24 de mayo de 2016

Planta de plástico olor a Bolaño

Bonsái de Alejandro Zambra.

Texto de menos de 100 páginas en el que un chaval intenta ser Bolaño. Entre otras cosas: prosa sencilla, enumeraciones de figuras literarias y argumento plano. Quizás esté inspirado en el desierto de Atacama, Chile, porque no sucede absolutamente nada a ningún nivel, ni siquiera hay belleza en ese vacío. Por momentos trata de ser poético-filosófico: "la historia de Julio y Emilia continúa pero no sigue", de acuerdo. El autor intenta ser ingenioso pero no llega. Luego está el deje metaficcional, barato barato, pues cae en la simpleza y la tosquedad, dirigiéndose al lector de forma explícita sin ninguna sutileza. Lo metaficcional es un recurso muy socorrido para el que no tiene ideas. Este libro es un claro ejemplo de un autor que cree que puede salvar la banalidad que nos presenta a través de guiños metaficcionales, véase: "En Bonsái prácticamente no pasa nada". No hay nada más triste que ser consciente de la banalidad de lo escrito y añadir un artificio para intentar solventar el problema, lo cual no resuelve sino que multiplica la banalidad. Por si esto fuera poco, intenta solapar realidad y ficción a través del bonsái que aparece dentro de la historia y que se corresponde con el título del libro, otro recurso que eleva el hedor por su tratamiento superficial y por la obviedad de las conexiones. No veo más que recursos añadidos gratuitamente para intentar salvar lo insalvable: no tener nada que decir.

6 de mayo de 2016

Para fans de un fantasma

Todas las historias de amor son historias de fantasmas de D. T. Max.

Biografía de David Foster Wallace. Para los amantes del autor es un documento muy interesante, casi fundamental, pues no se limita a indagar en su vida personal sino que traza un recorrido por toda su obra y profundiza ligeramente en ciertos aspectos de la misma. Hay algunos datos que son erróneos, como por ejemplo: el propio autor en una entrevista decía que La broma infinita en un principio se iba a llamar Un entretenimiento fallido, pero según este texto parece ser que ese título inicial era un mero subtítulo. Tampoco es grave. Cabe destacar que se aprecian las contradicciones internas del autor: soy un creador puro y altruista, sólo pienso en el arte y en ayudar a los demás, pero quiero que mis obras me brinden éxito y fama; por tanto, ¿soy un impostor? Escribo una novela que intenta ser un antídoto para las adicciones, pero yo mismo soy adicto a determinadas sustancias, a la tele y a gustar a los demás. ¿Realmente soy tan puro? ¿En mis obras intento dar algo al lector o en el fondo lo que me interesa es el beneficio propio? Las paradojas que están presentes en La broma infinita asediaban al autor en su vida cotidiana, como aparece reflejado en el texto. Bien hecho Max. Gran libro.

*Recientemente se estrenó en España The End of the Tour, una película basada en un libro de David Lipsky sobre Wallace (Although of Course You End Up Becoming Yourself). La película está bien. El libro reposa en mi estantería a la espera de ser leído.