29 de junio de 2014

Negro agujero negro

Una singularidad desnuda de Sergio de la Pava.

El primer capítulo es cansino, un bombardeo de legislación, términos de abogacía, juicios, burocracia... muy aburrido. Avanzas y la cosa mejora. Es un libro que se mueve con diálogos, apenas hay narrador. Las partes de juicios, tribunales, interrogatorios y demás, en su mayoría, son aburridas, me recordaron a la pesadez que transmiten algunos libros de Kafka. Es obvio que quiere tocar el asunto con total profundidad, pero cansa, un lector que no esté interesado en el tema difícilmente disfrutará esas partes. Diría que es un libro que va de oasis en oasis, en el desierto de la parafernalia legislativa encuentras reflexiones muy interesantes y partes entretenidas. Son esas partes las que invitan a continuar, con la esperanza de encontrar más oasis. El protagonista es un abogado que defiende a los malos, es decir, intenta reducir las penas de los criminales. Así, el autor sitúa a su personaje más allá del bien y del mal, porque no podríamos determinar la moralidad de su trabajo. Lo de no usar comas en algunos tramos, a lo que el propio autor contestó que era para darle velocidad al texto, me parece un recurso dudoso. El libro habla de la muerte, la conexión entre personas, el mundo de la información y la tecnología, la televisión, la moral contemporánea, el contraste entre realidad y ficción, los límites de lo legal, etc. Creo que le falta bastante punch al final, queda algo informe, podría haber concluido con más fuerza. Intentando evitar el spoiler descarado, en mi opinión, el autor justifica que el universo camina hacia el colapso, hacia una singularidad espacio-temporal, un agujero negro, diciendo que "hay demasiada materia" (Nueva York como una vorágine de materia, el apagón está relacionado con lo que sucede en un agujero negro). Relaciona la materia del universo con la cantidad de materia que encontramos en nuestro planeta y cómo el individuo puede convertirse en un criminal con tal de ganar más dinero para poseer más materia (absorbido por el agujero negro que es Nueva York). La parte del boxeo no me parece que esté bien integrada con el resto, sí que hay conexión simbólica (abogado que defiende malos = lado oscuro de la justicia / boxeo = lado oscuro del deporte) y cuestionamiento moral (¿defender a criminales es algo bueno?, ¿pegarse puñetazos como deporte es aceptable?), pero aun así no hay demasiada reflexión en esa dirección, está la idea de ser recordado por dar mamporros (legado cuestionable), pero el conjunto no cuaja como debería. Entre otras cosas, el autor también comenta algo de que el crimen es atractivo por la singularidad de la voluntad que lo comete y que el protagonista, puesto que es una persona normal, podría dejar como legado el crimen perfecto y de alguna manera potenciar su singularidad. Creo que el autor nos dice que lo que le sucede al protagonista es lo que tarde o temprano le sucederá a casi todo el mundo (ya que el universo va en la misma dirección), esto es, que todo individuo común (no como las figuras históricas) se corromperá con el fin de convertirse en una singularidad, intentando desmarcarse de la mediocridad a través de la cantidad de materia obtenida o dejando un legado de moralidad dudosa. Veredicto: obra destacable, que juega en otra liga respecto a sus contemporáneas, con ideas y reflexiones realmente interesantes, pero que tiene ciertas asperezas que empañan la sensación final.

26 de junio de 2014

II

El doble de Fiódor Dostoyevski.

Segunda novela de Fiódor, se nota. Decepción. Un tipo que descubre que hay otro igualito a él. La trama es previsible, la tensión se mantiene a base de situaciones repetitivas, no hay tanta profundidad psicológica, la prosa es normalita, hay tramos confusos, la historia de amor entra con calzador, etc. El error más grave es que al final se desvela que el personaje supuestamente está loco y que el doble es una alucinación, sin embargo, esto no queda tan claro, no funciona bien porque parte de una mentira, de un narrador en tercera persona que describe al protagonista y al doble interactuando. Oséase, el protagonista está loco y el narrador nos miente a lo largo del texto para ocultarlo, ya que éste último ve físicamente al doble aunque éste sea una alucinación. Si hubiera desarrollado una narración en primera persona todo hubiera sido más creíble. En cuanto al contenido... hay una ligera crítica a la importancia de las clases y de la imagen en la sociedad, pero poco más.

24 de junio de 2014

Die Heart

En el corazón del corazón del país de William H. Gass.

Libro de relatos un tanto extraños, relacionados con su patria y con lo que sucede en las entrañas del mapa. Este hombre maneja la prosa como le place, así es, crea imágenes buenísimas y tiene una potencia importante, pero luego no se le entiende ni la mitad (quizá sea fallo mío). Me pareció excesivamente oscuro y disperso. El trayecto es más o menos satisfactorio, el problema es que acabas los relatos y da la sensación de que no has llegado a ninguna parte. En el corazón del corazón del país me pareció el mejor relato, pero como si le faltara algún tipo de revelación más contundente para llegar a la excelencia. No sé si es que no conecto nada con el autor o me pierdo algo, probablemente las dos cosas.

22 de junio de 2014

Fantásmico

La librería encantada de Christopher Morley.

Literatura ligera. Prosa sencilla. Se lee bien. Muy útil para apuntarse algunos libros que leer (da muchos nombres). El principio es bastante bueno ya que transmite mucha energía positiva y un amor por los libros muy reconfortante. Hacia la mitad empiezan a aparecer elementos de novela negra y el texto se desmorona. Qué manía de meter un misterio para enganchar al lector... en mí ya genera el efecto contrario. No veo la necesidad de convertir algo que iba por buen camino en un sustrato de novela negra, con pistolas, trapicheos, explosiones y demás. El final me pareció muy poco sutil. Una lástima.

19 de junio de 2014

El gato y el ratón

Maus de Art Spiegelman.

El cómic (novela gráfica) se desarrolla a través de la entrevista que realiza un joven a su padre acerca de lo que vivió en la Segunda Guerra Mundial. Los judíos son ratones por la imagen de Mickey Mouse, que fue creado por Walt Disney que era antisemita, y por esa sensación de ser un animalito indefenso perseguido por los gatos (los nazis). Ese contraste que establece Spiegelman entre Mickey Mouse y los ratones del cómic es interesante porque de alguna manera intenta desfigurar las connotaciones positivas del emblemático personaje de Disney al mismo tiempo que descarga un tortazo en la cara del señor Walt (¿eres antisemita y tu icono es un ratón?, pues hago un cómic sobre la matanza nazi con judíos representados por ratones). Detrás de esto también hay un giro conceptual, puesto que se muestra cómo los dibujos no sólo sirven como elemento infantil o positivo sino que pueden ser útiles para representar una realidad difícil. La verdad que es uno de los relatos más interesantes que he leído sobre la Segunda Guerra Mundial y los campos de concentración, muy humano, muy cercano, muy real. Si bien los dibujos no me parecen técnicamente grandiosos, sí que es cierto que hay mucha originalidad en la composición de algunas viñetas y en las ideas que lanzan algunos dibujos. Incluso tiene toques metanarrativos. No he leído demasiados cómics, pero seguramente éste sea uno de los mejores que se puede leer.

15 de junio de 2014

Tremebunda Cunegunda

Cándido de Voltaire.

El optimismo... El amigo Cándido ve la vida y todo lo que le sucede como si estuviera en el mejor de los mundos posibles. Viaja de un lado para otro escapando de los malos y persiguiendo a la mujer que ama, Cunegunda. Aunque el sufrimiento recaiga sobre su espalda en forma de latigazo, de robo o de rechazo amoroso, él se escuda en el "todo sucede para bien". La obra está cargada de ironía y sarcasmo, criticando el optimismo incondicional así como la conducta y la moral de la sociedad de la época. Lo más interesante son las ideas. Creo que el mayor defecto del texto es que todo sucede demasiado rápido, Voltaire no se detiene a profundizar en ciertos temas o situaciones que quizás lo requieran. El libro pasa en un visto y no visto. Podría haberse extendido algo más en el desarrollo para dar más peso a algunas reflexiones o para brindar más sabor literario al conjunto. La prosa tampoco brilla demasiado. Puesto de otra forma: edificio filosófico que ha descuidado el ladrillo. Ni fu ni fa.

12 de junio de 2014

Vidas cruzadas

Short Cuts de Raymond Carver.

El mejor relato es el de la tarta de cumpleaños ("Una cosa pequeña y buena"), los demás... Si algo tiene Carver es la capacidad de invocar sin nombrar, es decir, conseguir que reflexiones sobre cosas que no aparecen explícitamente en el relato. Un punto para Raymond. El problema es que las cuestiones que despierta, en la mayoría de los casos, atienden a factores humanos intrascendentes. Toda la carga de los relatos recae sobre la emoción o el efecto que generan, puesto que no expanden tu punto de vista o te proporcionan alguna idea nueva (del contenido espiritual/metafísico ni hablamos), simplemente intentan darte un coscorrón emotivo apoyándose en el minimalismo para reflejar el vacío existencial o las zonas grises de la experiencia. El estilo minimalista encaja a la perfección con lo que se narra, pero ahí se queda. Que en su época fue revolucionario y rompedor, por supuesto, ahora bien, lo que transmite a efectos de profundidad o relevancia no es nada. Entiendo el logro de Carver, pero no va más allá de la vida de ciertas personas, se queda en el aspecto humano, no trasciende la corteza de lo terrenal.

10 de junio de 2014

Billie Jean

Bélver Yin de Jesús Ferrero.

Me faltaron pocas páginas para terminarlo... lo intenté. Cogí este libro porque leí en algún sitio que tenía trazas de taoísmo, en fin... Una historia que nada tiene que ver con el Tao, es más, incluso desarrolla elementos que van en contra. Un personaje que supuestamente es taoísta se mete en una secta que ostenta poder y busca "la hegemonía de China"... El mismo personaje ordena a una mujer que mate a otro... Aparecen situaciones bélicas y gestos que denotan muy poca sabiduría espiritual... Así que va de taoísta pero los personajes actúan de forma opuesta. Además, el propio autor, a la hora de intentar compartir "su sabiduría", reparte frases que demuestran que no sabe lo que supone el taoísmo. Pensando mal, Jesús Ferrero ha intentado agarrarse al tren de lo new age (que tanto éxito tuvo en los años 70-80), pero sin tener ni idea del tema. ¿Literariamente? La obra es un desierto... prosa normalita, una historia que cabalga al ritmo de unas elipsis truculentas, con unos frenazos y unas aceleraciones en el desarrollo que es para hacérselo mirar. Hay un intento de hacer algo con los opuestos (masculino-femenino, yin-yang), pero que no llega a coger cuerpo en la narración, no alcanza la densidad suficiente como para transmitir algo trascendente. Molesta mucho que usen filosofías espirituales de forma tan banal.