Un joven y un adulto de naturaleza solitaria, tras carambolas del destino, acaban desarrollando una amistad.
Hornby escribe con competencia, logrando que el ritmo sea fluido y que la historia esté bien contada. La lectura es amena y en ningún momento deja de entretener. El humor es algo irregular, pero no patina en exceso y hay bastantes situaciones divertidas.
4. El protagonista joven es muy inconsistente: unas veces parece tonto, otras veces maduro e inteligente, unas veces se muestra apático y otras es agresivo e incluso dañino. Pueden construirse personajes así con cierta verosimilitud, pero aquí el autor no lo consigue.
Si bien tiene aspectos positivos, también hay algunos defectos (con spoilers):
1. La novela se limita a ser un entretenimiento fácilmente digerible y no profundiza demasiado en los temas que trata. Al final parece que el autor quiere compensar esto tocando por encima el tema del suicidio y de las relaciones de pareja, pero no es suficiente.
2. Hornby se apoya constantemente en lugares comunes (el chico raro al que molestan en el colegio, la chica atrevida outsider a la que todos respetan, el hombre soltero que se convierte en figura paterna cool, etc.) y acaba simplificándolo todo demasiado. Los personajes habrían agradecido un poco más de complejidad y/o ambigüedad.
3. Los diálogos tienen muchas notas artificiales y la brevísima extensión de las frases que verbalizan no ayuda.
4. El protagonista joven es muy inconsistente: unas veces parece tonto, otras veces maduro e inteligente, unas veces se muestra apático y otras es agresivo e incluso dañino. Pueden construirse personajes así con cierta verosimilitud, pero aquí el autor no lo consigue.
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