10 de agosto de 2021

Páginas a pie de notas

Noche y océano
de Raquel Taranilla.

Novela tan metanarrativa, metaliteraria e intertextual como agotadoramente mentecéntrica¹ (la aliteración es voluntaria).

¹La mente de Raquel Taranilla se proyecta de manera abrumadora sobre el texto. El lector en ningún momento siente que está navegando por un mundo único, independiente de la autora, en el que hay personajes de carne y hueso, emociones genuinas y situaciones estimulantes. La sensación es que Taranilla está descargando su mente en el papel y el lector está encerrado en ella. No hay más mundo que el cerebro de Raquel.

Los jueguitos intelectuales, con infinidad de notas a pie de página y referencias, se sostienen hasta la mitad. A partir de las 200 páginas todo se vuelve repetitivo y tedioso. Las notas a pie de página tienen una frecuencia exagerada, cortan el ritmo de lectura constantemente y lo que aportan está supeditado a un mismo concepto que a su vez se repite, lo cual es una limitación innecesaria. Uno intenta coger algo de velocidad saltándose las notas, pero llega un momento en el que el texto es puro fango gravitatorio.

Noche y océano puede estar bien como curiosidad, ya que Taranilla tiene una prosa sólida y demuestra muchos conocimientos, pero cansa. El resultado habría sido muy superior con 200 páginas menos. A veces hay que saber cuándo decir adiós².

²En inglés dirían she overstayed her welcome.

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