Sin hacer mucho ruido: obra maestra. Prosa tan sencilla como bella. Una sencillez
que no es gratuita porque complementa al contenido. Dos gemelos viven con su
abuela en plena guerra, en plena pobreza. Inteligentes, fríos,
calculadores, en ningún momento muestran sentimientos, como si no tuvieran
emociones. Matan, roban, mueren sus familiares... y no sienten nada, pero al
hacer el bien tampoco. En una parte del texto se menciona que son inseparables.
La narración es en primera persona del plural lo que remarca esa unidad. Los
gemelos representan dos opuestos, más concretamente, simbolizan la unión del
bien y del mal, el yin y el yang. A lo largo del texto se aprecia que a veces
son buenos y a veces son malos, siempre están en un punto medio, pero porque no
son conscientes de lo que es cada cosa, no dividen la realidad en dos opuestos,
y así el lector tampoco puede clasificar su conducta rotundamente. También
hacen ejercicios como el de inmovilidad que funciona como símil de la meditación, como diciendo que se asemejan a los monjes.
Además, como ellos mismos comentan, sólo están interesados en los hechos
objetivos porque el resto no son verdades. La autora presenta la unión de esta
dualidad arquetípica y nos dice que para estar más allá del bien y del mal hay
que desapegarse del entorno, ser objetivo, no involucrarse emocionalmente, es
decir, rechazar todo lo que nos hace humanos, sufrir una deshumanización. El final es muy interesante ya que
ocurre algo que separa a los extremos haciendo que el lector dude de la
veracidad de todo lo ocurrido anteriormente y por lo tanto, insinúa que la
unión de bien y mal no es posible, que para que ambos extremos desaparezcan
tiene que haber cierta falsedad o actitud cínica. Y me quito el sombrero ante la idea de que El gran cuaderno, al mismo tiempo que es una libreta en la que ellos van apuntando sus experiencias, es el libro que tenemos entre manos. La autora consigue que algo que está dentro de la historia traspase la barrera de la ficción y se convierta en algo aparentemente real, dando así más potencia a la propia ficción.
31 de agosto de 2013
30 de agosto de 2013
DJ Rafa
Todo está perdonado de Rafael Reig.
Soporté 30 y pico páginas. Si algo tiene este libro es la
capacidad de hacerte sentir que estás viendo una película de serie B, que se ha
intentado hacer A, pero no ha podido ser. Te empieza hablando de fútbol y de
zonas de Madrid (muy empático) y te bombardea con nombres propios y temas históricos que
personalmente no me interesan nada. Luego te das cuenta de que Madrid es como
Venecia, las calles son acuáticas. Muy bien, gran idea, mi pregunta: ¿cómo es
posible que el libro trate ser algo cercano a la ciencia ficción y parezca tan
antiguo? Remarco con tono más crítico: no se puede plantear un libro que quiere
ser ciencia ficción a través de un estilo y una prosa que resultan antiguas, y
menos si gran parte del contenido es de carácter histórico, por no mencionar
que todo está salpimentado con un toque de novela negra. ¿A lo mejor ahí está
la gracia? Puede ser, pero a mi paladar no intentes darle amargo, agrio, dulce
y salado al mismo tiempo de una manera tan poco elaborada porque lo va a
escupir. Está claro que el autor quiere hacer un popurrí de novela negra, ciencia
ficción, historia... y no funciona, no encuentro los motivos detrás de eso, y el estilo no acompaña.
Bueno, sí hay motivos, supongo que el autor busca ser original, hacer algo nuevo, pero no creo que mezclar géneros sea algo que en sí mismo se pueda considerar moderno o innovador.
29 de agosto de 2013
El fixer
El reparador de Bernard Malamud.
Un hombre viaja a Kiev y le cargan el asesinato de un niño por
el simple hecho de ser judío. Bien escrita. Demasiado extensa. El autor se
recrea excesivamente en describir detalles innecesarios. Sobran datos, falta
acción. Mucha especulación entre el protagonista, el fiscal y el juez sobre la
culpabilidad o la inocencia del protagonista. Y luego el amigo se tira en la
cárcel un buen tocho de páginas. Aburre un poco. A veces se nota que la
narración va por raíles, como que está muy planificada. También se aprecia
cierto ensimismamiento, el diámetro de circunstancias posibles, de lo que puede
suceder, es muy reducido. Todo esto da cierto aire de certidumbre que no es demasiado
positivo en un texto. Hay varios clichés, aunque podríamos pasarlos por alto ya
que supuestamente está basada en hechos reales. Aparece el despreciable recurso
de poli bueno poli malo. Hay un fallo en la trama bastante gordo que hace
asumir al lector que las autoridades rusas son tontas de remate. Hay una irracionalidad
demasiado marcada en algunos personajes. En general puede valer, tiene sus cositas, pero no considero
que sea una gran novela.
28 de agosto de 2013
Lo sublime
Perorata del apestado de Gesualdo Bufalino.
Una nube de enfermedad, sueños, recuerdos, amor y locura se
desplaza por el cielo como una estrella fugaz empujada por el soplido poético
del narrador. Un sanatorio, hospital, quizás manicomio, lleno de enfermos, el
protagonista uno de ellos. Prosa exquisita, de lo mejorcito que he leído en los
últimos años, algo recargada en algunas partes, pero con un poco de pausa para
saborear, el gustirrinín se mantiene. Imágenes y metáforas muy buenas. Alta
cocina poética. La historia en sí misma no es gran cosa, pero las formas del
autor la convierten en un manjar literario. Aparecen algunas reflexiones sobre
religión, la muerte, el amor, los recuerdos... Esto sí es literatura. Muy
recomendable.
21 días con...
Diario del ladrón de Jean Genet.
La introducción ya lo dice claro, el libro va de delincuentes
y homosexuales. No me atrevería a decir que sea un mal libro porque no me
interesa el tema para nada. Un fallo del autor podría ser no conseguir que el tema me interese, dejémoslo ahí. Demasiado narrador, demasiada concentración en sí mismo, del narrador o del autor, igual da, primos hermanos. Prosa algo alambicada, a veces, con algún detalle interesante, a veces, pero algo espesa, sopita veraniega, no veo los fideos que me inviten a continuar sorbiendo. Vuelvo a decir: quizás en su época era subversivo y rompedor y daba voz a los marginados sociales, pero como texto en sí mismo no me dice gran cosa.
19 de agosto de 2013
Nasti de plasti
Nada de Carmen Laforet.
"Nada no es una novela perfecta, pero es imposible escapar a su indefinido encanto. Es aparentemente un ejercicio narrativo sencillo, pero se ha convertido, sin discusión ya, en un clásico". Es decir, la introducción del propio libro nos dice que no es nada del otro mundo, pero que misteriosamente se han puesto todos de acuerdo para que el libro tenga la etiqueta de clásico y sea reconocido como tal y te lo comas. El argumento... una tía llega a Barcelona para estudiar algo de letras y reencuentra a algunos familiares. Interesantísimo. Te lees 3 o 4 capítulos y la monotonía es absoluta, sin discusión ya, uno de los mejores despliegues nacionales de aburrimiento. La prosa es malucha, ejemplo: "como en aquel verano de mis siete años, cuando mi última visita a los abuelos". Hay varios errores de ese tipo. Me parece un libro mediocre, mundano, terrenal, que supongo busca resaltar lo cotidiano, lo cual no es sorprendente y menos con la baja calidad de la prosa. Cansa, imposible seguir adelante, transmite muy pocas cosas. Quizás en su época (1944) tendría mucho significado, ahora es un texto del montón.
"Nada no es una novela perfecta, pero es imposible escapar a su indefinido encanto. Es aparentemente un ejercicio narrativo sencillo, pero se ha convertido, sin discusión ya, en un clásico". Es decir, la introducción del propio libro nos dice que no es nada del otro mundo, pero que misteriosamente se han puesto todos de acuerdo para que el libro tenga la etiqueta de clásico y sea reconocido como tal y te lo comas. El argumento... una tía llega a Barcelona para estudiar algo de letras y reencuentra a algunos familiares. Interesantísimo. Te lees 3 o 4 capítulos y la monotonía es absoluta, sin discusión ya, uno de los mejores despliegues nacionales de aburrimiento. La prosa es malucha, ejemplo: "como en aquel verano de mis siete años, cuando mi última visita a los abuelos". Hay varios errores de ese tipo. Me parece un libro mediocre, mundano, terrenal, que supongo busca resaltar lo cotidiano, lo cual no es sorprendente y menos con la baja calidad de la prosa. Cansa, imposible seguir adelante, transmite muy pocas cosas. Quizás en su época (1944) tendría mucho significado, ahora es un texto del montón.
18 de agosto de 2013
Basurero a tus basuras
Bariloche
de Andrés Neuman.
Va de basureros. Nada que destacar. Escritura correcta pero plana. Algo repetitiva. No suceden cosas interesantes. Como se progresa fácilmente,
mantienes la lectura con la esperanza de que pase algo, pero cuando en la mitad
del texto pasa, inmediatamente dejas de leer. ¿Qué pasa? El protagonista se acuesta con la mujer de su amigo basurero, historia de cuernos de manual, nunca vista, poco trillada. Y así es como el autor
demuestra su descomunal inventiva y se desmarca del resto de sus
contemporáneos. Empezaré a leer los azulejos del baño que
siempre esconden formas interesantes.
17 de agosto de 2013
No pises las moras
Ciencias morales de Martín Kohan.
No gracias. Y lo digo después de 19 páginas. Estilo
entumecido, gris nube gallega. Aburre. Que a la una menos cuarto María Teresa
coja el autobús siempre y cuando éste no se retrase, no es del todo excitante. Que un
hombre se apoye en un poste, en una farola o en una pared, tampoco es algo memorable.
Que haya 10/15 páginas en castellano-argentino plomizo explicando que el colegio
que era de machos se vuelve mixto y que hay que vigilar a los niños no vaya a
ser que hagan guarrerías, que a priori
puede parecer un tema interesante, pero escrito con el ritmo de los caracoles y
la solemnidad del enterrador, resulta muy aburrido. Premio Herralde, un aplauso, se la
clavas a otro, gran invento las bibliotecas.
16 de agosto de 2013
Una fosa común
El jardín colgante de Javier Calvo.
Avanzar en esta novela es como caminar por el fango, no es
que sea difícil de leer, es que se necesita mucho esfuerzo para tolerar tantos
asesinatos literarios, el olor a putrefacción de los cadáveres se hace
insoportable. Yo estuve con la mano en la nariz hasta la página 138, en ese
momento decidí enterrar el libro y respirar aire fresco. Hablemos de fiambres. Por ejemplo
(se avecina chiste malo): Javier es un escritor demasiado mental, no por la grandilocuencia de su
materia gris sino porque le encantan los adverbios acabados en
"-mente", tanto es así que puede soltarse un
"inverosímilmente", un "sumariamente" o incluso un
"desafiantemente" que ni aparece en la RAE y quedarse tan ancho.
Aparte de que esos adverbios suenan mal, el exceso de "-mente"
demuestra falta de recursos. Por ejemplo 2: hay que revisar esa sintaxis...
"quedársela mirando", "dudo de que sea legal", "se lo
queda mirando", independienteMENTE de que sean formas correctas o
incorrectas, suenan muy mal. Por ejemplo 3: la manía de narrar con sencillez
(sencillaMENTE) y de repente meter un palabro tipo "estrigiforme" que
no pinta nada, como para demostrar algo. Por ejemplo 4: referencias estúpidas,
no sé si alguien sabrá quiénes son "Carl Perkins" y "Douglas
Fairbanks", no sé qué pretende el autor, supongo que quiere ponerse por
encima del lector con referencias que sólo conoce él (o soy muy ignorante). Por ejemplo 5: la
exquisita forma en la que se transmite que un personaje es un genio, esto es,
leyendo su CV (lamentabla). Por ejemplo 6: clichés, véase el personaje que es
un genio, que puede valer, pero no contento con esto el autor multiplica el cliché
con una escena en la que el geniecillo es capaz de saber la vida entera de una
persona con sólo verla, a lo Sherlock Holmes, lo cual es totalMENTE innecesario
y sólo busca el efecto fácil; o el cliché con la típica escena de uno que entra
en un lugar y oye voces que vienen hacia él y se esconde y escucha una
conversación trascendental y requetemaligna. Por ejemplo 7: la repetitiva e irritante
aclaración del narrador entre diálogos tipo "murmura Esteban",
"carraspea", "dice Pepe", "susurra Peter",
"frunce el ceño", "se ríe Juan". Creo que un texto de 2012
ya debería simplificar al máximo esto último. Por ejemplo 8: el rollo del politiqueo, aparte de que me parece un tema que a duras penas cabe en la literatura, en este caso está tratado de una manera demasiado
terrenal. Por ejemplo 9: no le encuentro la gracia, ni tampoco veo el mensaje... No tengo nada más que decir, señoría.
15 de agosto de 2013
Me llamo Benito, pero llámame Ben
Saliendo de la estación de Atocha de Ben Lerner.
Benito quiere mostrar lo inteligente que es. Benito escribe
para el aplauso. Benito expresa ideas vacías u obviedades que en su afán por demostrar la profundidad de su intelecto se disfrazan de oscuridad. Benito se cree un demiurgo
omnipotente y mira por encima del hombro al lector. Benito es demasiado
racional y no tiene humor. Benito no sabe de tramas ni de argumentos. Benito
sólo habla de relaciones chico-chica y se cree guay porque tiene
problemas psicológicos, toma drogas y vive en un ático en el centro de Madrid. Benito
intenta reflexionar sobre las relaciones entre arte y lenguaje y entre realidad y ficción. Benito escribe lo primero que
se le pasa por la cabeza y según algunas reseñas parece que estamos ante la encarnación del espíritu de Sartre, Wittgenstein y Nietzsche juntos. Benito se saca de la manga escenas para crear un efecto. Benito
hace que el protagonista viaje por España porque él viajó cuando estuvo
aquí, no porque sea relevante. Benito cree que su vida nos interesa. Benito trata un atentado de forma
superficial y lo usa como reclamo. Benito tiene la misma profundidad que mi
bañera. Benito es aburrido. Benito ha venido a España y se ha contagiado de la
literatura autóctona. Benito y su historia humana monótona, vacía y
sobreintelectualizada. Que sí, que nos quiere decir que el protagonista es un chaval anestesiado, egocéntrico, solipsista, que necesita vivir situaciones hiperrealistas para sentir la realidad y sentirse vivo porque está encerrado en su propio mundo, ¿alguna novedad?, ¿tienes algo más que añadir, Benito? Los elementos prosa, trama, argumento, personajes, etc., no acompañan adecuadamente a lo que se quiere expresar, apoyan de forma muy mediocre. Y las reflexiones sobre el mundillo del arte/literatura me parecen obvias, intrascendentes y recargadas de racionalidad.
14 de agosto de 2013
Claramente fallida
Susana y los viejos de Marta Sanz.
Premio Nadal 2006, y ya no nos sorprende que un texto tan
paupérrimo se lleve un premio. Leí 15 páginas. Nada más abrir te encuentras uno
de los estilos más atascados que ha visto ser humano, una trombosis narrativa tamaño
catedral. Se rumorea que la autora invirtió los 18.000 euros del premio en la
hospitalización de su estilo con el fin de que éste se acercara a la normalidad.
Aquí principalmente fallan dos cosas: un estilo mal construido, plagado de
comas, y a su vez, un manejo muy deficiente de dichas comas. Ejemplo: "Clara
poseía el privilegio fantasmagórico de la sorpresa y, sin embargo, hace unos
días ella, desde dentro de su sigilo, había sido la sorprendida porque
comprendió, de golpe, que ese estar o no estar, que la dotaba de fuerza y de
cierta dosis de magia, podía interpretarse también como un ser o no ser". Y del
amago de profundidad no digo nada porque entonces nos ponemos todos aquí a
vomitar y se ensucia el blog. Más allá de las comas, el estilo en sí mismo tampoco brilla: "se ha dado cuenta, eso sí, con otras palabras, de que las bocas aquilatan el
valor de los relatos y de que desconfía de que los demás crean lo que ella
llegó a ver". Te mete un "aquilatan" y tres "de que" en la misma frase... ¡olé tú! No contenta con esto, incluye el nombre
de la protagonista hasta en la sopa. No pongo una cita porque puede causar
muertes repentinas, simplemente voy a decir que en la página 12, por ejemplo,
aparece el nombre "Clara" once veces y que una lectura en diagonal revela "Claras"
por todas partes, como pequeñas partículas de moho instaladas en la
putrefacción del texto. Mucha clara y poca yema.
13 de agosto de 2013
¡Chhh!
Nocturno de Chile de Roberto Bolaño.
Temas: política, religión, arte, literatura... No sé qué tiene este libro, pero sin contar con un argumento
especialmente atractivo, sin tener una prosa llamativa, resultando inverosímil
en algunas partes, construyendo alguna frase malsonante ("que yo era quien él
buscaba", "estaba a espaldas mías"), sin tener un contenido atronador,
sin ser excesivamente emotivo, te lo comes enterito y te deja buen sabor de
boca. No es un gran libro, no tiene nada que se pueda destacar de sobremanera,
pero fluye mucho y entretiene. Creo que es un ejemplo de cómo un estilo ágil y depurado puede ser el motor
de un texto.
12 de agosto de 2013
Vale-tudo
Mi primo, mi gastroenterólogo de Mark Leyner.
Ballard y Burroughs en una montaña rusa. Como si hablaran
entre ellos. No sé si novela o relatos sueltos. Igual da. Caos estratosférico. Una locura.
Inconexos. El humor es lo más destacable. Muchas risas. Jajaja. Entretenido. Estilo
original. Saltando de lado a lado. Una rana y sus nenúfares. ¿Qué cojones es
esto? La sociedad americana por aquí y por allá. Cierta crítica. A veces algún
destello. A veces gratis. Falta contenido. En mi opinión. No es fácil escribir esto. Es fácil
escribir esto. Lo primero que se te ocurra. Casi Pollock y sus chorretones. Lo
difícil es escribir esto y que parezca compacto. No lo parece. Eres un locatis. Aceptable "todo vale". Sin superar a Burroughs.
11 de agosto de 2013
Left-Handked
La mujer zurda de Peter Handke.
Libro escrito con la zurda, con la menos hábil, se nota.
Poco más de 100 páginas, por suerte, una monotonía poco prolongada. Mujer que echa al
marido de casa y se adentra en un debate con la soledad. Historia humana nivel
coñazo. Aguanté hasta algo más de la mitad. No está mal escrita, pero eso nunca
fue suficiente.
10 de agosto de 2013
Se buska mordisko
Obabakoak de Bernardo Atxaga.
"El escritor vasco con mayor proyección internacional". No está mal escrito, ahora que... Imaginación igual a cero.
Entretenimiento igual a cero. Profundidad de contenido igual a cero. Lo dejé
sin terminar. Te abruma con tanta carta y tanto recuerdo guay y qué bonitos los
lazos familiares y el pasado. Otra historia humana más, ¿cuántas van? Muy aburrido. Muy
típico. No sé dónde ve la gente la estructura en puzle o los innovadores
estilos narrativos. A lo mejor para esa época (1988) era un pepino. Necesito
que el libro me diga algo, que me muerda, que me remueva por dentro. Estoy
harto de los libros que simplemente son ejercicios monótonos de escritura (la
mayoría de los libros españoles). Premio Nacional de Narrativa... escrito en
vasco... No discrimino a la lengua vasca sino que castigo la influencia que ejerce la política en los premios literarios. A lo mejor me equivoco.
Torrente excremental
París de Marcos Giralt Torrente.
Premio Herralde de Novela 1999. Tal que así: "Y ello ocurre
a pesar de que si mi madre se mostrara capaz de llenar ese vacío que no lo es
de mi memoria renunciaría a preguntarle por él". Hay bastantes frases así de rebuscadas y malsonantes, de las que atascan el ritmo. Estilo anodino, sin chispa, hiperconcentrado
en el yo del narrador y su pasado, otra historia humana más, me aburro, duré dos capítulos, no pasan cosas, sólo hay reflexiones sobre él y su
madre y su padre, entiéndeme, "reflexiones", digamos que son recuerdos con ganas de tener impacto emocional y si acaso literario. Y no sucede, la magia no aparece. El texto no va más allá del
intelecto del autor, no sale de ahí, no genera conexión, como si el
lector se viera obligado a leer directamente del cerebro del escritor. No y no.
9 de agosto de 2013
Bowling for Columbine
Vernon God Little de DBC Pierre.
*Vernon Dios Little (gran traducción castellano-manchega).
Ganador del Booker 2003. Algunos lo comparan con Salinger y
Twain. Lo dudo. Otra vez un narrador en primera persona menor de edad, el
recurso más común del siglo 21 en su vertiente más pobre, no vaya a ser que el autor
tenga que profundizar o elaborar la prosa más de la cuenta y le salga una
hernia. Pues eso, protagonista narrador que es amigo íntimo del chaval que se
marca una matanza en un instituto. Y en teoría es inocente pero la policía le
quiere culpar. El estilo al principio es interesante, se puede masticar, pero
después cansa, atraganta, demasiado sucio, falta pulcritud. Y no digo sucio porque el lenguaje sea vulgar, que
lo es, sino porque falta limpieza en el estilo, las frases están sin depurar. Sobran
diálogos. Hay algunos puntos de humor buenos, otros son demasiado vulgares. Para
remarcar la vulgaridad del texto el protagonista dice "jodido/a" todo el rato. También
hay algún cliché. Los personajes no están bien desarrollados, su psicología y
sus emociones no concuerdan con la matanza ocurrida, he ahí que a veces parezcan
algo robóticos. La historia resulta algo inverosímil, como si la policía fuera
tonta o rechazara las obviedades o tuviera motivos ulteriores para inculpar al
narrador. En cierta medida coge de El
extranjero de Camus, la idea de que si el protagonista no exterioriza pena
o sufrimiento por la matanza, le van a meter en la cárcel. En la mitad del
libro, cuando la prosa se convierte en polvorones, da la sensación de que el
argumento se ha acabado, que a partir de ahí el autor está tirando del carro
como puede. Ahí es donde lo dejé.
8 de agosto de 2013
No te olvides del relleno
La fábrica de sedas de Tash Aw.
Contenido político. Estilo parsimonioso, no escribe mal, escribe lento. Lo
que cuenta se hace un poco cansino, sobre todo porque no sabe medir su discurso.
Un ejemplo: "El mitin se celebró en una amplia cabaña de madera, en la margen
occidental de la plantación Lee, cercana a Kuah. La ingobernable maleza de la
selva había progresado entre las hileras de árboles del caucho y era difícil
ver los senderos que conducían a la cabaña. No era un lugar confortable. Muchos
años atrás había servido para almacenar láminas de látex, pero quedaba muy
lejos del núcleo administrativo de la plantación, y ahora, abandonada tiempo
atrás por los dueños de la finca, era utilizada como lugar no muy secreto de
reunión por jóvenes de la localidad, que se dedicaban a beber aguardiente y samsu". Todo eso para decir que hay un
mitin en una cabaña abandonada. Cuenta más cosas de las necesarias, incluso hay
cierta redundancia temporal. Es una exposición que tiene más contenido
irrelevante que relevante, y es así todo el libro. Un lector amante de la
descripción podría apreciarlo, pero ese lector tendría que aceptar la
irrelevancia que acompaña a ese exceso narrativo. Personalmente lo aceptaría si
me aportara algo a nivel estético, pero no es el caso. Porque algo puede estar
bien escrito, pero si sobran tantas palabras...
7 de agosto de 2013
Afectos y defectos
Ahora tocad música de baile de Andrés Barba.
Soy un ser deleznable. Pude leer algo más de 30 páginas. Cada vez que no termino un libro me siento mal, un cóctel de pena (por el autor), vergüenza ajena (por el autor) y duda (por mis capacidades/gustos/criterios). No puedo decir que escriba mal, pero sí puedo decir que es repetitivo en sus frases: "Salieron de casa como quien sale de una prisión, como dos animales que salen de una prisión", etc. No voy a crucificar al autor por ser repetitivo, en general el estilo es aceptable, pero es algo que a la larga se hace molesto. No puedo decir que sea superficial en cuanto al contenido, creo que indaga más o menos bien y pasito a pasito crea una atmósfera adecuada, pero sí puedo decir que es un auténtico coñazo, otra historia humana más, amor y relaciones, un clásico en la literatura española contemporánea, nada nuevo, contenido humano revisitado, sin pinceladas de verdad, sin electrocución moral, sin revelación de los misterios del universo. Otro más para el saco de autores que escriben historias humanas porque escriben por escribir porque creen que escribir tiene valor en sí mismo, no porque escribir signifique tener algo que compartir (imitando el estilo repetitivo del autor).
Soy un ser deleznable. Pude leer algo más de 30 páginas. Cada vez que no termino un libro me siento mal, un cóctel de pena (por el autor), vergüenza ajena (por el autor) y duda (por mis capacidades/gustos/criterios). No puedo decir que escriba mal, pero sí puedo decir que es repetitivo en sus frases: "Salieron de casa como quien sale de una prisión, como dos animales que salen de una prisión", etc. No voy a crucificar al autor por ser repetitivo, en general el estilo es aceptable, pero es algo que a la larga se hace molesto. No puedo decir que sea superficial en cuanto al contenido, creo que indaga más o menos bien y pasito a pasito crea una atmósfera adecuada, pero sí puedo decir que es un auténtico coñazo, otra historia humana más, amor y relaciones, un clásico en la literatura española contemporánea, nada nuevo, contenido humano revisitado, sin pinceladas de verdad, sin electrocución moral, sin revelación de los misterios del universo. Otro más para el saco de autores que escriben historias humanas porque escriben por escribir porque creen que escribir tiene valor en sí mismo, no porque escribir signifique tener algo que compartir (imitando el estilo repetitivo del autor).
6 de agosto de 2013
Congelado
Tiempo cero de Italo Calvino.
Libro de relatos dividido en tres partes. La primera me
pareció bastante buena, inteligente, poética, original, equilibrada… La segunda
parte es demasiado racional y confusa, véase "Pasa el tiempo,
y yo, cada vez más contento de ser, y de ser yo, estoy cada vez más contento de
que el tiempo sea, y de que en el tiempo sea yo, es decir que el tiempo pase y
yo pase el tiempo y el tiempo me pase a mí, o sea contento de estar contenido
en el tiempo, de ser yo el contenido del tiempo, mejor aún el continente, en
una palabra, de marcar con el ser yo el paso del tiempo". Que sí, que la excusa
para hacer eso es la espiral y su relación con el espacio y el tiempo y el ser
humano, de acuerdo, ¿pero no hay otros métodos menos abstractos?, ¿tiene que
ser así de plomizo, irritante, anodino? Lees una frase y te empachas.
Inevitable comparación: Bernhard, también crea círculos y espirales y trata
temas profundos y fluye y no deja de ser entretenido. La tercera parte es como
la segunda: pensamientos circulares, pajas mentales... incluso aparece algún
amago de ecuación. En general, las ideas pueden estar bien, pero el estilo, la
forma de expresarlas, el continente como diría él, no acompaña. También falta
equilibrio en el contenido, casi todo es de carácter racional. Demasiada
reflexión y razón y mente e intelecto. Faltan emociones y acción para
equilibrar tanto recorrido intelectual.
4 de agosto de 2013
¡Aleluya!
Andanzas del impresor Zollinger de Pablo d'Ors.
¡Y digo aleluya! Tiene que venir un sacerdote a sacar las
castañas del fuego. Porque la literatura española no sería fuego, sería fogata
si no fuera por libros como éstos. Historia que crece como un árbol, prosa que
fluye como un río. Muy natural. Muy sutil. Muy emotivo. Sin alardes. Sin
pretensiones. Una mezcla de Hrabal y Handke. Parece más literatura de Europa oriental
que de España (y es preocupante que así sea, pero ése es otro tema). Al grano. Protagonista
que quiere ser impresor pero se ve obligado a ir saltando de oficio en oficio
(estructura lineal llamativa). Y es tanta su calidad humana que allí donde trabaja
lo hace bien y establece relaciones significativas. Y va descubriendo que puede
ser feliz en cualquier oficio y que no hay ninguna labor que sea más importante
que otra. Y vive situaciones extrañas pero cargadas de emoción y significado. Y
es un ser íntegro porque disfruta de sus sentidos y presta atención al mundo
que le rodea. Y sus recuerdos pueden ser dolorosos y puede sentir melancolía,
pero la vida sigue. Y así el autor resalta el valor de la humildad, de aceptar
los tempos que marca la vida y la importancia de tener una visión positiva, ya
que tarde o temprano, si estamos en armonía con el entorno, el tiempo hace que
el viento sople a nuestro favor. Más detalles... El protagonista quiere ser
impresor y su vida se nos presenta ya imprimida. Se llama August Zollinger, de
la A a la Z, el alfabeto, como si un destino relacionado con las letras
estuviera ya marcado para él, sin olvidar la referencia al universo, de la A a la Z, el todo. Cuando trabaja con trenes se remarca el destino;
cuando trabaja en el ejército se enfatiza su melancolía, el pasado; cuando está
en el bosque se subraya la vida del ermitaño, en armonía con la naturaleza; cuando
trabaja poniendo sellos cuestiona la autenticidad y el verdadero valor de las
cosas y cómo se puede amar una rutina; cuando trabaja de zapatero resalta el camino recorrido y el porvenir,
pasado y futuro, de hecho, Zollinger hace fortuna abrillantando zapatos, porque es un especialista
en recorrer el camino de la mejor forma posible. Es preocupante que uno de
los mejores libros que he leído de un escritor español no parezca literatura
española. Reflexionemos. También es preocupante que el libro no sea tan conocido. Reflexionemos.
3 de agosto de 2013
Use la hoz después de su lectura
El año en que me enamoré de todas de Use Lahoz.
20 páginas y a la basura. Tranquilos, que no cunda el
pánico, hay vida más allá de este engendro. Dejemos que el libro hable por sí
mismo. El primer capítulo se llama: "Escrito en la deriva". Queda muy bonito,
tan bonito como vacío, buscando el efecto poético. "En mi rostro brillaba la
sombra de un interrogante derramado sobre el futuro". ¡Una máquina!, qué
poético, qué paleta de colores, estamos ante un imaginario inigualable. "Vive
sin miedo, siendo tú mismo". Esto lo firmaría el mismísimo Paulo Coelho,
experto en filosofía de andar por casa, de la que no salva vidas pero llena
bolsillos. "La paciencia es un invento de los adultos". Más filosofía barata. "Se
quiere a quien te llena un vacío". Que alguien traiga una linterna porque hay
tanta profundidad en sus palabras que no veo nada. Por si fuera poco, después
se remarca que Tatin, el emisor de estas perlas filosóficas, es un sabio, alguien inalcanzable
en sabiduría. "Le rogué si podía acercar vino hacia mi zona", y subrayo "hacia
mi zona", expresión que suena mal y tiene un mejunje de dirección, posesión y
abstracción espacial que no encaja. ¿Cómo es posible que semejante arquitecto
poético construya frases tan malas? "Por estar con ella hubiera subido al
Everest sin botella de oxígeno". Un aplauso por esta imagen, ya quisieran
muchos tamaña imaginación. "Tenía que terminar la carrera, que la tenía
olvidada por completo. Con las cosas simples suelo ser olvidadizo". Claro, la
carrera es algo simple porque su vida es complejísima, di que sí, ¡rebelde!,
¡que eres un rebelde! "Si cada vida es una novela, la novela de mi vida está
llena de ellas". Aquí ya se atranca, demasiada actividad neuronal. Quiere ser
poético y profundo, pero resulta vacío y confuso. Después de la coma sobra "la
novela de". Mira si soy generoso que te corrijo el estilo gratis. Ya si eso me invitas a algo con los 100.000 pavarrios que te has sacado con esta mierda. Consejo
para todos esos aprendices de escritor: añadid siempre alguna cosilla en
francés, que viste mucho y pareces mucho más culto e intelectual, el Maese
Lahoz así lo hace. "Una montaña de vajilla se apilaba en el fregadero". Gran malabarista
y acróbata de las letras, me quito el sombrero. "Mi curiosidad era una hormiga
inquieta que lo quería saber todo". Ahora mismo el autor está hospitalizado por
el desgaste cerebral que conlleva tanta imaginación. Un último consejo para
esos futuros escritores: si realmente queréis entrar en el mundillo literario,
lo que más hay que cuidar es la portada, la contraportada y los amiguetes,
porque en España la mayoría de novelas no son publicadas por su valor sino por amiguismo y por los billetes que generan.
2 de agosto de 2013
Mala...
Mala suerte de Juan Aparicio-Belmonte.
Primer Premio de Narrativa Caja Madrid... la literatura es
una tómbola tom tom tómbola... o más bien un negocio. 30 páginas fueron
suficientes para detectar el cáncer. Palabras tumorales. La prosa es mala como
ella sola. El humor (tumor) es de chiquillos. La historia se mueve alrededor de un
cliché, esto es, viene un tío y le ofrece al protagonista un montón de dinero a
cambio de que mate a una persona... a nadie se le había ocurrido la idea hasta
ese año (2003). Por si fuera poco, el protagonista va al psiquiatra, como excusa
para que se la vaya la olla, por si al autor no se le ocurre algo ingenioso
para meter en la trama y tiene que tirar de los problemas psicológicos. Por si
fuera poco, el protagonista toma drogas, como síntoma de modernidad, de
guayismo, o como recurso para intentar encajar alguna frase graciosa, lo cual
no sucede. Lo de las drogas se suma a lo de su condición psicológica, así tiene
varios ases en la manga para poder hacer tonterías con la trama, hacer trampa
con los puntos de vista, etc. No hay sensibilidad artística. Lo que sí hay es
un aura de infantilismo... véase cuando unos policías están en la escena de un
crimen y descubren que el cadáver es de alguien famoso y uno de ellos grita "¡Hurra! ¡Vendrá la televisión!". Erradiquemos este tipo de textos, está en
vuestras manos, sólo tenéis que enviar un SMS al 9876 (número que refleja la
cuenta atrás para que esta aberración literaria sea extinguida), y estaréis
apoyando la causa con 17 céntimos por cada SMS, el resto irá
destinado a financiar los futuros premios de Narrativa Caja Madrid. Gracias por el apoyo.
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