La vegetariana de Han Kang.
Novela dividida en tres partes, con tres voces diferentes narrando, sobre una mujer que deja de comer carne y provoca un terremoto dentro de ella y a su alrededor. Muy bien escrita, con buen ritmo y con una prosa delicada y precisa. Sigo con spoilers...
La primera parte da cuerpo (nunca mejor dicho) a la protagonista a través de los ojos del marido. Si bien esta parte no es demasiado espectacular, todo está desarrollado con delicadeza y la protagonista emerge como una figura interesante, sobre todo por esa idea de que se vuelve vegetariana por los sueños que tiene.
Donde sobresale la novela es en la segunda parte, narrada por el cuñado. Aquí la historia de Han Kang se vuelve tremendamente sensual y física, con una interacción entre el cuñado y la protagonista que va de lo poético a lo sexual, con cierta opacidad sobre si realmente el cuñado está objetificando a la mujer y se está aprovechando de su estado psicológico o realmente hay algún tipo de conexión entre ellos. Lo más interesante es que a ella le excita el cuerpo de él pintado de flores, un cuerpo que no parece carne sino algo vegetal. Esto manifiesta su vegetarianismo a nivel más profundo.
La tercera parte da voz a la hermana y creo que es la parte con menos intensidad, aunque sirve para reflejar que la protagonista no ve la muerte como algo malo porque le acercaría a su objetivo de convertirse en un ser vegetal, cerrando así el círculo y llevando la dimensión vegetal a un plano espiritual.
Aparte del discurso sobre cómo una simple transgresión puede hacer que todo el mundo se ponga en tu contra, La vegetariana destaca sobre todo por su dimensión corporal, por cómo logra que el lector perciba y sienta el cuerpo de la protagonista. Esto acaba generando una carga conceptual y espiritual importante, relacionando de forma original y existencial lo corpóreo y lo incorpóreo, ya que Han Kang lleva el vegetarianismo hasta el extremo, sugiriendo que la protagonista es un ser vegetal encerrado en un cuerpo de carne y hueso, y todas sus acciones caminan hacia la armonización de esa naturaleza dislocada.
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