No suelo leer novelas negras porque tienden a reciclar fórmulas desgastadas y a ser poco nutritivas, pero esta me ha sorprendido gratamente. Claro ejemplo de que algo relativamente sencillo, bien ejecutado, puede ser tremendamente eficaz.
La historia te atrapa por completo y esto se debe en gran parte a la precisión narrativa de Highsmith y a su habilidad para crear un protagonista con algunas aristas, esquivando los extremos de villanidad introduciendo elementos amenos que acompañan a sus impulsos violentos. Esto a su vez le da una pátina de autenticidad al conjunto.
Todo funciona perfectamente hasta que llega el final (spoilers a continuación). La novela acaba de manera muy falsa, con Tom siendo el heredero de Dickie sin levantar sospechas, como si todos fueran incompetentes y sin tener en cuenta que su muerte no está confirmada y, por tanto, que todavía no se podría llevar a efecto el testamento. Esto es un pequeño punto negro en una novela que si bien no es trascendental, sí que tiene virtudes y cumple como entretenimiento.
Todo funciona perfectamente hasta que llega el final (spoilers a continuación). La novela acaba de manera muy falsa, con Tom siendo el heredero de Dickie sin levantar sospechas, como si todos fueran incompetentes y sin tener en cuenta que su muerte no está confirmada y, por tanto, que todavía no se podría llevar a efecto el testamento. Esto es un pequeño punto negro en una novela que si bien no es trascendental, sí que tiene virtudes y cumple como entretenimiento.
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