30 de septiembre de 2024

Head, Shoulders, Knees and Toews

Pequeñas desgracias sin importancia
de Miriam Toews.

El título de esta entrada es tramposillo porque la pronunciación de "Toews" es algo así como "teis", pero bueno, se entiende el juego.

Novela sobre una familia menonita que para no llamar la atención tiene que doblegarse ante unos preceptos cristianos bastante estrictos. Para darle emoción al asunto, una de las hijas sale rebelde y decide tirarse piedras a su propio tejado siendo pianista. Sigo con spoilers...

La narradora es la hermana pequeña. Y aquí surge uno de los principales problemas de la novela: el tono está mal calibrado, es demasiado infantil y desenfadado para encajar con la seriedad de la historia (que incluso se adentra en el tema del suicidio). Hasta cuando hay un flashforward (las autoridades recomiendan el uso de "prolepsis") y la hermana pequeña narra con 40 años, el tono es prácticamente el mismo.

Y entre otras cosas: apenas hay incidentes significativos, los diálogos son artificiales, los amagos de filosofar de los personajes suenan a cartón, los intentos de elevar la ficción lanzando nombres de altura (Heidegger, Adorno, Joyce, Jung...) acaban convirtiéndose en un name-dropping banal que, una vez más, no encaja con el tono de la narración, etc.

27 de septiembre de 2024

Estancado en el bosque del estanque

Walden
de Henry David Thoreau.

Leí, en inglés, poco más de 60 páginas, suficientes para captar el estilo cansino y el tono de superioridad de Thoreau y no querer saber nada más de él (ni del autor ni del estilo).

Teniendo en cuenta el contexto y la premisa, no me esperaba algo tan prosaico, aburrido e intelectual (tan poco espiritual), con el autor subiéndose a un pedestal para regurgitar su sabiduría a los plebeyos de una manera casi robótica.

Quien dice "regurgitar su sabiduría" dice pontificar sobre ropa o arquitectura (no veo la profundidad ni la necesidad). Y si a veces le apetece detallar lo que se gasta en materiales para construir ciertas cosas o cómo lleva a cabo algunas tareas prácticas, pues a tragar.

Densidad sin claridad, frase que definiría a la perfección lo que es el texto.

Epílogo complementario:
Y se encontraba él buscando la verdad, la trascendencia y lo esencial entre las hojas del bosque y le dio por apretujar y retorcer su mente cual trapo de cocina mojado, a ver si escurrían algunas gotas que saciaran la sed de los intelectuales más incautos, esos que, conocedores del poder de su mente, creen encontrar la verdad exclusivamente a través de ella, ignorando que para ser Todo debes percibir con todo lo que eres.

25 de septiembre de 2024

Two mosquitos

Un gran chico
de Nick Hornby.

Un joven y un adulto de naturaleza solitaria, tras carambolas del destino, acaban desarrollando una amistad. 

Hornby escribe con competencia, logrando que el ritmo sea fluido y que la historia esté bien contada. La lectura es amena y en ningún momento deja de entretener. El humor es algo irregular, pero no patina en exceso y hay bastantes situaciones divertidas.

Si bien tiene aspectos positivos, también hay algunos defectos (con spoilers):

1. La novela se limita a ser un entretenimiento fácilmente digerible y no profundiza demasiado en los temas que trata. Al final parece que el autor quiere compensar esto tocando por encima el tema del suicidio y de las relaciones de pareja, pero no es suficiente.

2. Hornby se apoya constantemente en lugares comunes (el chico raro al que molestan en el colegio, la chica atrevida outsider a la que todos respetan, el hombre soltero que se convierte en figura paterna cool, etc.) y acaba simplificándolo todo demasiado. Los personajes habrían agradecido un poco más de complejidad y/o ambigüedad.

3. Los diálogos tienen muchas notas artificiales y la brevísima extensión de las frases que verbalizan no ayuda.

4. El protagonista joven es muy inconsistente: unas veces parece tonto, otras veces 
maduro e inteligente, unas veces se muestra apático y otras es agresivo e incluso dañino. Pueden construirse personajes así con cierta verosimilitud, pero aquí el autor no lo consigue.

23 de septiembre de 2024

Animalitos

Nosotros los animales
de Justin Torres.

Historia de una familia multirracial con tres hijos que brilla por la frescura de las situaciones que plantea y por la sutileza oscura con la que transmite la pobreza y la disfunción familiar. Puntos extra por la inteligencia con la que Torres maneja la ambigüedad y la elipsis. Es posible que le falte algo de extensión al texto para desarrollar un poco más la arista que se abre al final de la historia, pero en su brevedad el impacto es considerable.

Apuntes con spoilers:

- El primer capítulo contrapone de forma magistral las ganas de más que tienen los niños, sus ansias de ruido y destrucción (asociadas al padre, que es más duro con ellos) con sus ganas de menos, de paz y silencio (asociadas a la madre y su descanso después de trabajar toda la noche).

- Cuando el narrador cumple 7 años, la madre le dice que se quede siempre en 6, que cuando llegan a 7 los niños se despegan de sus padres, se vuelven duros.

- Se percibe que los niños crecen en un entorno pobre, violento y raro y luego quieren ser violentos con los padres. Ellos sienten que no les cuidan como deberían. Hay una escena sinuosamente extraña que refleja esto.

- Después de quedarse dormido con su hijo en el trabajo y de ser descubierto por un compañero (por circunstancias laborales los tres hijos tienen que dormir con él en su turno de noche), el padre le dice a la madre que nunca van a poder escapar de esto. No sabemos si se refiere a los niños o a la pobreza.

- Los chicos pasan tanta hambre que hasta hablan de matar a su madre para fugarse, pero de forma sutil... Dicen que tenían que haber matado a esa mujer, donde esa mujer puede ser la madre u otra mujer que se paró para intentar ayudarles cuando estaban vagabundeando en medio de la nada con la madre dormida en el coche.

- Extraño y perturbador final. El niño tiene relaciones homosexuales con gente de la estación de autobuses. Descubren su diario en el que cuenta sus fantasías y entonces su padre le baña para "arreglarle" con la madre mirando. Se nos oculta lo que hacen, no lo sabemos, pero no tiene buena pinta.

21 de septiembre de 2024

Amusas

Divertirse hasta morir
de Neil Postman.

Este libro es de 1985 y aunque la introducción escrita por el hijo del autor (en 2005, en una edición en inglés) nos asegure que esto se mantiene relevante 20 años después de su publicación, lo cierto es que tengo mis dudas
.

El comienzo es bueno, ya que Postman contrapone las ideas sobre el futuro de Orwell y Huxley. 
- Para Orwell habría una fuerza externa opresora, para Huxley la gente adoraría a su opresor. 
- Orwell temía que se prohibieran libros, Huxley temía que no habría razón para prohibir libros, ya que nadie los leería. 
- Orwell temía que nos escondieran la verdad, Huxley que la verdad se hundiera en un mar de irrelevancia.
- Orwell temía que lo que odiáramos nos destruyera, Huxley que nuestra destrucción la causara lo que amáramos.

La tesis del libro es que Huxley tenía razón y Orwell no. 

Después de esa premisa tan potente no sé cómo es posible que el libro se me caiga de las manos a las 60 páginas. Bueno, sí lo sé... no sabe ir al grano a la hora de expresar sus ideas, divaga en exceso y rápidamente se convierte en una perorata insustancial con un acercamiento conceptual algo rancio. Lamento decirle al hijo que esto ha envejecido muy mal.

18 de septiembre de 2024

He's a Maniac

MANIAC
de Benjamín Labatut.

Llego unas cuantas semanas tarde a escribir la reseña de esta magnífica obra y cuando abro las notas me encuentro con una tremenda escasez.
No puede ser...
Me escudaré una vez más en ese "me absorbió tanto que apenas hice anotaciones".
A continuación las notas que tenía:
Una obra maestra que hace un repaso histórico ficcionalizado del mundo de la ciencia y las matemáticas centrándose principalmente en la figura de John von Neumann.
Te embriaga por completo.
La prosa es excelente y las observaciones y reflexiones que comparte el autor son muy agudas.
Labatut escribe como un maremoto y las olas que alcanzan la orilla de mis ojos me empapan todo el cuerpo y agradecido estoy por ello.
Uno de los autores más potentes de la actualidad.

13 de septiembre de 2024

Pero Perogrullo...

Blancura
de Jon Fosse.

Me adentré en el texto y no me marché hasta el final, pese al estilo seco y repetitivo y pese a la historia repetitiva y a que el hombre se pierde en el bosque y no deja de hacer bobadas e idioteces, no cabe duda de que es un hombre insensato, aunque no tarda en ver a la criatura luminosa con su blancura amable y acogedora y eso sacia la sed del lector un ratito, pero el hombre sigue mirando hacia el interior de una nada vacía y esa nada es poco trascendental, tan poco trascendental que es nada, nada de nada, y por un momento pensé que esta sería una de las primeras novelas de Fosse, ya que el estilo y el contenido están menos pulidos que en Trilogía o Mañana y tarde (aquí y aquí), pero cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que era la última, 2023, y cómo me sorprendió descubrir que aquí la obsesión de Fosse con los planos oníricos, la imaginación y la muerte no cobra vida y no se convierte en una nada que respira, una luz singular o una blancura espiritual, sino en una negrura fútil.

11 de septiembre de 2024

Sin peras no hay paraíso

Campo de peras
de Nana Ekvtimishvili.

Raro es que una novela sobre un colegio de niños con discapacidad intelectual no despierte emociones ni empatía. Es lo que sucede aquí.

La prosa es tan plana como los personajes (demasiados en pocas páginas, unas 60 leí) y la conexión emocional que logra la autora es mínima. Gran parte del problema es que es un texto excesivamente descriptivo que no cobra vida en ningún momento. 
Sigo con spoilers...

Ekvtimishvili quiere compensar la insipidez dejando al lector en vilo (la protagonista quiere matar a un tal Vano) e intentando impactar con la muerte temprana de un niño del colegio (delineada de una manera algo fría), pero nada de esto da impulso a la narración.

Lo único sugerente es la imagen del campo de peras como lugar eternamente inundado al que es difícil acceder y cuyas peras no son comestibles, algo que se puede relacionar oblicuamente con el colegio.

9 de septiembre de 2024

Así habló Zorba

Zorba el griego
de Nikos Kazantzakis.

Arrojo mis apuntes:

Prosa refinada llena de destellos poéticos y pinceladas humorísticas. Una novela reflexiva con un aura espiritual muy agradable.

"Todo tiene un alma".

Parafraseo a Zorba: ¿Quién tiene razón, el que vive como si fuera inmortal o el que vive como si fuera a morir en cualquier momento?
El narrador: "actuar como si la muerte no existiera y actuar teniendo en todo momento a la muerte en la cabeza es, quizá, lo mismo".
Si te crees inmortal puedes desaprovechar el tiempo, si crees que vas a morir, no.

"La felicidad es una cosa sencilla y frugal".

Zorba es una figura dionisiaca, amante de la buena comida, el vino y las mujeres, pero con un toque espiritual teñido de carpe diem. Es un personaje cautivador, bien acompañado por el narrador.

"Y aun las ideas más grandes, si les abres la panza, ves que también son títeres, rellenos de paja, y hundido entre la paja, un resorte de hojalata".

La comida, el calor de un brasero, el cuerpo de la mujer, los olores agradables, "estos pequeños placeres corporales, tan humanos, con cuánta simplicidad y rapidez se transformaban en una gran dicha espiritual".

Sobre Zorba... "los grandes visionarios, y lo mismo los grandes poetas, lo ven todo por primera vez [...] Cada mañana ven frente a ellos un mundo nuevo; no ven un mundo nuevo, lo crean". Zorba vivía "sin la intervención deformante de la razón", por eso lo disfrutaba todo.

Zorba dice "la locura más grande es, pienso, no tener una locura".

De un libro que lee el patrón: "¡Pobre de aquel que no tenga dentro de sí la fuente de la felicidad! ¡Pobre de aquel que quiera gustar a los otros! ¡Pobre de aquel que no sienta que esta vida y la otra son una!".

Zorba: "¿cómo te salvas del diablo si no te vuelves diablo y medio?".

"Todo lo que hay de bueno en este mundo es invento de Satanás. La mujer hermosa, la primavera, el vino, son hechuras del Diablo" (hay cierta objetificación de la mujer que seguramente no agrade a algunos, pero me parece coherente con el relato).

Sobre los escritores... el narrador le pregunta a Zorba por qué no escribe "y nos explica los misterios del mundo". Y él responde que "los que viven los misterios no tienen tiempo; y los que tienen tiempo, no viven los misterios".

Zorba se ríe de la religión y de cómo cambia al ser humano. "¿Tienes fe? La astilla de una vieja puerta se transforma en la Santa Cruz, ¿no tienes fe? La Cruz entera de Cristo se transforma en una vieja puerta".

Zorba cuenta que hubo una época en la que cometió atrocidades por la patria, porque los otros eran turcos o búlgaros y añade: "después entré en razón, ahora miro a las personas y digo: éste es un buen hombre, aquél es malo. ¿Qué importa que sea búlgaro o griego? Me da lo mismo; es bueno, es malo, es lo único que ahora quiero saber. Y cuanto más viejo me hago [...] creo que comienzo a no querer saber ni eso. ¡Qué más da que sea bueno o malo! A todos los compadezco, se me desgarran las entrañas cuando veo a un ser humano, aunque finja que me importa un bledo". 
Todos somos hermanos y acabaremos siendo alimento para los gusanos. Y añade: "mientras exista la patria, el hombre seguirá siendo una fiera, una fiera salvaje".

Da la sensación de que el narrador tiene un punto de vista más apolíneo y Zorba más dionisiaco.

"Sentía yo, muy fuertemente, que el vértice más alto al que puede llegar el hombre no es el Saber, ni la Virtud, ni la Bondad, ni la Victoria; sino algo distinto, más alto, más heroico y desesperado: el Miedo sagrado". Es decir, miedo a la muerte.

Intentar analizar las experiencias con el pensamiento puede hacer que no vivas las experiencias en sí mismas.

El patrón dice que hay tres tipos de seres humanos:
1. Los que tienen como meta vivir su vida.
2. Los que "sienten que todos los hombres son uno y luchan por iluminarlos, amarlos, ayudarlos cuanto puedan".
3. Los que "se ponen como meta vivir la vida del universo; todos, seres humanos, animales, plantas, estrellas somos uno, la misma sustancia que libra una misma y terrible lucha; ¿qué lucha? Transformar la materia en espíritu.

6 de septiembre de 2024

Pitiminí de pitifuá

Agua y jabón
de Marta D. Riezu.

Amago de tratado sobre la elegancia donde cabe todo lo que se le ocurre a Marta.

La premisa parte del artista Cecil Beaton quien dijo que la elegancia es agua y jabón, esto es, "lo elegante es lo sencillo, lo útil, lo de toda la vida". La autora también lo asocia a la honestidad y la discreción.

Y justo lo que le falta a este ensayo es... elegancia, utilidad, honestidad y discreción. Va bene.

Hay que reconocer que el primer capítulo es entretenido, con un estilo fragmentario relativamente fresco y fluido, con anécdotas interesantes y algo de humor.

Poco a poco el name-dropping (marabunta de referencias) va comiéndose al texto y el disfraz de cooltureta honesta y sencilla empieza a desgarrarse y uno empieza a percibir cierto exhibicionismo esnob.

Riezu, júrame por Visconti, Buñuel y Kubrick juntos que ninguna marca (ni Persol, ni Acne, ni Hermès) te ha pagado para promocionar sus productos en este texto. No sé si quedan figuras artísticas y marcas sin nombrar... Lo que queda claro es que tienes un gran futuro como instagramer.

Hay algunos pasajes decididamente repelentes, como su hipotética carta a los Reyes Magos, llena de artilugios exclusivos que sólo se le ocurrirían a una persona extremadamente privilegiada.

Y el privilegio es un problema o no lo es. En el fondo, casi todos los que hemos leído este libro somos privilegiados de una manera u otra. El problema aquí es que se vende una cosa y se ofrece otra, es decir, el objetivo es iluminar la relación entre elegancia y sencillez y esto no es más que un ejercicio de exhibicionismo elitista superficial.

Sigo con un poema:
Riezu es una mujer sofisticada con los pies en la tierra,
se echaba siestas con el Tour
y soñaba con la portada del disco de New Order,
inspirada en la cesta de rosas de Fantin-Latour.

Que alguien me diga cómo digerir la afectación y las ganas que tiene Marta de impresionar con todo lo que sabe y el buen gusto que tiene y todo lo que se puede permitir.

La cita que viene a continuación puede herir la sensibilidad de los lectores: "Hay unas salas del Prado donde siempre aviso a mis acompañantes: sigue tú, nos vemos más adelante. Me pone nerviosa no poder estar todo el rato que deseo con los bodegones".

En fin... Llega un momento en el que el texto empieza a dar vergüenza ajena.

Se puede valorar el estilo y el abanico de referencias que maneja Riezu, pero me parece lamentable que necesite restregárselas al lector en cada página. Actitud que, insisto, nada tiene que ver con esa relación entre elegancia y sencillez.

El oxímoron más salvaje es el siguiente: Riezu escribe un ensayo sobre el vínculo que existe entre la elegancia y la sencillez y en ese mismo ensayo afirma que no hay que decorar la casa con muebles de Ikea, sino que hay que comprar Thonets, Breuers, Prouvés y Perriands (supongo que muy pocos lectores conocerán esas marcas o diseñadores, yo incluido).

Esto último sugiere que Riezu no es consciente de su posición de privilegio ni de la realidad, pues no asocia la sencillez de un objeto a su precio (hace valoraciones sin tener en cuenta el bolsillo). ¿Una silla que cuesta 500 euros puede ser definida como sencilla? Probablemente sí, en términos de diseño, pero nunca en términos socioeconómicos y ahí es donde cojea. Se percibe claramente que el texto está concebido desde un punto de vista distorsionado, muy alejado de la realidad.

Hay bastantes generalizaciones absurdas tipo: "a los cinéfilos nos gustan los hoteles". No sé si son intentos de hacer piña con ciertos grupos de lectores.

Y hay varias contradicciones, como cuando empieza un pasaje diciendo que cada año elegía al azar una ciudad del mapa y alquilaba un piso un mes entero (exudando privilegio) y luego acaba diciendo que eligió ir a Bath porque allí "Zweig se despidió de Europa". Aclárate mujer, ¿qué quieres transmitirle al lector, tu poderío económico o tu cultura literaria?

Dice que fue a Portugal a ver dos obras de Álvaro Siza y la segunda era "un Siza de aire más Aalto". No se puede decir menos y demostrar más pedantería en una sola frase.

La incapacidad de la autora para percatarse de su situación privilegiada choca bastante con su cultura (que debería expandir su empatía y su percepción del mundo), salvo que esta última sea mera absorción de contenidos y experiencias, puro almacenamiento de información sin profundidad alguna; en definitiva, conocimiento sin entendimiento.

4 de septiembre de 2024

Miss Conception

Misconception
de Ryan Boudinot.

Historia sobre el paso a la madurez de un joven.
Spoilers...
Padre abogado y madre fotógrafa médica (tiene un arsenal de fotos de cadáveres).
El joven protagonista se enamora de Kat.
Mucha fluidez narrativa.
En cierto momento el chaval pregunta a su madre por qué le enseña tantas fotos turbias y ella dice: "para que no olvides que eres mortal".
Cambia de narrador, narra Kat.
Interesante el recurso del libro dentro del libro, está bien llevado.
Prosa notable.
Humor acertado.
Muy entretenido.
Hay algún one-liner artificial, pero nada grave.
Aunque el desenlace se ve venir... el protagonista cree que el padrastro la violó y la preñó, pero no es así. Además de previsible, el final es bastante hollywoodiense (pistolita incluida) y empaña ligeramente todo lo que consigue el libro.
No obstante: r
ecomendable.

2 de septiembre de 2024

Q4U

Tengo algunas preguntas para usted
de Rebecca Makkai.

Rebecca, ¿por qué crees que me quedé dormido a las 50 páginas?

Reconozco que ese día los niños me dieron la noche, pero ¿no te parece que los personajes podrían haber sido más atractivos?

¿Hay algún tipo de voluntariedad mística à la DFW en el aburrimiento extremo que genera la historia?

Entiéndeme, sé que no todo tiene que ser entretenido, pero ¿no crees que un thriller de estas características debería cuanto menos enganchar al lector?

¿Por qué decidiste que la prosa fuese tan plana?

Varias personas me han comentado, a modo de queja, que hay un fiambre de por medio y esto no da ningún impulso a la narración, ¿qué les dirías?

¿Hay algún objetivo subliminal en la ausencia de detalles y la escasez de situaciones interesantes?

Si no te reportara ningún beneficio económico, ¿habrías escrito este libro? Y lo que es más, 
¿se lo recomendarías a alguien?