30 de abril de 2013

Saque y volea

Reconstrucción de Antonio Orejudo.

Grata sorpresa. Últimamente los libros de escritores españoles que leo me decepcionan, pero éste hay que tenerlo en cuenta. Quizás tenga algunos tramos que se hacen un poco pesados por su densidad, pero como el ritmo narrativo es bueno, se continúa sin problemas. Repasa la historia de un conocido erudito que cuestionó pasionalmente la interpretación de la Biblia en la época de la reforma protestante. Personalmente, no suelo apreciar las obras de contenido histórico, pero ésta es una excepción. Aparte de que el ritmo me parece muy bueno, insisto, el autor no se complica con el lenguaje, no da piruetas, no quiere demostrar lo buen escritor que es y eso se agradece. No necesita aparentar nada para lograr construir, o reconstruir, un buen libro.

28 de abril de 2013

Alud basuril

Purga de Sofi Oksanen.

Lo voy a decir claro: estoy hasta los cojones de que vendáis mierda como obra maestra, esto no es el Scattergories. "Espero que todo el mundo lea Purga, es una obra maestra", algo así pone detrás. Salté del barco en la página 60. El ritmo narrativo es letárgico, no hay chispa, no fluye, pesa, me aburre; del contenido mejor no digo nada... Vale, hagamos una cosa, escudemos la literatura que no busca la verdad, que no tiene imaginación ni capacidad para aportar ni una mísera metáfora tras una etiqueta: realismo.

26 de abril de 2013

Mímesis

Conversaciones con David Foster Wallace de Stephen J. Burn (editor).

Muy interesante. Lo leí del tirón. Si te interesa el autor deberías.

Juana

Cerca del corazón salvaje de Clarice Lispector.

Una vez más: pude llegar hasta la mitad. Bastante más flojo y más impreciso que La pasión según G.H. El ritmo se atasca un poco más, el mensaje está más difuminado, el uso del lenguaje no es tan espectacular... Mezcla monólogo interior con narración tradicional para describir el paso a la madurez de una niña. La niña es demasiado inteligente para su edad y nos muestra una realidad basada en sensaciones que aparecen por todas partes. Reflexiona acerca de la validez del lenguaje, la conexión con el universo, las relaciones con figuras de autoridad... Se agradece este tipo de literatura que intenta descolocarte aunque este texto, al lado de su obra más importante, es algo peor.

25 de abril de 2013

Charlie Black

El país del miedo de Isaac Rosa.

Otra decepción nacional (suena grave). Estilo acorbatado, muy correcto y ordenado. Escribe bien, novedoso no es. El contenido es previsible, otra historia humana más. Personas atemorizadas por todo, etc., lo que pude saber hasta la página 100 que es donde paré. Al menos el nombre del autor mola.

K.

El proceso de Franz Kafka.

Hasta la mitad de lujo. Luego te encuentras unas 20/30 páginas sobre abogados y jueces que ojo, aburridísimo. Me encanta la literatura que requiere esfuerzo (Pynchon, Gaddis, etc.) siempre y cuando me esté contando algo y al mismo tiempo mantenga un mínimo nivel estético. Aparte de que estéticamente no es bueno, se extiende una barbaridad con los datos sobre el mundillo de la justicia y los bucles introspectivos (o algo así). Sobra información, le falta riqueza. Su estrategia es presentar un juicio, ocultar las causas y extender el texto hasta el final. Utiliza lo bizarro como motor de la historia, pero se nota que gran parte del texto es relleno. Temas: la dudosa moral, lo absurdo de la justicia, el funcionamiento de la misma... Muy sobrevalorado.

18 de abril de 2013

Krimen Uribe

Bilbao-New York-Bilbao de Kirmen Uribe.

¡Un krimen! (repito el chiste porque me hace gracia, soy un niño). Reconozco que la primera frase es buena, llama la atención, los primeros párrafos están bien, luego el estilo se vuelve tedioso. Pero tranquilos que antes de que el aburrimiento se os eche a la espalda (página 5 o 6), aparece al rescate, en medio de la narración, un cuadro impreso a todo color... ¡madre mía qué original! El detalle de incluir imágenes en plena narración, por lo general (hay excepciones), muestra cierta insensibilidad compositiva y desde luego, la incapacidad del autor para describir la imagen en vez de mostrarla (aunque quizás soy un ignorante y la muestra porque más tarde revelará una verdad muy profunda la cual jamás veré porque dejé de leer en la página 10). Ojo que hasta incluye una entrada de Wikipedia, ¡qué moderno tú! Se ha documentado mucho y maneja muchos datos, pero lo que no se puede hacer es distribuirlos todos en las primeras diez páginas. El autor quiere compartir información con nosotros, contarnos todo lo que ha descubierto del cuadro, del pintor, de su familia, etc., pero me temo que no es interesante.

Tritura literatura

Sostiene Pereira de Antonio Tabucchi.

Director de la sección cultural de un pequeño periódico portugués, Pereira (pesada aliteración me gasto), contrata a un escritor para que escriba necrológicas de escritores que todavía no han muerto, con la guerra civil española cerquita. No sé qué me pasa, de verdad que lo intento, pero no pude, lo dejé a la mitad. No discuto que esté bien escrito, pero una vez más, el contenido me parece muy flojo (aparte de que no me gustan los temas históricos). Empiezo a pensar que soy demasiado exigente con la profundidad de lo que se narra, perdón por ello. Si llevo medio libro y no he obtenido algo de satisfacción estética o de verdad profunda, ni intuyo que la vaya a haber, lo descarto.

Bobby

El cojo y el loco de Jaime Bayly.

Lo alejé rápidamente de mí al llegar a la mitad, Cronos me dio un toque de atención. El ritmo es bueno, el contenido es nefasto. ¿El daño que pueden causar los padres a un hijo? Eso ya lo sabemos, qué me quieres contar. La profundidad es inexistente. ¿Realismo sucio, contundente, brutal? Como quieras, te lees a Bukowski y sobra. Lo resumiría como lluvia dorada en la cara del lector donde las gotas, palabras tipo semen, polla, paja, culear... se repiten constantemente. Y a uno no le gusta que se le meen encima.

16 de abril de 2013

Mátame

La asesina ilustrada de Enrique Vila-Matas.

Leí hasta la mitad aprox. Idea: matar al lector. Resultado: mehhhh. Empieza correctamente, luego se harta a decir tonterías y lo siento pero paso. No escribe mal, otra cosa es que tenga algo que decir.

15 de abril de 2013

Danny Boodman T.D. Lemon

Novecientos de Alessandro Baricco.

Obra de toques poéticos. Narra la vida de un chico que nace en un barco y no pisa tierra nunca. Y se convierte en pianista, el mejor del planeta, una máquina. El estilo y la historia están bien, tiene humor, la prosa tiene buen ritmo, aparece una idea más o menos aceptable sobre lo inabarcable de la vida... Sólo por la belleza que transmite la historia ya merece la pena leerlo.

14 de abril de 2013

Carpeta roja

Ventajas de viajar en tren de Antonio Orejudo.

Eduardo Mendoza 2.0, versión mejorada quizás. Tiene flow, humor, paranoia... Es un poco locura, de hecho trata ese tema, pero no está mal. La primera mitad me hizo reír bastante, la segunda baja el nivel. Suelta alguna pincelada de crítica social pero falta cierta seriedad y profundidad como para estar ante un novelote, aunque tampoco se puede pedir todo.

13 de abril de 2013

Willy vs Segismundo

La mujer de sombra de Luisgé Martín.

Lo bueno: conseguí acabarlo, aunque confieso que leí en diagonal las últimas páginas. Lo malo: estilo narrativo básico, no hay profundidad, es efectista, busca generar un tipo de emoción/sensación que últimamente se vende bien, hay escenas de sexo gratuitas, busca impactar tratando temas tabú, hay ambigüedad que claramente manipula al lector... La narración es muy simple, puede valer, pero tiene carencias. El sexo se usa para atraer al lector, puro efecto, no hay profundidad ninguna, llamémoslo mercadotecnia. Aparte, me parece inadmisible que un autor utilice una ambigüedad mentirosa (engañar al lector deliberadamente con el punto de vista) para dar un giro al argumento, creo que es un truco barato de rastrillo y más si no tienes nada que decir.

8 de abril de 2013

Bloch

El miedo del portero al penalty de Peter Handke.

Acción a raudales, por lo menos al principio, todo se mueve rápido, ni una emoción, nada con contenido. En ese vacío de la descripción de objetos y acciones, se está cuestionando el significado de los significantes, la efectividad de la palabra. Y la palabra, si se comprende bien la realidad, está vacía, es absurda, no deja de ser un significante. Si al principio el protagonista ve la realidad (no las palabras) como de broma, al final acaba percibiendo no "una silla" sino la silla en sí misma (a lo Joseph Kosuth), por lo tanto, lo que es la broma es el lenguaje porque interfiere en la interpretación de la realidad. El lector es el portero que ve cómo el autor (los jugadores de campo) mueven la pelota de lado a lado sin llegar a portería (remarca el absurdo del portero que no interviene) y cuando el delantero tiene la oportunidad de un penalty (de dar significado al juego con un gol), la tira a las manos. Buen libro. Salvando las distancias, me recordó a Bernhard.

¿Qué es familiar?

Tan alemanes de Walter Abish.

También conocido como How German is it. Empieza como gran literatura y acaba como culebrón. Pasada la mitad del libro, todo empieza a desinflarse. Los personajes empiezan a reproducirse como conejos y molesta, llega un momento que no sé quién es quién (culpa mía todo). Y las artimañas del autor pierden su gracia. Quizás la lectura en inglés requiere más concentración y no soy capaz de ponerla. Supuestamente cuestiona la identidad alemana, el pasado oscuro de cámaras de gas y campos de concentración frente a la etapa moderna. ¿Y qué es familiar para el alemán de hoy? Si algunos pueblos están construidos sobre cadáveres. Le falta chicha pero no está mal, podría haber sido una gran obra si la profundidad del contenido hubiera estado por encima de la "psyche". Ha intentado mostrar la identidad alemana a través del comportamiento de los personajes, como si lo que piensan y lo que hacen fuera lo más importante, ignorando que dentro de un texto tiene que haber distintas fuentes de significado. Todo lo anterior es válido, o quizás no presté suficiente atención.

Te atizo despacito

La voz cantante de Eloy Tizón.

Escritura muy correcta, bien, pero por favor, más velocidad, estamos deseando que pasen cosas. El inicio es bueno, luego el ritmo se estanca, no pude acabarlo (tónica general con autores españoles). No sé Eloy... 15/20 páginas describiendo la granja de tu abuelo... en el siglo 21... no sé, el lector se ahoga, hay que refrescar un poquito, renovarse. Hay un truco para vislumbrar las aptitudes del ritmo narrativo: si puedes leer en diagonal y sentir que no te pierdes nada, es porque algo falla. El autor se mete excesivamente en el papel de escritor y se preocupa demasiado por escribir algo sobrio y formal. En mi opinión, hay que ser menos correcto, más perro, sacudirse las chinches de la importancia, entender que escribir un libro y cepillarse los dientes son acciones hermanas.

Sebo

Ya sólo habla de amor de Ray Loriga.

Qué quieres que te diga... Loriga (con pose chulesca y gafas de sol en invierno). Gilipolleces aparte: muy flojito, casi nulo. Descripción de un hombre y blablabla. Obviamente, no fui capaz de leerlo entero. Con todos mis respetos, no creo que sea difícil encontrar literatura de más calidad en el panorama nacional, quizás levantando una piedra.

2 de abril de 2013

El Género Humano ya no puede caminar

La pasión según G.H. de Clarice Lispector.

Segunda lectura, primera reseña. Monólogo interior, stream of consciousness, o como quieras llamarlo, de gran calidad. Todo sucede, nada sucede, en el piso de la mujer. Retrato de una transformación en compañía de una cucaracha de alma kafkiana. La cucaracha se debate entre la vida y la muerte tras ser cercenada por la puerta del armario que la protagonista, en un acto reflejo, cerró bruscamente. Y cara a cara con el insecto, tiene una epifanía y se ve a sí misma en él. Reflexiona. Las cuestiones existencialistas lo empapan todo. Y dice que el hallarse a uno mismo no deja de ser una forma de perderse, la desaparición del yo, la incomparecencia del ego. Y al principio el insecto le parece desagradable, pero al final acaba chupando la sustancia que vierte su cuerpo desgarrado. Gesto orientado hacia la verdad que revela su conexión con el universo. Cómo tener asco a un ser que juega a lo mismo que tú, vida y muerte, ser o no ser. Si le tienes asco a una cucaracha te tienes asco a ti mismo. Si Kafka hizo que un ser humano fuera insecto para mostrar la alienación individual, Lispector enfatiza la separación entre ella y el insecto para mostrar la alienación de la humanidad frente a la naturaleza y el universo. Obra imprescindible.