Novela muy bien escrita, ágil e ingeniosa que destaca principalmente por su capacidad para llegar a cotas altas de intensidad emocional (sobre todo en su primera mitad), pero de una manera peculiar y genuina. Podría decir que es una de las novelas que más emociones ha despertado en mí en los últimos años, sobre todo por la destreza con la que July desarrolla los momentos epifánicos e ilumina los rincones menos transitados de las relaciones de pareja.
Apuntes con spoilers (citas traducidas por mí):
- Como la protagonista es famosa, afirma que siempre ha habido una componente de poder en lo que le resulta atractivo. Al sentirse atraída por este chico del pueblo descubre lo que es la atracción puramente corporal, la sensación de querer tener sexo con algo tan hermoso.
- "Si la vida fuera completamente increíble, si cada momento fuera un 10 perfecto, entonces estaríamos totalmente presentes todo el tiempo. Lo sé porque el pasado y el futuro no me interesaban nada en Monrovia. Sentía que pensar en ellos era malgastar el ahora".
- La protagonista y el chico hacen cosas inusuales, como cuando ella toca su pis mientras mea y él le pone el tampón. En referencia a esto último ella dice: "El sexo es genial, pero esto. Esto es algo que nunca haríamos con nadie. Es algo nuestro". Una intimidad real basada en experiencias poco comunes, intimidad no sexual. Aplaudo a July por lograr transmitir la belleza que existe en un romance que no depende del sexo.
- La protagonista tiene sexo con la primera amante del chico y siente de alguna manera cómo él tenía sexo con ella. Así, la fantasía, de manera oblicua, tiene un toque de realidad.
- Su romance con el chico le sirve para sentirse libre y darse cuenta de que esos momentos inusuales de intimidad quizá no dejen atrás la vejez, pero sí "igualan su extrañeza, su flagrante especificidad, con la de uno mismo". Descubre la extrañeza de ser uno mismo y cómo eso se solapa con la extrañeza de hacerse viejo.
- Su amiga Jordi hace una escultura que es una mujer sin cabeza a cuatro patas. Y Jordi afirma: "todo el mundo piensa que a cuatro patas estás más vulnerable [...] pero en realidad es la posición más estable. Como una mesa. Es difícil que te tumben cuando estás a cuatro patas". Una idea interesante aplicable al plano vital y al artístico.

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