18 de septiembre de 2014

Literatura Trieste

La isla de Giani Stuparich.

Un joven y su padre enfermo visitan la isla, el templo de sus raíces, foco de los recuerdos más placenteros, tejido de una melancolía dulce. Sólo voy a criticar lo expuesto en la página 41 cuando dice "era la primera vez que percibía en las palabras de su padre como una amargura, una nostalgia de las cosas pasadas y perdidas", puesto que pone insistencia en despertar una emoción que el lector ya lleva masticando un rato, ya que toda la narración cuenta con ese toque melancólico. Ese comentario, en ese punto tan avanzado del texto, chirría ligeramente. También voy a criticar algunas palabrejas que se marcan los traductores como "circunnavegándola", "motonave" o "mesticia", que pueden ser correctas, pero suenan demasiado alejadas de la sencillez que prima en todo el relato (quizás sea culpa del original). Por lo demás, todo bien... Un texto que se limita a la dimensión emocional y a indagar en los lazos paternofiliales. No es una bacanal literaria, pero para sus pretensiones, está muy bien hecho. La sencillez de la prosa encaja perfectamente con los recuerdos y consigue exaltar, de forma muy suave, el valor de lo sencillo. Buen libro.

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