23 de enero de 2015

Lumia

El moralista de Felipe Trigo.

En un tren. Una prostituta seduce a un militar. El protagonista (el moralista) miente al militar para rescatarlo de la seducción de la prostituta, lo que según él es algo malo. Más tarde, cuando el moralista se queda a solas con la prostituta, intenta seducirla pero ésta lo rechaza. Al final, cuando llegan a su destino, se ve que la mujer no era una prostituta y que tiene marido; el protagonista también tiene mujer e hijos. El autor enfrenta los conceptos de amor y matrimonio y al mismo tiempo muestra cómo el juicio moral es subjetivo y se transforma de acuerdo al resultado (cuando intenta seducirla, la mujer le parece bellísima e inteligente, pero cuando le rechaza se convierte en un ser despreciable; otro tanto se le podría aplicar a él). Nada del otro mundo, pero se lee en un momento.

17 de enero de 2015

Güinter City

La ciudad en invierno de Elvira Navarro.

Relatos más o menos relacionados entre sí cuya trama y aspecto humano devoran al resto de elementos (si es que hay otros elementos). Escritura correcta a la par que efectista en sus giros. Literatura estándar. Altas dosis de intrascendencia. Cuando cierras el libro se escucha un eco que rebota entre las páginas: "mediocridad cridad idad ad...".

5 de enero de 2015

Speichermacher

Austerlitz de W. G. Sebald.

Esto es una mezcla de Zweig y Bernhard pero en estático, sin ritmo, a cámara lenta, masticando las palabras cuarenta veces, como recomienda la ley, logrando que el texto resulte bastante aburrido. Un narrador que nos cuenta lo que otro narrador le cuenta (véase la pareja austriaca anterior) e incluso a veces otro narrador más incrustado en el interior (en jerga: narradores intradiegéticos). Sebald sabe escribir, el problema es que es plúmbeo. La suma de enumeraciones anodinas, descripciones tan excelsas como irrelevantes y un estilo parsimonioso, castigan mucho a los párpados. El tema central es la memoria y cómo la identidad, en gran medida, se sustenta gracias a los recuerdos. El texto muestra el intento de Austerlitz por descubrir su pasado y hacer brotar esa sensación de pertenencia que nunca tuvo. Incluye fotos en blanco y negro (capturas de un instante, que lo inmortalizan y hacen que se repita eternamente), charlas sobre sus padres adoptivos, recuerdos fugaces sobre su familia original, su huida de República Checa durante la Segunda Guerra Mundial, etc. Una novela que deleitará a los que disfrutan con esos personajes que escarban por los callejones más oscuros de la memoria con el fin de reconocer algo sólido y aferrarse a ello.