25 de abril de 2022

Pinker Face

En defensa de la Ilustración
de Steven Pinker.
 
Llegué a este libro por la recomendación del anónimo procapitalista que de vez en cuando comenta por el blog. Las notas de esta reseña han estado macerándose en barrica unos cuantos meses, lo cual no quiere decir que sea mejor, sino que me ha costado juntar todas las notas y documentarme un poco para dar con una versión definitiva.

Pinker básicamente explica y defiende los valores de la Ilustración para la época actual. Ideales:

1. Razón
2. Ciencia
3. Humanismo
4. Progreso
5. Paz 

A continuación mis observaciones, en orden cronológico de anotación:

- Asocia razón, ciencia, humanismo y progreso. Me parece correcto, pero ¿qué hay del progreso espiritual, emocional y psicológico? No indaga en ello.

- Habla de los valores de la Ilustración como entes abstractos, sin reparar en que estos valores los tienen que aplicar seres humanos. Para que esos valores se apliquen de forma humanista, hay que tener otras cualidades como bondad o empatía que no dependen tanto de la razón. No se puede obviar la maldad del ser humano; ni la razón ni el progreso racional borran la maldad.

- Pinker está empeñado en que hay gente que se opone a los ideales de la Ilustración. No creo que ese sea el clima en el siglo XXI, más bien al revés, todo el mundo admira la tecnología y los avances científicos. Además alega que los intelectuales de hoy en día odian el progreso. Creo que es una suposición arbitraria y parece que el autor siente la necesidad de defenderse frente a un enemigo imaginario.

- Muy aguda la observación de que las noticias colorean negativamente la percepción que tenemos del mundo, porque al ser un negocio, suelen acudir a lo catastrófico, no a lo positivo, ya que llama más la atención. Habla de la "heurística de la disponibilidad": "la gente calcula la probabilidad de un acontecimiento o la frecuencia de una clase de cosas en función de la facilidad con la que le vienen a la mente los ejemplos". Buen ejemplo: mucha gente tiene miedo a volar pero casi nadie tiene miedo a conducir, cuando los accidentes de coche matan a mucha más gente.

- Dice que todo ha mejorado, pero pasando por alto el cambio climático y la futura crisis energética. También se atreve a defender que las guerras han mejorado, simplemente porque hay un número menor de muertos. Esto, evidentemente, es una falacia. Puede haber más guerras hoy en día que hace 50 años. ¿Qué pasaría si contáramos el número de guerras que hay en la actualidad y fuera mayor? En ese caso, ¿podríamos afirmar que es peor ahora?

- Pinker asegura que aunque la percepción sobre la esperanza de vida sea negativa, esta ha aumentado en todos los países, incluidos los más pobres. Al mismo tiempo habla de que cada vez hay menos pobreza extrema, pero no se molesta en distinguir entre pobreza y pobreza extrema. El autor hace el corte donde le interesa y es evidente que maneja los datos para apoyar sus ideas. Las fuentes oficiales estipulan que "pobreza extrema" es vivir con menos de 1,90 dólares al día. Así que Pinker se escuda en una etiqueta racional para justificarse, porque es ridículo pensar que una persona que vive con 1 dólar y medio al día y empieza a vivir con 2, deja de ser pobre o mejora su calidad de vida. 

- Uno de los disparates: "la confusión de la desigualdad con la pobreza proviene directamente de la falacia de la cantidad fija, es decir, de la mentalidad según la cual la riqueza es un recurso finito". La riqueza depende de los recursos del planeta y estos son finitos. No hay nada más que decir. Luego afirma que la desigualdad ha aumentado, pero que es algo matemático, algo natural si aumenta la riqueza y no es necesariamente mala. Quizá sea poco ético que un tipo gane millones de dólares al año gracias a que miles de personas trabajan para él por sueldos miserables o a costa de que el planeta se vuelva inhabitable.

- Para los problemas medioambientales dice que todo se puede resolver con los conocimientos adecuados. Más adelante afirma que preocuparse de los animales o de la humanidad es un lujo que antes no se tenía. Resulta molesto que el autor tienda a anular los pensamientos opuestos con alguna artimaña conceptual. También dice que siempre han existido las profecías apocalípticas, pero que nunca se han cumplido (aunque la ciencia respalde el cambio climático y sus consecuencias, pero en este caso no le interesa hablar de ciencia). Demuestra una fe ciega en la innovación humana, como si esta fuera ilimitada, y parece que las invenciones humanas nos van a sacar de todos los problemas. 

- Enfoca el hecho de llegar a picos máximos en extracción de petróleo, uso de coches y materiales como algo positivo, ya que después va a descender. No tiene sentido, porque esto contradice lo que mencionó antes de que la riqueza era infinita.

- Habla de Chernóbil quitandole importancia: "en los sesenta años de energía nuclear han tenido lugar treinta y una muertes en el desastre de Chernóbil de 1986, y aquello fue el resultado de la extraordinaria chapuza de la era soviética, junto con unos cuantos millares de muertes prematuras de cáncer sobre las cien mil muertes naturales de cáncer en la población expuesta". Claro, porque sólo cuentan las muertes, las secuelas o el impacto en la vida de esas personas es despreciable. Le recomendaría que se leyera el libro de Svetlana Alexiévich (comentado aquí). 

-Aporta datos de los que mueren por la extracción y transporte de otras energías (las que él no apoya), pero cuando hablaba de la disminución de la pobreza extrema no dijo que alrededor de 9 millones de personas murieron de hambre en 2017, ahí no le interesaba. Es evidente que siempre busca apoyar sus ideas preconcebidas, no está informando de manera imparcial. 

- Habla de que ya no hay tantas guerras porque se considera algo ilegal y dice "prácticamente hasta la última hectárea de tierra conquistada después de 1928 ha sido devuelta al Estado que la perdió". ¿Y lo que ocurre con Israel y Palestina? Cómo se nota que Pinker es judío y evita el tema. Esto vuelve a demostrar que su visión es sesgada.

- En la página 200 me empiezo a cansar de las omisiones de información y su tendencia a ofrecer datos para defender sus ideas, dejando de lado otros factores por conveniencia. Y obviamente, la validez de la obra empieza a desmoronarse.

- Tampoco habla de la crisis de las hipotecas subprime que afectó a todo el mundo y que demuestra cómo a los más ricos no les importa jugar con el destino del mundo con tal de ganar dinero.

- Las muertes por toxicomanía han crecido, pero eso al parecer "no supone un contraejemplo para el progreso de la humanidad". 

- Abunda la dispersión. Sobran páginas por todas partes, hay mucha paja y mucha repetición innecesaria. Pasadas las 200 páginas ya sabes los mecanismos que utiliza Pinker para exponer sus ideas y los capítulos se van volviendo cada vez más previsibles.

- Perlita: "las personas felices viven en el presente; las que tienen una vida significativa cuentan con una historia sobre su pasado y tienen un plan para el futuro". Claro, porque todo es blanco o negro. Dice que "vida significativa" equivale a "metas ambiciosas" y que "el significado tiene que ver con la expresión más que con la satisfacción personal: se ve fomentado por las actividades que definen a la persona y forjan una reputación". Muy subjetivo; la reputación y la ambición no son pilares fundamentales de un monje tibetano y no creo que su vida sea poco significativa. El significado siempre parte de un constructo humano, por tanto, es arbitrario y subjetivo e imposible de categorizar. Tampoco se molesta en definir "significativo" y "ambición" para aclarar lo que expone. 

- Pinker se ve obligado a defender la felicidad que da el progreso, pero no le interesa decir que los suicidios, desde 1999, han crecido un 30% en EE. UU. (datos de la American Psychological Association). Entonces dice que no hay datos del pasado con los que comparar o se debe al envejecimiento de la población.

- Si faltan algunas observaciones sobre otros puntos es porque no acabé el libro, aunque sí superé el ecuador; más que suficiente para estar seguro de no recomendarlo.

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