9 de octubre de 2025

Demitasse

Bunny
de Mona Awad.

Permítanme el batiburrillo, no es más que un guiño a la obra.

El comienzo es repelente: la protagonista despotricando contra la cursilería de un grupo de estudiantes femeninas (las bunnies) de la Warren University.

Como dice una de las bunnies sobre uno de los relatos de la protagonista: se nota que la autora está demasiado enamorada de su lado outsider y su aspereza.

Me chirría que la mirada de la protagonista sea tan superficial y al mismo tiempo reparta nombres (Derrida, Beckett, Dante, Kristeva...) para disfrazarse de intelectual cool.

Poco a poco el estilo se va corrigiendo a sí mismo y la historia va cogiendo fuerza.

Sigo con spoilers...

Estas chicas van a clases de escritura creativa en la universidad, pero también tienen su propio workshop en el que convierten conejos en personas y las matan. Como idea no está mal, pero el desarrollo es flojito.

Awad acude a las drogas y al onirismo para alterar la percepción de la narradora y generar confusión, un recurso sobreexplotado que en este caso reduce la lógica del conjunto y confunde al lector para que la historia avance.

La autora intenta compensar la falta de contenido con un estilo relativamente ágil, pero eso no impide que haya
bastante relleno. Sobran páginas porque abunda la reiteración de conceptos (echo de menos a Ava, las Bunnies son desagradables, soy oscura y áspera y cruda, estoy desorientada y no sé si esto es real o no...).

El recurso de incluir pensamientos y conversaciones imaginarias es lo que mejor funciona de la narración.

Hay momentos en los que la historia suda para ir hacia delante y ese sudor huele mucho a novela para adolescentes.

Awad se apoya en el jueguito metaficcional cien veces visto: la protagonista va al comité que valora su trabajo y los profesores le dicen que es "innecesariamente inaccesible". La autora intenta justificar explícitamente el revoltijo de la novela, como si mencionándolo lo hiciera legítimo. Poco sutil.

La mejor frase del libro es una cita de Kafka (mi traducción): "un libro tiene que ser un hacha que rompa el mar congelado de nuestro interior".

Batiburrillo colosal con un final bastante forzado.

Las referencias simbólicas a otros cuentos de fantasía (hadas, lobos, cisnes, etc.) no aportan gran cosa y sea cual sea el mensaje feminista que quiere transmitir (¿la mujer no necesita al hombre para ser feliz?) no llega todo lo que debería.

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