27 de junio de 2025

Phallos

Patos
de Kate Beaton.

Que no pathos.
Ducks, en inglés.

Cómic autobiográfico en el que Beaton relata sus experiencias trabajando en varias zonas petrolíferas de Canadá, viviendo en diferentes campamentos de trabajadores, para pagar las deudas acumuladas por sus estudios. 

Los dibujos no son nada del otro mundo y el sentido del lugar podría haber estado un poco más conseguido, pero tiene valor como documento personal que refleja bien lo que una mujer puede sufrir en un entorno falocéntrico.

Sigo con spoilers...

La autora plasma una situación peliaguda: vivir en un lugar remoto, aburrido, frío y desolado en el que hay una proporción de hombres y mujeres de 50 a 1, lo que hace que la mujer destaque y esté en una posición de vulnerabilidad, algo que aprovechan los más depravados para lanzar bromas sexuales, obscenidades y hasta cometer acosos y violaciones.

Creo que en la primera mitad Beaton tiene una visión demasiado maniqueísta de la situación, hasta un punto en el que parece que casi todos los trabajadores son acosadores. La segunda mitad amplía el contexto y añade tonalidades grises a la vida en los campamentos, aumentando el valor de la obra.

La idea:
Uno de los mamarrachos que la viola la llama patosilla antes de violarla. La autora asocia a la protagonista con los patos que se quedan atrapados en los desechos petrolíferos y mueren. En cierto momento un trabajador dice que la gente cree que eso le pasa a los patos porque son idiotas.

Beaton critica esa visión de que la mujer que es violada es tonta, esa percepción de que si la han violado es culpa suya porque se lo ha buscado, iría borracha, no se defendió, vestía de forma provocativa, etc. Lo que demuestra la autora es que una violación es más compleja de lo que puede parecer y que el propio sistema (sobre todo en los lugares en los que predominan los hombres) acepta y perpetúa las dinámicas machistas, incluso después de recibir quejas directas por parte de una mujer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario