Un largo camino de Ishmael Beah.
Memorias de un niño soldado en la Sierra Leona de los años 90 que demuestran que no hace falta volverse loco narrando para conseguir algo meritorio. A través de una narración sencilla y precisa Beah nos cuenta su historia, tan cargada de violencia y crueldad como de autenticidad e impulso. Lo más remarcable es que el autor nunca pierde de vista el lado emocional y humano, aspectos que quizá fueron los que le mantuvieron con vida durante esa etapa tan complicada de su vida. Una lectura que expande la mente, ensancha la empatía y sirve como lección de humildad para cualquier lector Occidental.
Las cuentas pendientes, de Ana Matallana
Hace 1 día
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