13 de septiembre de 2024

Pero Perogrullo...

Blancura
de Jon Fosse.

Me adentré en el texto y no me marché hasta el final, pese al estilo seco y repetitivo y pese a la historia repetitiva y a que el hombre se pierde en el bosque y no deja de hacer bobadas e idioteces, no cabe duda de que es un hombre insensato, aunque no tarda en ver a la criatura luminosa con su blancura amable y acogedora y eso sacia la sed del lector un ratito, pero el hombre sigue mirando hacia el interior de una nada vacía y esa nada es poco trascendental, tan poco trascendental que es nada, nada de nada, y por un momento pensé que esta sería una de las primeras novelas de Fosse, ya que el estilo y el contenido están menos pulidos que en Trilogía o Mañana y tarde (aquí y aquí), pero cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que era la última, 2023, y cómo me sorprendió descubrir que aquí la obsesión de Fosse con los planos oníricos, la imaginación y la muerte no cobra vida y no se convierte en una nada que respira, una luz singular o una blancura espiritual, sino en una negrura fútil.

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