30 de abril de 2014

Durmitativo

Los que duermen de Juan Gómez Bárcena.

Relatos. Joven escritor español. Lo positivo: prosa muy cuidada, se agradece. También se aprecia mucho cariño hacia el pasado, los amantes de la historia disfrutarán el libro. Destacar cómo el conjunto camina con el tiempo; los primeros relatos están muy concentrados en el pasado y luego avanzan hacia el futuro. Creo que es una forma muy sutil de conectar los relatos, me ha parecido muy original. Los mejores para mí son El padre fundador de Alemania, Hitler regala una ciudad a los judíos, El mercader de betunes y Los que duermen. Me ha dado la impresión de que los relatos mejoraban según iba avanzando, como que los más actuales tenían mayor calidad. No sé si porque no me gusta mucho la historia o porque le he notado más suelto. También creo que hay ligeros guiños entre relatos, pero no sé si eso busca algún significado mayor o simplemente es para enlazar mejor el conjunto. Lo negativo: escribe de forma excesivamente correcta, muy preocupado de la precisión del lenguaje. Quizás si dejara fluir algo de locura o de descontrol los textos ganarían. En este sentido, ese control total sobre la narración y sobre el contenido de lo escrito resultan monótonos en relación con el conjunto. El miedo a perder el control limita el rango de expresividad, por eso al texto le falta riqueza estilística y ciertos contenidos que se alejen de las líneas principales. Los primeros relatos me han parecido bastante aburridos, muy "clase de historia". Otra cosa que creo que perjudica al texto es la narración exclusivamente enfocada en el pasado y en ideas o conceptos abstractos. Se echa de menos algo de entorno (lo que rodea a los personajes, los sentidos...), para dar al lector un terreno al que agarrarse, y también cierta concentración en la acción presente para que los relatos cojan carga en el ahora del lector. Si sólo se abre la ventana de lo que ya pasó, al lector que no le guste la historia lo pierdes. En cuanto al contenido, creo que alguna digresión o alguna referencia alejada de los conceptos que trata hubiera venido muy bien. También pienso que faltan recursos visuales como metáforas o imágenes que refresquen un poco el contenido lingüístico. Entre los polos: hay relatos con ideas buenas pero que al final se desinflan. Si hubiera añadido algún que otro final más potente o una mayor profundidad en el tratamiento de ciertos temas, el resultado hubiera sido mucho más interesante, más efectivo de cara al regusto que dejan en el lector. Recientemente ha salido un nuevo libro del autor... Si se deja llevar más con el estilo, reduce las lecciones de historia y amplía la gama de recursos y de contenidos, podríamos estar ante un libro bastante interesante (la sinopsis promete).

27 de abril de 2014

Buen amigo

Bel Ami de Guy de Maupassant.

Historia de un seductor. "¡Te amo con locura!" dicen ellas, todas y cada una. Prosa sencilla con ligeros destellos poéticos. Puñalada a la sociedad patriarcal y al hombre en general. Hay reflexiones interesantes sobre el lugar de la mujer en la sociedad, el amor, el periodismo, la muerte, la política... Creo que los temas principales, conectados entre sí, son el amor, la mujer y el materialismo. El protagonista dice "El amor no es eterno, querida. Se toma y se deja. Pero cuando dura como entre nosotros se convierte en un pesado grillete". El autor nos viene a decir que el materialismo es esencialmente una tendencia masculina y que éste se aplica al amor, por eso el protagonista, o bien ve a las mujeres como objetos que una vez poseídos pierden su valor, o bien establece relaciones por intereses económicos. Al mismo tiempo, se ve que la mujer tiene un papel oculto en la sociedad pero fundamental en el día a día del hombre (mujeres que escriben los artículos para sus maridos, que mantienen a sus amantes, que hacen que se sientan queridos, etc.), por lo que se abre la paradoja: la mujer, en su condición de objeto, da valor al hombre; el hombre adquiere valor, tanto por el dinero que le aporta la mujer como por su amor (se siente querido) y su belleza (poseer algo bonito). La mujer es como un cuadro caro y el hombre, a través de la compra o la seducción, lo exhibe en la pared de su casa o de su corazón. El final del texto se me hizo algo repetitivo, cae mucho en el "te amo, quiero estar contigo" y situaciones similares. Buen libro. Quizás con unas cuantas páginas menos hubiera sido perfecto.

24 de abril de 2014

Pozuelo de Alarcón

El niño que robó el caballo de Atila de Iván Repila.

Dos niños en un pozo... Buen libro en su emotividad y desarrollo. Estilo sencillo. Final algo excesivo, demasiado efectista. Creo que comete un error con la personalidad del hermano pequeño, principalmente cuando reflexiona como un adulto, lo cual resulta inverosímil. Aparte, da la sensación de que el hermano pequeño es una marioneta que cambia de carácter según le place al narrador, ahora parece un adulto, ahora se vuelve loco, ahora habla mal, ahora está cuerdo... demasiado caprichoso. También es criticable la invocación de una poética ambigua y ciertas reflexiones difusas. Precisamente, el principal problema es que no concreta, utiliza la ambigüedad para que la historia adquiera visos de parábola y que el lector pueda atribuir todo tipo de significados a la narración. Algunos atrevidos dicen que las citas del principio (de Bertolt Brecht (escrito Bertold) y Margaret Thatcher) marcan un tono que permite una interpretación alegórica. En mi opinión, en ningún momento el texto, más allá de esas citas iniciales, conecta con esa idea. Es un fenómeno interesante ver cómo una cita inicial puede multiplicar las interpretaciones de forma gratuita, a pesar de que la narración no transmita lo mismo o resulte ambigua al respecto. La sensación final es que he leído un libro bien escrito, con una historia interesante, bien contada, pero que me voy a la cama sabiendo lo mismo y sin aplaudir por dentro.

21 de abril de 2014

Ryanair

El viajero del siglo de Andrés Neuman.

Escribe bien y tiene algunos detalles interesantes, pero peca de corrección, de estilo acorbatado, falta chispa, expresividad, pasión. Uno de los errores principales es que el desarrollo es muy lento, la extensión de los sucesos es excesiva, sobra dedo índice. El lector tiene que masticar 100 páginas del mismo acontecimiento (la seducción inicial) y luego en el fondo la recompensa que obtiene no es tan gratificante (tampoco lo es la experiencia de lectura). No mide bien la relación entre lo que expone y el número de palabras que utiliza para ello. De ahí que la extensión del libro, su grosor, no sea un síntoma de esbeltez o fortaleza sino de obesidad.

16 de abril de 2014

Caminando el camino

El sendero del Tao de Osho.

Muy correcto. En su punto y con guarnición provechosa. Presenta el dibujo a través del análisis de diferentes parábolas. Algo repetitivo quizás, aunque el propio autor se excusa en el texto. Sobre todo merece la pena cómo analiza las palabras de Confucio y las colorea negativamente (el confucianismo cree en la dualidad, las leyes, la moralidad, etc.). Ilumina donde más de uno (aquí presente) no puede evitar el tropezón.

Patata

Taoísmo de Eva Wong.

Mucha historia y mucha corrección formal para no ahondar en la naturaleza verdadera del Tao. Dice cosas que están muy alejadas de lo esencial. No sirve.

12 de abril de 2014

Más soso que salao

El mar de John Banville.

Lo desechas tras leer 40 páginas y te quedas tan a gustito. El resumen bien podría ser un refrán o un haiku: la obsesión de John por la descripción. Está preocupadísimo por resultar veraz al lector y se dedica a describirlo todo con precisión para que la realidad entre bien. Me hizo recordar aquellos tiempos en los que mi madre me metía supositorios por el culo cuando estaba enfermito: una realidad que tenías que soportar para curarte. Apruebo los supositorios, pero aguantar el estilo y la prosa de este hombre es algo sobrehumano, sólo los más enfermos podrán soportar la receta del doctor Banville.

10 de abril de 2014

Tengo una devil-idad

El diablo a todas horas de Donald Ray Pollock.

Prosa bien, efectiva, hay escritor. Desarrollo fragmentado, con bastantes elipsis. Como libro de entretenimiento me parece sobresaliente, fluye bien, está bien escrito, tiene lado oscuro, pasan cosas. Como arte literario... faltan recursos en la prosa y falta contenido ante el que arrodillarse. Creo que principalmente critica la religión y muestra que las cosas no son blancas o negras. Coordenadas: violencia, fanatismo, corrupción, perversión, adulterio... Hay ligeras desviaciones hacia el cliché, como el sheriff corrupto, el cura degenerado, los momentos en los que un personaje rescata recuerdos para acabar diciendo algo así como "ese fue el día más feliz de mi vida", las situaciones en las que unos hombres tachan de blandengue a otro para buscar pelea, etc. Se le puede achacar cierto efectismo, ya que hay muchas escenas de violencia y degeneración sin el respaldo de un propósito mayor o un significado más profundo. La trama está bien tejida, los personajes bien desarrollados, todo resulta verosímil, todo funciona. Me atrevería a decir que toda la literatura que busca entretener debería aspirar a ser así, evitando caer en la superficialidad y la simpleza sin necesidad de añadir complejidad o mostrar una prosa excesivamente elaborada.

7 de abril de 2014

1% literatura desgrasada en polvo

Nocilla Experience de Agustín Fernández Mallo.

Todo esto va de que el lector tiene que conectar la información, no hay horizonte, no hay fronteras, sólido-líquido-gas, fermión vs bosón, azar y complejidad... Ideas hay, prosa no. Podríamos resumirla con esta frase: "el humo de la taza le enmascaraba la cara", incluso con esta: "entendió que era ésa una perfecta vía posible", entre otras. Bien... y uno se pregunta cómo es posible que esto salga a la luz. Bien... Agustín tiene muchas ideas y quiere meterlas todas en el mismo libro sin saber escribir, mal asunto. A veces comparte ideas que son estúpidas para que el lector aplauda lo ingenioso que es. También se dedica a coger cosas de otros autores (muy original, nadie lo había hecho antes, así de primeras se me ocurre William Burroughs, año 1961). Bien... Hay errores de bulto a mansalva, como alguno de concordancia de géneros, un "petril" en vez de "pretil" (ésa es gorda), uno que juega a un videojuego y "es vencido por la tele", trozos que no se entienden, etc. Este libro es de chiste, no se puede reunir tanta pretenciosidad y tan poca calidad literaria en las mismas hojas. La prosa es robótica, pero el autor habla de "transpoética". Incluye fórmulas físicas para defender que el libro se convierte en un artefacto científico. Habla de bolas y de Rayuelas. Tonterías tipo "la información ni se crea ni se destruye, sólo se transforma". En fin... Un conglomerado de ideas que no llevan a ninguna parte y que a falta de habilidad para articular un desarrollo literario, caen sobre el papel aleatoriamente y el autor intenta defender el gesto hablando del azar, la complejidad y la imposibilidad de entender algo concreto a partir de fragmentos (algo que es obvio). ¿Cuál es el mensaje? Hay fragmentos y no se entiende nada, vale, de ahí que la frontera entre sólido y líquido se disuelva (los fragmentos generan un líquido, pero no concretan algo sólido). ¿Y qué? ¿Y cómo justifica el otro montón de ideas que suelta? Por ejemplo, ¿copiar a otros cómo se justifica?, si sólo funciona como recurso para hinchar su texto con referencias externas y como excusa para hablar del "zapping" del mundo actual. Es que no. Agustín ha cogido las ideas de Pynchon (entropía, caos, probabilidad), las ha deformado a su gusto y las ha apelotonado en un libro, sin mostrar ningún cariño hacia la literatura.

3 de abril de 2014

Querido bibliotecario...

Signatura 400 de Sophie Divry.

Grata sorpresa. Muy entretenido. Fluye mucho. Se lee enseguida. Una bibliotecaria se encuentra a un tipo que se ha quedado dormido en el sótano toda la noche y descarga sobre él un monólogo-torrente-verbal a lo Bernhard (entiéndeme). La prosa es arrolladora y tiene bastante humor. A pesar de ser una obra muy corta, hay varias reflexiones circulando. Combina muy bien la situación sentimental, los detalles sobre el trabajo de bibliotecaria, el plano histórico y la crítica hacia el mundo de los libros. No presenta una gran carga de contenidos, ni es especialmente emotivo, pero me ha gustado mucho, es un texto con ciertos destellos de genialidad. Hará las delicias de cualquier amante de los libros.