19 de febrero de 2014

Para quemarse a lo bonzo

Una caja de cerillas de Nicholson Baker.

Buenos días, son las 4:57 a.m. y soy una bola rodante, llámame Matojo, de esas que aparecen en las películas del Oeste y que transgredieron el género y actualmente se utilizan como recurso humorístico para expresar el aburrimiento. Dícese de la novela en la que no pasa nada y se le atribuyen fenómenos existencialistas. Buenos días, son las 5:11 a.m., ahora no se me ocurre nada que decir así que os describiré cómo enciendo la chimenea y cómo mi pata, hembra del pato, inspecciona troncos de madera en busca de insectos para nutrirse. Buenos días, son las 4:34 a.m., hoy que el número es capicúa voy a hacer algo especial, voy a tomarme una taza de café frente a la chimenea, pero antes quiero que observéis cómo manejo las cerillas con una mano. Buenos días, son las 4:55 a.m., el libro era una broma y el editor se lo ha comido, claro ejemplo de que una vez que tienes un nombre da igual lo que escribas.

2 comentarios:

  1. Alto y claro. 7:32 p.m., no inflar la lista de pendientes con la caja de cerillas de Nicholson Baker. Me quemaré los dedos.

    Gracias y un saludo ;)

    ResponderEliminar