Tendré que llamar a mi abogado para explicarle que en la portada pone "novela" pero lo que hay dentro son relatos. Saben aquel que diu de uno que compra un condón en una máquina expendedora y al abrirlo se encuentra un dispositivo intrauterino...
Los amigos de Duomo Ediciones (enemigos a partir de ahora) saben muy bien que las novelas venden más que las colecciones de relatos... Lo voy a dejar ahí para no hacer sangre.
Y precisamente lo que sucede es que empiezo a leer pensando que es una novela y cuando me topo con el segundo capítulo, me parece que se aleja demasiado de la idea principal (que es atractiva y tiene potencial). Llego al tercero y al cuarto y me doy cuenta de que algo no funciona, fallan las conexiones. Pero... ¿es un problema de la portada, del texto, de las expectativas...?
Vamos a ver... los relatos son malos. Parten de premisas high-concept (ideas accesibles que despiertan interés desde el principio) para enganchar, pero el desarrollo es escaso y tanto la prosa como los diálogos tienen un aroma excesivamente artificial. Parece que Murata sólo quiere causar controversia y llamar la atención.
Luego se podría entrar en las diferentes inverosimilitudes que acontecen, como la posibilidad de que un hombre gay al que acabas de conocer en la playa te preste su semen recién exprimido en un frasco para que te lo insemines como buenamente puedas, por el bien de la humanidad, y la mujer, teniendo novio, se lo introduzca con los dedos a la mayor brevedad posible (pierde vitaminas a la misma velocidad que el zumo de naranja), todo sea por el respeto que tiene hacia el rito sagrado de la procreación o por cumplir los designios narrativos de la autora.
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