El autor, nacido en 1984, parte de esta premisa: nuestra generación se ha criado "aprendiendo a considerar normal un mundo que, en términos ecológicos, es una estafa piramidal [...] Nos va a tocar ya casi más gestionar la resaca que disfrutar de la fiesta, en una proporción de injusticia generacional que solo puede crecer. Y que nuestros hijos y nietos sufrirán con más crudeza".
Lo que sucede es que hemos convertido la Tierra en algo nocivo y vamos a tener que lidiar con ello. En este estupendo ensayo, Emilio Santiago acepta que vamos a vivir un siglo convulso e inestable en términos socioecológicos, pero se aleja del derrotismo de los colapsistas (de ahí el título).
Si bien es un texto bien escrito, es más reactivo que creativo, esto es, se centra más en justificar por qué no vamos a vivir un colapso que en aportar posibles soluciones. También hay que decir que muchas veces faltan datos para apoyar las afirmaciones y que el autor se excede con los malabares conceptuales y la ornamentación lingüística.
Apuntes (con mis comentarios en azul):
- "Estamos en el umbral de un futuro ecológicamente disruptivo en el que el viejo mundo se derrumbará".
El colapso tiene varias implicaciones:
Primera: se dan "cuatro macrofenómenos" que son "el retroceso tecnológico, la desagregación política, la relocalización productiva y la inviabilidad de lo urbano, cuya contraposición será un nuevo florecimiento rural".
Segunda: el bienestar material se verá reducido.
Tercera: aunque esto traiga cambios que afectarán negativamente a gran parte de la población, es una oportunidad para mejorar la sociedad. Cuanto antes nos adaptemos a usar tecnologías sencillas y a la producción local, más resistiremos.
- "El colapsismo no es ciencia. Es ideología". Habla de que los colapsistas ven lo que quieren ver en los modelos que justifican sus ideas. Sin embargo, Santiago lanza afirmaciones como que, en caso de colapso, ya no se podría volver a la vida rural porque ha sido profundamente alterada, pero ni desarrolla la idea ni ofrece datos.
- "La crisis ecológica nos obligará a llevar vidas más autosuficientes y comunitarias, con un fuerte componente de ruralidad y con estructuras de poder mucho más simplificadas".
- Los colapsistas apuestan por la proliferación de Estados fallidos y esto supondría esa pérdida de complejidad social de la que habla el colapsismo y que es fruto del "fracaso ecológico de la civilización industrial en el primer tercio del siglo XXI".
El autor afirma que "nada de la apuesta política colapsista tendría sentido si un Estado como el español siguiera siendo viable en el año 2060, vertebrando el orden social y regulando funcionalmente las necesidades básicas de la población, aunque el cambio climático haya generado una vida sustancialmente peor".
- Algunos colapsistas asocian el pico del petróleo (estamos en el pico máximo de producción y esto sólo puede caer) al pico de otros recursos.
El autor argumenta que el desarrollo del fracking ha sido clave para evitar esa crisis del petróleo, aunque Turiel y otros aseguran que no es rentable y que es una especie de vía de escape temporal.
Santiago dice que el fracking se está extendiendo y se apoya en Rubén Martínez e Isidro López pues sostienen que "el gran fallo intelectual del discurso del peak oil, que con matices es extensible a la economía ecológica, es una interpretación funcionalista del dinero. Como si este fuera un mero instrumento de traducción de riqueza natural y de transmisión de información objetiva, y no una tecnología relacional para el reparto y la acumulación de poder que puede funcionar con la autonomía suficiente respecto a las leyes naturales para provocar efectos decisivos". ¿Qué significa esto? Quiere sonar grandilocuente y profundo, pero falta claridad. Tampoco aporta datos sobre el fracking.
Más adelante intenta desmontar la teoría del peak oil diciendo que Laherrère, uno de los padres de esa hipótesis, afirmaba que lo preocupante "no debe ser tanto el petróleo que nos falta, eso que obsesionaba al mundo del peak oil a principios de siglo, como el petróleo que debe quedar en el subsuelo para evitar un cambio climático catastrófico. Muchas investigaciones apuntan en la misma línea". Son ideas diferentes.
- Los colapsistas también tienen un punto de vista pesimista sobre las energías renovables. Según ellos, una sociedad para ser sostenible tiene que disminuir su consumo energético, además de que para crear infraestructuras sostenibles se necesitan combustibles fósiles.
Según Santiago, los colapsistas aquí fallan en dos aspectos:
1. Dan por evidencias técnicas posiciones que no tienen un consenso científico.
2. Subestiman el "estímulo depredador e irracional que nuestra física socioeconómica introduce en cualquier realidad productiva, unido a una falta de imaginación política para pensar las renovables operando bajo otro marco". Comentario genérico y poco desarrollado que tampoco viene apoyado por datos. Parece decir: ya se inventarán algo los ricachones de turno para sacar tajada. Y eso de "otro marco" es una ambigüedad.
Asegura que hay cierto optimismo hacia las renovables "por la espectacular reducción de costes de las tecnologías". Y yo, recociéndome en mi ignorancia, pregunto: ¿esta bajada de precio no tiene nada que ver con el uso del carbón en China? No lo desarrolla.
- Dice que un artículo de 2022 en el que participaron dos figuras importantes con ideas opuestas (Mark Jacobson y Ugo Bardi) llegó a la conclusión de que la energía renovable puede suministrar el 100% de la energía en el mundo.
- Habla de la falta de minerales para la transición a las renovables. Los coches eléctricos son un problema porque para su creación se necesitan muchos minerales y no se pueden fabricar 1.000 millones de coches eléctricos. Habría que dejar de usar el coche. El consumo de litio bajaría un 90% si la movilidad se basara en patinetes y bicicletas, se redujeran los vehículos privados, se viajara en transporte público y se reciclaran minerales.
Hay una parte importante de emisiones (alrededor de 1/3) que no se pueden electrificar (maquinaria pesada, buques, aviones, procesos industriales como la fabricación de fertilizantes, etc.).
"Que en las próximas décadas nuestro consumo energético debe decrecer es tan evidente que hasta los planes oficiales de transición energética de nuestros gobiernos lo contemplan".
- "El clima no es la única emergencia a la que nos enfrentamos: la destrucción de biodiversidad, la pérdida de suelo fértil o la presión sobre el agua dulce [...] nos exigen abandonar el imperativo de expansión perpetua de nuestra economía". Hay que reducir el materialismo, liberar la acumulación de capital y separar felicidad de consumismo. El ABC del ecologismo transformador.
- Critica que "las tesis centrales del colapsismo respecto a la energía [...] no han pasado aún por un proceso de aprobación generalizada entre los propios expertos energéticos, fase inicial de una aceptación más amplia. Es un discurso traumático que es académicamente minoritario y al que le falta madurez científica. Hay otros discursos científicamente legitimados en los que apoyarse que son menos traumáticos".
- Menciona una ola de calor que afectó a los colegios de Madrid y dice "a la espera de que un gobierno ecosocialista futuro reconvierta bioclimáticamente nuestros edificios públicos, el calor en las aulas de las niñas y niños de Madrid no depende del peak oil. Depende del control de los presupuestos autonómicos". Aquí se permite ser simplista y llevar todo el peso hacia la política. Claro que no tiene nada que ver con el peak oil pero sí con el cambio climático. A veces padece visión de túnel y se centra en el peak oil sólo.
Segunda: el bienestar material se verá reducido.
Tercera: aunque esto traiga cambios que afectarán negativamente a gran parte de la población, es una oportunidad para mejorar la sociedad. Cuanto antes nos adaptemos a usar tecnologías sencillas y a la producción local, más resistiremos.
- "El colapsismo no es ciencia. Es ideología". Habla de que los colapsistas ven lo que quieren ver en los modelos que justifican sus ideas. Sin embargo, Santiago lanza afirmaciones como que, en caso de colapso, ya no se podría volver a la vida rural porque ha sido profundamente alterada, pero ni desarrolla la idea ni ofrece datos.
- "La crisis ecológica nos obligará a llevar vidas más autosuficientes y comunitarias, con un fuerte componente de ruralidad y con estructuras de poder mucho más simplificadas".
- Los colapsistas apuestan por la proliferación de Estados fallidos y esto supondría esa pérdida de complejidad social de la que habla el colapsismo y que es fruto del "fracaso ecológico de la civilización industrial en el primer tercio del siglo XXI".
El autor afirma que "nada de la apuesta política colapsista tendría sentido si un Estado como el español siguiera siendo viable en el año 2060, vertebrando el orden social y regulando funcionalmente las necesidades básicas de la población, aunque el cambio climático haya generado una vida sustancialmente peor".
- Algunos colapsistas asocian el pico del petróleo (estamos en el pico máximo de producción y esto sólo puede caer) al pico de otros recursos.
El autor argumenta que el desarrollo del fracking ha sido clave para evitar esa crisis del petróleo, aunque Turiel y otros aseguran que no es rentable y que es una especie de vía de escape temporal.
Santiago dice que el fracking se está extendiendo y se apoya en Rubén Martínez e Isidro López pues sostienen que "el gran fallo intelectual del discurso del peak oil, que con matices es extensible a la economía ecológica, es una interpretación funcionalista del dinero. Como si este fuera un mero instrumento de traducción de riqueza natural y de transmisión de información objetiva, y no una tecnología relacional para el reparto y la acumulación de poder que puede funcionar con la autonomía suficiente respecto a las leyes naturales para provocar efectos decisivos". ¿Qué significa esto? Quiere sonar grandilocuente y profundo, pero falta claridad. Tampoco aporta datos sobre el fracking.
Más adelante intenta desmontar la teoría del peak oil diciendo que Laherrère, uno de los padres de esa hipótesis, afirmaba que lo preocupante "no debe ser tanto el petróleo que nos falta, eso que obsesionaba al mundo del peak oil a principios de siglo, como el petróleo que debe quedar en el subsuelo para evitar un cambio climático catastrófico. Muchas investigaciones apuntan en la misma línea". Son ideas diferentes.
- Los colapsistas también tienen un punto de vista pesimista sobre las energías renovables. Según ellos, una sociedad para ser sostenible tiene que disminuir su consumo energético, además de que para crear infraestructuras sostenibles se necesitan combustibles fósiles.
Según Santiago, los colapsistas aquí fallan en dos aspectos:
1. Dan por evidencias técnicas posiciones que no tienen un consenso científico.
2. Subestiman el "estímulo depredador e irracional que nuestra física socioeconómica introduce en cualquier realidad productiva, unido a una falta de imaginación política para pensar las renovables operando bajo otro marco". Comentario genérico y poco desarrollado que tampoco viene apoyado por datos. Parece decir: ya se inventarán algo los ricachones de turno para sacar tajada. Y eso de "otro marco" es una ambigüedad.
Asegura que hay cierto optimismo hacia las renovables "por la espectacular reducción de costes de las tecnologías". Y yo, recociéndome en mi ignorancia, pregunto: ¿esta bajada de precio no tiene nada que ver con el uso del carbón en China? No lo desarrolla.
- Dice que un artículo de 2022 en el que participaron dos figuras importantes con ideas opuestas (Mark Jacobson y Ugo Bardi) llegó a la conclusión de que la energía renovable puede suministrar el 100% de la energía en el mundo.
- Habla de la falta de minerales para la transición a las renovables. Los coches eléctricos son un problema porque para su creación se necesitan muchos minerales y no se pueden fabricar 1.000 millones de coches eléctricos. Habría que dejar de usar el coche. El consumo de litio bajaría un 90% si la movilidad se basara en patinetes y bicicletas, se redujeran los vehículos privados, se viajara en transporte público y se reciclaran minerales.
Hay una parte importante de emisiones (alrededor de 1/3) que no se pueden electrificar (maquinaria pesada, buques, aviones, procesos industriales como la fabricación de fertilizantes, etc.).
"Que en las próximas décadas nuestro consumo energético debe decrecer es tan evidente que hasta los planes oficiales de transición energética de nuestros gobiernos lo contemplan".
- "El clima no es la única emergencia a la que nos enfrentamos: la destrucción de biodiversidad, la pérdida de suelo fértil o la presión sobre el agua dulce [...] nos exigen abandonar el imperativo de expansión perpetua de nuestra economía". Hay que reducir el materialismo, liberar la acumulación de capital y separar felicidad de consumismo. El ABC del ecologismo transformador.
- Critica que "las tesis centrales del colapsismo respecto a la energía [...] no han pasado aún por un proceso de aprobación generalizada entre los propios expertos energéticos, fase inicial de una aceptación más amplia. Es un discurso traumático que es académicamente minoritario y al que le falta madurez científica. Hay otros discursos científicamente legitimados en los que apoyarse que son menos traumáticos".
- Menciona una ola de calor que afectó a los colegios de Madrid y dice "a la espera de que un gobierno ecosocialista futuro reconvierta bioclimáticamente nuestros edificios públicos, el calor en las aulas de las niñas y niños de Madrid no depende del peak oil. Depende del control de los presupuestos autonómicos". Aquí se permite ser simplista y llevar todo el peso hacia la política. Claro que no tiene nada que ver con el peak oil pero sí con el cambio climático. A veces padece visión de túnel y se centra en el peak oil sólo.
- La visión holística ayuda, pero puede ser negativa si impide analizar en profundidad hechos concretos.
El ecologismo defiende la descentralización del poder, por tres motivos:
1. Sostenibilidad
"Una economía sostenible es una economía de proximidad, que ha minimizado el transporte y que ha alcanzado cierto grado de autosuficiencia relativa".
2. Optimización política
"Como las comunidades pequeñas son más compatibles con instituciones de democracia densa será más fácil construir ciudadanía políticamente comprometida en estructuras de poder más pequeñas".
¿Ser políticamente comprometido es bueno? ¿Qué significa? ¿Que la comunidad sea pequeña significa que los políticos van a pensar más en el bien común?
3. Las comunidades pequeñas son fuente de felicidad
3. Las comunidades pequeñas son fuente de felicidad
No justifica esto.
- Cuba vivió algo similar al pico del petróleo y salió adelante gracias a un Estado socialmente comprometido. Alega que el colapsismo "invita a desertar" del Estado.
- Cuando hay crisis (como se vio con el Covid), el Estado suele crecer, no diluirse. Alega que el Estado es necesario para lograr cualquier transformación.
- Cuba vivió algo similar al pico del petróleo y salió adelante gracias a un Estado socialmente comprometido. Alega que el colapsismo "invita a desertar" del Estado.
- Cuando hay crisis (como se vio con el Covid), el Estado suele crecer, no diluirse. Alega que el Estado es necesario para lograr cualquier transformación.
- Una de las ideas clave de Santiago es que el colapsismo puede ser contraproducente, pues puede llevar a creer que no podemos reaccionar ante la crisis. El fallo del colapsismo es ser derrotista y alejarse de lo político. Un ecologismo transformador tiene que ir alineado con el Estado (estar en política) y tiene que ser constructivo y positivo.
- El ecologismo, aparte de lanzar verdades científicas, tiene que "contagiar los principios de un sistema de valores diferente", es decir, hacer que el mensaje llegue y que las personas lo integren.
- La solución es el decrecimiento.
- Lo que está claro es que estamos llegando a los límites planetarios y que el uso de energía y materias primas va a verse reducido.
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