3 de noviembre de 2014

Concedido

Permission de S. D. Chrostowska.

Esto va de decir la verdad en su sentido más verdadero. Va de "un experimento en dar" (las traducciones de las citas son mías), sin recibir nada a cambio, poniendo esfuerzo en ello, dejándose todo y midiendo la capacidad de la autora de crear "desde la nada hacia la nada". Un libro que es un libro convirtiéndose en libro: "esta obra se da forma de obra a sí misma". Un libro que se sabe libro. La etiqueta para describir la estructura suena de lujo: fragmentariedad epistolar. La autora, a través de una serie de cartas que envía un tal F. W., se pregunta acerca del proceso creativo, la pasión, la soledad, la muerte... A partir de aquí empieza lo más interesante (ojo spoiler): cuando uno acaba de leer el libro, éste muere. El espíritu se pierde, ya que es un libro que es construido a la vez que es leído, es decir: "la obra (escritura) vive, pero la obra (libro) muere". Al leer un proceso de escritura es como si el texto estuviera vivo y al terminarlo se convirtiera en libro y muriera. La autora solapa la lectura con la creación del texto de tal forma que al acabar el libro, éste es algo muerto, muerto porque ya lo has leído y ese proceso de escritura-lectura ya sólo puede ser revivido. Muere en el sentido de que su escritura-lectura nunca más podrá estar viva. Parafraseando a la autora (que reflexiona sobre el "experimento en dar" y el crear "hacia la nada"): cómo puedo darte algo que es nada (muere tras su lectura) y que sólo tiene validez en el proceso de lectura-escritura, puesto que una vez completo ya no es nada. Hay un componente de desmaterialización de la escritura que me parece excelente: "la escritura tiene su propia vida. ¿Acaso puede ésta ser dada?". La relación lector-escritor que genera también es muy interesante: solapa el proceso creativo con la lectura y de esta forma la experiencia de conexión con la autora es muy intensa. "Al disoluto final de esta escritura yace la disolución del significado de este libro, y de nuestra conexión". Así, conexión y libro mueren juntos y al perder el presente pierden su significado. Permission porque de alguna manera la autora pide permiso para conectar con el lector y éste permite (podría no leer la obra o abandonar la lectura), y al mismo tiempo, autora y lector permiten que la conexión se deshaga (que el libro finalice), si bien en uno sucede de forma natural y en el otro es una decisión creativa. A este tipo de libros los catalogan, quizás como advertencia previa para cerebros estancados, de literatura experimental. Más bien diría que es la literatura que se tiene que hacer en el siglo en el que vivimos.

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