29 de marzo de 2013

Arele aka Tsutsik

Shosha de Isaac Bashevis Singer.

Escritor se acuesta con varias chicas pero descubre que el amor de su vida es su mejor amiga de la infancia, todo esto acompañado de alguna decisión difícil de tomar. Adecuado en su proceder, el autor plantea una historia bastante sencilla (véase frase anterior) en la que de vez en cuando aparece alguna pincelada sobre política, religión, Dios, el universo, etc. No va a revolucionar tu vida pero es una novela correcta, bien escrita, bien desarrollada, sin complicaciones, no sé si Premio Nobel, pero se deja leer, fluye.

Barro-co

Los pájaros de Baden-Baden de Ignacio Aldecoa.

Corté el chorro a las 60 páginas. Estilo recargado hasta la exasperación con cierto aroma arrogante. Pastel empalagoso que se te pega al paladar con fuerza y mientras lees estás deseando librarte de él para recuperar todas tus funciones. En las primeras hojas hay unas 20 o 30 palabras que no conozco, oh gran escritor, permíteme ver la luz a través de los ornamentos de la fachada. La temática: no me interesa. Cotilleos. No escribe mal, o sí, si te repugna el barroquismo gratuito y pretencioso que destila.

21 de marzo de 2013

Ivet

La aventura del tocador de señoras de Eduardo Mendoza.

100 páginas máximo. No hay duda de que sabe escribir y de que el humor es su característica principal, pero la trama detectivesca y el excesivo esmero en hacer gracia le dan un toque infantil que resta calidad. Cuando no hay una sobredosis, el humor está bien, pero todo lo demás resulta muy trillado como para que alguien se tome en serio esta novela. Para pasar el rato puede valer.

20 de marzo de 2013

Volví a pensar en el mesón

El malogrado de Thomas Bernhard.

Segunda lectura. Ratifico lo que escribí la primera vez. Bernhard me parece un gran escritor pero aquí la forma tiene demasiado protagonismo. No es mal libro, es una construcción interesante, pero cojea un poco en su contenido que se hace repetitivo y da muestras de debilidad en las últimas páginas.

*Comentario añadido despúes. Corrijo: he estado pensando acerca del libro y no sé si es una idealización personal de la obra, pero es probable que Bernhard quisiera que el artificio destacara más que el contenido para representar precisamente eso, a un malogrado, a un fracasado, un ser que se preocupa más de la forma que del contenido, más de las notas que del sentimiento que pone en ellas, más de las palabras que del mensaje que llevan; y a su vez, estar haciendo un retrato de sí mismo y de la literatura en general, ambos incapaces de alcanzar la pureza total debido a una obsesión por el lenguaje. Creo que estamos ante otra obra maestra del amigo Thomas.

Or Ex

Asesinato en el Orient Express de Agatha Christie.

Pocas páginas mantuve. ¿10? El autor/autora probablemente sea un robot. Esa prosa no la ha creado un individuo sino una fábrica de novelas, de ahí que el lector observe anonadado cómo sin la voluntariedad de un artificio una narración puede parecer artificial, como si fuera obvio que el texto estuviera hecho para ser leído/para ser vendido. Llámame ignorante.

12 de marzo de 2013

Expiritualidad

Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta de Robert M. Pirsig.

Divagando sobre el concepto calidad. En un primer momento pensé que el autor estaba dando en el clavo, que estábamos tratando cosas serias de verdad, incluso pensé que sería capaz de leerlo entero, sin embargo, se diluye, la dispersión difumina la pintura de tu aerosol. Literariamente es un cero, supongo que el autor es consciente de ello. ¿Sí? Pues toma sobredosis de intelectualidad e ideas y círculos sobre el mismo tema hasta el punto de perder el sentido y convertirse en un juego intelectual que no lleva a ninguna parte. Demasiada razón metida en sí misma buscando razones para cosas que salen de la razón, o no, todo salpimentado con racionalidad y un ligero atisbo de ¿espiritualidad?, no sé si me entiendes ni si te entiendo ni me importa. Muchas veces el autor no sabe ni lo que está diciendo. Entiende de espiritualidad lo que yo de motos, y encima no sabe explicarse. Nietzsche te diría que enturbias tus aguas para hacerlas parecer más profundas (seguro que esta frase ya la he usado antes por aquí). Creo que sé lo que quieres decir, creo, pero está expresado con tanta racionalidad y tanto círculo que me agotas y creo que no hay profundidad alguna, sólo un puzzle mental, creo.