Empiezas a leer y parece que la novela no empieza nunca. Imagen: el autor frotando una cerilla contra el lateral de la caja pero ésta no arde y el rozamiento acaba consumiendo fósforo y madera, sin llama alguna. Novela que enfoca lejos de sí misma, como si lo que importara
estuviera fuera del texto. Hay un desplazamiento claro, un hueso dislocado, una
luxación de contenido. El centro de la narración no está en el texto, todo
viene del exterior. Comparte más de lo que crea y eso que comparte es bastante aburrido. Al que le interese la historia o la política de México, bienvenido, lo mismo disfruta, pero para los demás... Salvamos la prosa y miramos hacia otra parte.
30 de diciembre de 2013
26 de diciembre de 2013
Se desmelena
La sonata a Kreutzer de León Tolstói.
Pozdnishev te coge en un tren y te suelta un chaparrón de
reflexiones sobre el amor y te cuenta la historia que le llevó a matar a su
mujer, con un estilo veloz, ágil, con buenas reflexiones, interesante, y te lo
lees del tirón y piensas en lo fácil que lo hace y lo bien que lo expresa y
te hace dudar sobre tus propias convicciones y sobre las capacidades de otros
escritores, tampoco es tan difícil, ¡vamos muchachos!, papel y lápiz, teclado y
Word, y te dices que Bernhard mamó de Tolstói y que una evolución de algo que
ya existe, si aporta algo nuevo, es muy válida, y te preguntas por qué los
escritores, a falta de horno, no intentan coger el pan de sus ídolos y
mejorarlo, y te respondes que lo mismo no es tan fácil, porque la mitad de un
escritor es su capacidad de absorción.
24 de diciembre de 2013
Gesusito
Argos el ciego de Gesualdo Bufalino.
Prosa exquisita, otra vez, pero... pasadas las 100 páginas se me hizo
monótono. Cuenta sus recuerdos de las historias de amor que vivió en el pasado,
intercalando con digresiones que se dirigen directamente al lector. Estructuralmente
y en cuanto a recursos todo bien, pero... Insisto, la prosa poética es de mucha calidad,
de lo mejorcito que se puede leer, pero al conjunto le falta intensidad, ajetreo, empujones, vaivenes. Perorata del apestado me parece bastante mejor.
21 de diciembre de 2013
Pesqueñines no, gracias
La pesquisa de Juan José Saer.
Quiere ser una novela negra más cuidada de lo habitual.
Casi. Las primeras páginas tienen 5 o 6 enunciaciones bastante largas, dícese de la falta de
recursos. Si consigues superar el escollo te das cuenta de que nada sucede en
el texto, todo es narrado, por ejemplo, las características del personaje no se
transmiten a través del acto sino del narrador. Quitando algunas frases largas
que son insoportables, la prosa es correcta, pero lo dicho, no pasan cosas, más
allá de la mente del autor no sucede nada. No hay hechos, hay narraciones de
hechos. El lector es muy consciente del narrador y eso impide que el libro se
convierta en un ente autótrofo (un universo propio), por lo tanto, se hace evidente que estamos ante
un artilugio narrativo. Piglia dice en la contraportada que Saer es uno de los
mejores escritores del planeta y éste a su vez le dedica el libro. Cosas de negocios.
18 de diciembre de 2013
Indiferencia
Sonata de primavera de Ramón del Valle-Inclán.
Estilística y prosísticamente bien. Amor, religión, muerte... vale. Lo más destacable son los momentos en los que la prosa alcanza niveles
estéticos bastante elevados. Por lo demás... no sé dónde está la magia.
Prisionero del léxico
El prisionero de la Avenida Lexington de Gonzalo Calcedo.
Libro de relatos con frases como "Viudos, pensó, quizás
divorciados endebles o, por qué no, amantes con posibles y tiempo", "se
apreciaba cierto lejano parecido con el de su madre", "conferían abolengo al
conjunto", "un hotelito victoriano que regentar con estilo", etc. Prosa
imprecisa que quiere ser más de lo que puede ser. Estilo pesado. Diálogos
vacíos. Temática pluff. Falta intensidad, sobra información, y si en un relato
pasa eso, mal vamos.
16 de diciembre de 2013
Pasado perfecto
Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig.
En general, no soy un gran amante de la historia, sin embargo, este libro me parece una
maravilla. Narra diversos episodios históricos, puntos de inflexión en el flujo temporal
de la humanidad, de forma exquisita. Cicerón, la conquista de Bizancio, la batalla de Waterloo, el
descubrimiento de El Dorado... Prosa y estilo de mucha calidad, muy cuidado todo. No voy a decir
más, tenéis que leerlo.
13 de diciembre de 2013
Lobezno
Vida de este chico de Tobias Wolff.
Prosa y estilo que no son fuegos artificiales pero que
enganchan. Se narra la infancia/adolescencia del autor. Protagonista rebelde,
tirando a delincuente, peleas, malas notas, etc. Vive con su madre, padre
ausente. La madre conoce a alguien y el chaval pasa mucho tiempo a solas con
ese amago de padrastro. El tío resulta ser un hijoputilla y le trata mal. Creo
que hay un error grave en la trama: cuando la madre quiere irse a vivir con el
novio y le pregunta al hijo sobre él, el chaval, en lugar de decir lo cabrón
que es, se calla. Esto no resulta creíble al lado de todos los actos vandálicos
y la actitud revoltosa del chaval hacia la vida. Esa inverosimilitud determina
la orientación del texto, por lo que se levanta una capa de incredulidad que se
queda pegada al lector hasta el final del libro. Veredicto: entretenido y poco
más.
11 de diciembre de 2013
Perros de paja
Dog Soldiers de Robert Stone.
Acortando diré que lo que mueve la narración son los
diálogos y que éstos son demasiado extensos, repetitivos e insustanciales.
Sobra diálogo, falta narrador. Pero claro, el autor conoce su incapacidad y modela el texto transitando los caminos más certeros. Diré que las aclaraciones que se añaden a los
diálogos son de preescolar, "respondió", "dijo", "comentó", y acaban cansando, faltan recursos. Diré que el tema principal son las drogas, demasiado énfasis.
¿Impacto emocional y psicológico de la guerra?, mejor no preguntes. Todo es demasiado
simple. "Obra maestra de la literatura norteamericana" dicen algunos... Muy sobrevalorado.
8 de diciembre de 2013
Precocinado ultracongelado
ATTA de Jarett Kobek.
Una vez más, omnipresente en los textos de casi todos los
escritores jóvenes del momento, sobre todo anglosajones, un estilo directo que permite una lectura
rápida y ágil, pero que muestra muchas carencias en lo que a recursos
estilísticos se refiere. No hay imágenes, no hay poética, no hay metáforas, no
hay reflexiones profundas. Atta es uno de los terroristas del 11-S. El autor
relata sus pasos antes del atentado. Lo más interesante es la tímida relación
que establece entre arquitectura y los valores de una cultura. Y digo tímida porque no hay profundidad, dice
cosas obvias, la artificialidad de los rascacielos, su relación con el poder y
el capitalismo, etc. Interesante también como anécdota el título, A la pirámide (Atta es de Egipto,
edificio que simboliza lo musulmán), T
el rascacielos (simboliza lo americano/occidental). Más allá hay poco... Se
percibe un autor que está muy orgulloso de ser antiamericano, subversivo,
rebelde, una personalidad con tintes ególatras hipsterianos, qué original y
auténtico soy yendo contra el sistema. La forma en la que Atta
rechaza la cultura americana/occidental es muy superficial, se le hincha la
boca despotricando contra el imperialismo, el capitalismo, la sociedad de
consumo, la política americana, el materialismo, los judíos, pero esas críticas aparecen
sin un desarrollo previo, no justifica por qué eso es negativo, tanta arquitectura
y tanto falo y luego construye su edificio ideológico sin cimientos. Parece
que todo es un ejercicio de mala baba, que detrás de los atentados y del odio
hacia occidente no hay nada profundo. Voy más allá: el autor menciona que las
ciudades que pertenecen a países con verdadera cultura crecen de forma
orgánica, y estoy de acuerdo, lo que no se puede hacer es criticar esa
artificialidad arquitectónica y cultural de Estados Unidos y después adoptar un
estilo narrativo que mama de la misma profilaxis ortogonal que define al país. Igual
que las ciudades y los países, así los estilos literarios. Nunca
comáis lentejas con cuchara de plástico.
4 de diciembre de 2013
Eddie Manostijeras
Amado monstruo de Javier Tomeo.
Estilo fresco, prosa sencilla de calidad. Entrevista
de trabajo entre un miembro de un banco y un aspirante que nunca antes ha
trabajado. A través de un diálogo lleno de humor y surrealismo, lo que empieza
siendo una entrevista normal acaba siendo una conversación íntima en la que
ambos personajes se desnudan frente al otro. El aspirante está harto de su
madre porque es posesiva, ésta quiere que se quede en casa con ella y no
trabaje; el del banco, en contraposición, recuerda los buenos momentos de su
infancia y da la razón a la madre, "los hombres como usted deben renunciar al
mundo, antes de que el mundo los rechace a ellos". El aspirante, persona ociosa
que realmente no necesita trabajar, es demasiado sofisticado para el puesto (le
gusta la música clásica, la literatura, etc.) y además no sabe manejar una
pistola (trabajo de segurata). El banco representa el dinero, el capitalismo,
el trabajo, la sociedad... La pistola como elemento terrenal opuesto a la cultura y como símbolo de la lucha social y laboral. El
aspirante tiene ganas de pertenecer a un mundo al que no pertenece, está
alejado de la sociedad, es un hombre que vive con su madre, que no necesita
trabajar y que aprecia el arte. Al del banco, que tiene necesidad de trabajar,
le gustaría estar en la posición del aspirante, mientras que al aspirante le
gustaría trabajar para escapar de su madre. Al final se descubre que tiene una
deformidad en la mano y el del banco le dice que es un monstruo. El autor juega
con la relación entre ser un monstruo a nivel físico (obvio) y a nivel interno
(ser deforme es lo mismo que tener cultura y apreciar el arte, además de no tener
necesidad de trabajar). El título del libro remarca lo extraño que es que una madre apoye las tendencias ociosas de su hijo. Después de la larga entrevista, al aspirante le duelen los pies y él mismo dice "Hay gente que empieza a morirse
por los pies". Los pies, la última parte del cuerpo, lo que menos se ve, algo que si no se mueve duele, como si la
inactividad laboral proporcionara un campo de cultivo para la
personalidad y esto fuera un handicap frente a los demás. Así el aspirante, a ojos del entrevistador y de la sociedad, muere antes por su personalidad que por su deformidad que se ve a simple
vista. Buen libro.
1 de diciembre de 2013
Arquitecto de fraises, frases, ¿frasies?
Los príncipes nubios de Juan Bonilla.
Premio Biblioteca Breve 2003, Seix Barral / Premio Qué Os
Habéis Bebido Para Darle Algo A Esta Basura 2003, Seis Barriles. En
realidad el premio se llama 30.000 euros. Texto inconsistente, sin rigurosidad,
con dispersiones estúpidas, escrito sin planificar, sin control sobre la
narración, diciendo cosas muy a la ligera, con comentarios gratuitos que no
aportan nada, dejando detalles en el aire, etc. El mismo personaje que dice "indeciso se hunde el sol en la línea del horizonte y los árboles ateridos
doblegan sus cuerpos y ensayan una genuflexión" más tarde suelta "un teniente
al que unto con algunos billetes". Bueno... El protagonista trabaja cogiendo
mujeres inmigrantes y convirtiéndolas en putas, y también dice "paciencia
indomeñable", "dispendiar amabilidad", "posibilidades se jibarizaran", "preguntas prologales". Bien, máquina. Y estás leyendo y de repente aparece un
personaje femenino de la nada y su opinión es tremendamente importante para el protagonista,
pero dicho personaje ni siquiera se ha desarrollado en el texto, por lo que es
imposible que el lector capte el impacto emocional que se quiere transmitir. Y
estás leyendo y de repente la novia del protagonista tiene un amante, así de
fácil, otra vez sin desarrollar la situación. Y estás leyendo y de repente se
descubre que el protagonista es fotógrafo. Oséase, hechos que supuestamente son
importantes para el desarrollo se presentan como meros apéndices o añadidos de
última hora. Última llamada para el pasajero Juan Bombilla, el vuelo con
destino a llenar los bolsillos sin tener ni puta idea de escribir va a cerrar
sus puertas, acabe el texto cuanto antes. Ojo, que lo anterior no es nada
comparado con lo que viene. Acojonante, un error que es para echar al escritor del país y
cerrar la editorial. El protagonista dice que su serie favorita es Frasier,
vale, ¡pero va el tío y lo escribe mal!, pone "Fraiser", y es que no es algo
puntual, el error se repite cinco veces, ¡puto jefe!, 30.000 aurelios para la
buchaca y la serie favorita del prota es "Fraiser", ¡menudo crack!, verosimilitud máxima, rigurosidad incontestable, la próxima
vez hazte una búsqueda en Wikipedia que no cuesta nada. Después de los cinco "Fraiser" no hay ser humano inteligente que siga leyendo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)