Querida Lionel,
No hace falta complicar tanto las frases para contar trivialidades, no te hace mejor escritora. Tampoco entiendo por qué gastas tantos esfuerzos en detalles irrelevantes, esto no es un trabajo de tarificación por palabras. La precisión lingüística y la sencillez son cualidades que no encuentro en tu libro y que deberías ejercitar con prontitud. Especialmente estridentes me resultan tus intentos forzados de parecer sofisticada e inteligente, sobrecargando los párrafos innecesariamente. La inteligencia y la sofisticación, si no surgen de manera orgánica, se convierten con facilidad en pretensiones vacías e irritantes. No quiero extenderme demasiado precisamente para no caer en tus mismos errores.
En resumen, creo que tu escritura es deficiente, principalmente porque tu petulancia genera una gran cantidad de excesos narrativos. Desconozco, ni quiero saber, a qué métodos dudosos has tenido que recurrir para vender un millón de copias de este artefacto sofocante. Supongo que el morbo es buen aliado, incluso más que la calidad literaria.
Un saludo.
P. D.: supongo que es especialmente doloroso ver cómo la adaptación cinematográfica de Lynne Ramsay es superior al libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario