24 de julio de 2011

Y de su sombrero sacó nada

La carretera de Cormac McCarthy.

"Hostia qué habrá pasado y cómo acabará" es la sensación que te mantiene leyendo el libro hasta el final. Y al final nada. La idea apocalíptica está trilladísima. Me parece un ejercicio de escritura aproximadamente buena sobre nada en concreto, y eso es. Hay que tener huevos para escribir 200 páginas acerca de un padre y su hijo caminando por la carretera y ya está. No sé dónde está la genialidad, bueno sí, en escribir algo tan monótono y que se lo coma todo el mundo. Me recuerda a la peli Una historia verdadera de David Lynch. Tú te tragas la película entera esperando que pase algo y en realidad no pasa nada. Simplemente hay una especie de tensión que te hace aguantar hasta ver el desenlace pero nada especial.

19 de julio de 2011

Bird - Kikuhiko

Una cuestión personal de Kenzaburo Oe.

Nace el bebé y sale con un bulto enorme en la cabeza. El padre sufre muchísimo debatiéndose entre hacer el bien (intentar salvarlo aunque viva como un vegetal) o hacer el mal (matarlo y librarse de él para ser libre). El texto flota sobre ese juego moral. Se ve una clara tensión entre opuestos: el bebé como algo malo y monstruoso ya que biológicamente está enfermo, frente al protagonista que responde a lo biológicamente aceptable, y viceversa, ya que el bebé es algo inocente cuyos actos no pueden ser malignos mientras que los actos del humano pensante están orientados hacia el mal con tal de ser libre. Bird (pájaro = libertad, es el prota), tras una lucha interior al final decide salvarlo. La idea me parece muy normalita. El desarrollo no está mal, es sencillito y se deja leer; el final no me gustó, en apenas dos o tres hojas cambia la decisión del protagonista y el hilo de los acontecimientos. Encima acaba con final feliz. Creo que para que una idea tan sencilla se erija como algo de mucho valor necesita un enfoque más profundo.

7 de julio de 2011

Tremendo puff

Las enseñanzas de Don Juan de Carlos Castaneda.

Empieza interesante, con ciertos síntomas de contenido con calidad y profundidad pero al poco tiempo se pierde en descripciones vacías y en paranoias sobre la droga, tema que a mí personalmente no me interesa.

6 de julio de 2011

Medio ocre

El país de las últimas cosas de Paul Auster.

Llegué a la página 30. Es que es muy graciosillo el amigo. Un club de asesinato donde la gente contrata asesinos para que los maten por sorpresa, una carrera de la muerte (a pie)... está consiguiendo lo que Picasso nunca pudo, crear como un niño. Menudo personaje. Lanza las ideas al aire como cometas y qué bonitas son las cometas pero son sólo cometas. Hoy cocinamos con Paul, receta para un libro que sea vendible: escribe como te salga, da igual, para suplir la mediocridad de tu prosa ya están las grandes ideas austerianas, sí sí, esas que a todo mortal se le ocurren en un día de resaca pero que hasta las neuronas encharcadas de alcohol detectan que son ideas estúpidas e irrelevantes si no te paras a desarrollarlas a pleno rendimiento el día siguiente. Vamos que este libro se hizo de resaca. Lo peor de todo es que era resaca de botella de ginebra marca Carrefour.