Ejercicios de estilo de Raymond Queneau.
- Me gustó mucho – dice ella.
- Menuda hez de libro, parece que lo ha escrito un niño pequeño – digo.
- Es que son eso, ejercicios de estilo, no busques
más – dice ella.
- Hombre, para eso me voy a Bernhard, que es un ejercicio de
circularidad constante y además tiene ideas – digo.
- Bernhard es distinto – dice ella.
- La introducción dice que la inspiración de Rainman, digo
Raymond, es Bach, algo que desarrolló Bernhard con exquisito resultado en El
Malogrado – digo.
- Qué quieres que haga... a mí me gustó – dice ella.
- Vaya puta mierda de libro, menudas gilipolleces – digo.
- ¿Qué esperas? Son ejercicios de estilo, enfoques
diferentes sobre lo mismo – dice ella.
- ¡Joder!, para eso me leo a Bernhard, con su circularidad, su
suicidio, su locura... – digo.
- Bernhard es diferente – dice ella.
- La repetición de Raymond se inspira en Bach, igual que
Bernhard, pero Bernhard lo hace mejor – digo.
- Bueno, a mí me gustó – dice ella.
- Menuda castaña de libro – digo.