leído demasiados cómics, pero seguramente éste sea uno de
los mejores que se puede leer.
15 de junio de 2014
Tremebunda Cunegunda
Cándido de Voltaire.
El optimismo... El amigo Cándido ve la vida y todo lo que le
sucede como si estuviera en el mejor de los mundos posibles. Viaja de un lado
para otro escapando de los malos y persiguiendo a la mujer que ama, Cunegunda.
Aunque el sufrimiento recaiga sobre su espalda en forma de latigazo, de robo o
de rechazo amoroso, él se escuda en el "todo sucede para bien". La obra está
cargada de ironía y sarcasmo, criticando el optimismo incondicional así como la
conducta y la moral de la sociedad de la época. Lo más interesante son las
ideas. Creo que el mayor defecto del
texto es que todo sucede demasiado rápido, Voltaire no se detiene a profundizar
en ciertos temas o situaciones que quizás lo requieran. El libro pasa en un visto y
no visto. Podría haberse extendido algo más en el desarrollo para dar más peso a algunas reflexiones
o para brindar más sabor literario al conjunto. La prosa tampoco brilla demasiado. Puesto de otra forma: edificio
filosófico que ha descuidado el ladrillo. Ni fu ni fa.
12 de junio de 2014
Vidas cruzadas
Short Cuts de Raymond Carver.
El mejor relato es el de la tarta de cumpleaños ("Una cosa
pequeña y buena"), los demás... Si algo tiene Carver es la capacidad de invocar
sin nombrar, es decir, conseguir que reflexiones sobre cosas que no aparecen explícitamente
en el relato. Un punto para Raymond. El problema es que las cuestiones que
despierta, en la mayoría de los casos, atienden a factores humanos
intrascendentes. Toda la carga de los relatos recae sobre la emoción o el
efecto que generan, puesto que no expanden tu punto de vista o te proporcionan
alguna idea nueva (del contenido espiritual/metafísico ni hablamos), simplemente intentan darte un coscorrón emotivo apoyándose
en el minimalismo para reflejar el vacío existencial o las zonas grises de la
experiencia. El estilo minimalista encaja a la perfección con lo que se narra,
pero ahí se queda. Que en su época fue revolucionario y rompedor, por supuesto, ahora bien, lo que transmite a efectos de profundidad o relevancia no es nada. Entiendo el logro de
Carver, pero no va más allá de la vida de ciertas personas, se queda en el
aspecto humano, no trasciende la corteza de lo terrenal.
10 de junio de 2014
Billie Jean
Bélver Yin de Jesús Ferrero.
Me faltaron pocas páginas para terminarlo... lo intenté. Cogí este libro porque leí en algún sitio que tenía trazas de taoísmo,
en fin... Una historia que nada tiene que ver con el Tao, es más, incluso desarrolla
elementos que van en contra. Un personaje que supuestamente es taoísta se mete
en una secta que ostenta poder y busca "la hegemonía de China"... El mismo personaje ordena a una mujer que mate a otro... Aparecen
situaciones bélicas y gestos que denotan muy poca sabiduría espiritual... Así que va de taoísta pero los personajes actúan de forma opuesta. Además,
el propio autor, a la hora de intentar compartir "su sabiduría", reparte frases
que demuestran que no sabe lo que supone el taoísmo. Pensando mal, Jesús
Ferrero ha intentado agarrarse al tren de lo new age (que tanto éxito
tuvo en los años 70-80), pero sin tener ni idea del tema. ¿Literariamente? La
obra es un desierto... prosa normalita, una historia que cabalga al ritmo de unas
elipsis truculentas, con unos frenazos y unas aceleraciones en el desarrollo
que es para hacérselo mirar. Hay un intento de hacer algo con los opuestos
(masculino-femenino, yin-yang), pero que no llega a coger cuerpo en la
narración, no alcanza la densidad suficiente como para transmitir algo
trascendente. Molesta mucho que usen filosofías espirituales de forma tan banal.
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