22 de abril de 2016

The Lost Scrapbook

El cuaderno perdido de Evan Dara.

Obra maestra desconocida, publicada en español por Pálido Fuego hace justo un año. Uno de los pocos textos fragmentarios (Manhattan Transfer, La colmena, Lancha rápida, etc.) que mantiene la intensidad hasta el final. La idea principal es la variación y la ausencia de centro (a qué me recuerda esto...), de tal manera que el lector navega entre historias que, a priori, no mantienen ningún nexo en común.

Muestra ciertas semejanzas con Pynchon y la idea de entropía, no obstante, en Pynchon suele haber individuos que tienen mayor importancia que otros, mientras que en la novela de Dara no sobresale ningún personaje (no hay centro o centros). Hay algo de deconstrucción en ese intento de eliminar el centro. No se trata de seguir las andanzas de un individuo en concreto sino de apreciar el conjunto y las ideas. Destruye (o deconstruye, si se quiere) la presunción de que el centro de todo relato tiene que ser un individuo. Dara se centra más en las ideas. Posiblemente estemos ante una crítica del lenguaje y de las convenciones narrativas, en el sentido de que se suele prestar más atención a las palabras o a los personajes que a las propias ideas. Dara construye un texto equidistante, sin centros concretos, para que el lector se olvide de los personajes y de buscar hilos argumentales y se centre en las ideas y su conexión.

Ideológicamente, lo más destacado es su critica a la sociedad actual, principalmente a la pérdida de valores pronunciada por el capitalismo. Utiliza la fragmentariedad como recurso para romper el individualismo. Una novela anticapitalista no puede centrarse en el individuo, pues es algo promovido por el capitalismo y que a su vez lo alimenta. El texto intenta romper el individualismo que está arraigado en el sistema y que impide una visión panorámica, no egocéntrica, del mundo, algo que sería positivo para todos.

En definitiva, una lectura imprescindible. Tendría que leerla otra vez para empaparme bien de todo.

*Curioso que La broma infinita es de 1996 y El cuaderno perdido de 1995. La primera se publicó en español en 2002, la de Dara en 2015... 13 años de diferencia, aunque sean excelentes por igual.

5 de abril de 2016

Rejoyce

A Girl Is a Half-Formed Thing de Eimear McBride.

Página 52 alcancé. Autora de descendencia irlandesa. Y veo a Faulkner y Joyce en el texto (y no me gusta ninguno de los dos, de momento). Narración caótica, "cubista" si se quiere, no se entiende nada, o se percibe por impresiones ("impresionista" si se quiere), pinceladas y brochazos, ponte el mono antes de sumergirte. No obstante, me manché. Referente contemporáneo: Ben Marcus, aunque éste lo borda. Estos escritores parten de que la manera convencional de narrar está desgastada y hay que ir más allá, generando textos cuya lectura es bastante incómoda, especialmente por la dificultad para conectar la diversidad de elementos. Si bien Marcus creo que sobresale en esta tarea, pues crea conexiones simbólicas y arquetípicas que sirven de base más o menos sólida para el resto de complejidad, con McBride uno empieza la lectura con interés pero poco a poco se pierde. Parece que hay un hijo o una hija que tiene un tumor y no se sabe si va a salir adelante, etc. Supongo que el desorden del texto está relacionado con la "deformidad" del chaval. La incapacidad de ser un individuo normal se refleja en la complejidad textual. Creo que se puede exigir mucho más, como mínimo que la obra enganche lo suficiente como para no dejar de leer.