Akira de Katsuhiro Otomo.
Leí los seis volúmenes de Norma Editorial y la conclusión es la siguiente: mucha acción y poca reflexión. La historia engancha porque está cargada de incidentes, no se detiene en ningún momento y los personajes son creíbles, pero se limita a ser unidimensional. La misma sobredosis de acción que atrapa al lector es la que impide que la historia repose y se abra a otro tipo de situaciones o atmósferas más sutiles, más allá de la típica epopeya con varios bandos. Los dibujos tampoco me parecieron nada espectacular, incluso hay secuencias en las que llegan a desorientar. No creo que se pueda hablar de obra maestra, pero sí de algo perfectamente válido como entretenimiento ligeramente alejado de lo convencional.
Paul Tremblay: Una cabeza llena de fantasmas
Hace 4 horas
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