28 de febrero de 2016

Distancia de lectura

Distancia de rescate de Samanta Schweblin.

Leí 30 páginas... llámalo "distancia de lectura": mecanismo interno que separa mis ojos del papel cuando advierte la vacuidad de lo narrado y la potencial pérdida de tiempo.

"Siglo 21"; hay que ponerlo con número para reflejar adecuadamente la post-postmodernidad; las letras se quedan antiguas en la era de lo audiovisual; la gente no quiere "leer", quiere "ver"; relación directa con el cine.

"Siglo XXI"; el palito, elemento vertical que nos separa del siglo anterior, funciona como metáfora del rascacielos del ego que intenta tocar las nubes en esta época; cuántos se creen artistas y no son más que albañiles; con todo el respeto para el albañil, pues al menos conserva la humildad y no se cree arquitecto.

Diagnóstico de las creaciones de este siglo a través del texto de Samanta y ciertas conexiones: oleada de fragmentación y ambigüedad que pretenden, una vez más Nietzsche, "enturbiar sus aguas para hacerlas parecer más profundas". Esos dos recursos se adoptan ciegamente como herencia de los precursores postmodernos y se lanzan al folio en blanco como pilares de cualquier relato con pretensiones de innovar. Problema: no hay relación (simplificando) entre forma y contenido. El conjunto de la obra no es armónico. No hay un todo. Casualidad: los individuos son cada vez menos íntegros = las obras son cada vez menos íntegras y están más vacías. ¡Ups!

Ante la ausencia de profundidad postmoderna (ya en Jameson), vemos cómo el enfoque principal no es la humildad (si no sé escribir o no tengo nada que decir, me aparto) o el esfuerzo (suplo mi falta de talento con trabajo), no, no, no, no... Escribir y disfrazar. El predominio de la superficie. Que parezca que hay algo, aunque no lo haya. Concéntrate en el efecto y la imagen externa... aplausos garantizados.

2 de febrero de 2016

Nadimir Vlabokov

Pálido fuego de Vladimir Nabokov.

150 páginas... estuve a punto de acabarlo. Sensación final contradictoria. Muy interesante que las capas que habitualmente son externas al texto, o extraliterarias, (prólogo, comentario crítico, índice...) conformen el texto. Más interesante todavía es ese cuestionamiento acerca de las fronteras entre lo literario y lo académico, y las cuestiones sobre interpretación. Nos encontramos un comentario crítico sobre un texto, pero este comentario es a su vez literario, es decir, un análisis académico sobre literatura que a su vez es literatura. Al mismo tiempo, se muestra la interpretación personal del académico (gran parte de su interpretación es evidentemente subjetiva), además de que nos encontramos con un comentario crítico repleto de errores ortográficos, palabras inventadas o mal deletreadas, nombres de insectos y animales que no existen, etc., como remarcando la falta de rigurosidad del académico en cuestión. Preguntas pertinentes: ¿hasta qué punto es el crítico el que da sentido a la obra, o incluso el que la crea con su interpretación? ¿El crítico es capaz de ser objetivo? ¿Hay que fiarse del crítico y el académico o estos también están haciendo literatura? Aquí se plantean cuestiones muy relacionadas con la crisis hermenéutica y el postestructuralismo. Siguiendo esta línea de pensamiento, se presenta la dificultad de llegar a una interpretación válida, objetiva, puesto que todo texto puede llevar a múltiples interpretaciones. Podríamos hablar del crítico que interpreta el texto a su antojo y, en este caso, que quiere apropiarse del genio o pertenecer a ese halo mágico de la literatura (el académico que incapaz de crear un texto, lo interpreta como si le perteneciera, como si fuera suyo, como si su vida estuviera expuesta en esas palabras). Obviamente, el simple hecho de que se mencione que la persona que hace el comentario ha añadido notas al poema ya nos está hablando de una interpretación subjetiva, incluso de cierto constructivismo (solapa el proceso interpretativo con el creativo). La nota negativa de la obra es que me parece que hay mucho relleno en el "commentary", que si Zembla, que si el rey... obviamente habrá mucho de autobiográfico en todo eso, pero me deja bastante frío, me falta algo que me enganche en el proceso de lectura, más allá de la brillantez de la idea.