Empiezas a leer y parece que la novela no empieza nunca. Imagen: el autor frotando una cerilla contra el lateral de la caja pero ésta no arde y el rozamiento acaba consumiendo fósforo y madera, sin llama alguna. Novela que enfoca lejos de sí misma, como si lo que importara
estuviera fuera del texto. Hay un desplazamiento claro, un hueso dislocado, una
luxación de contenido. El centro de la narración no está en el texto, todo
viene del exterior. Comparte más de lo que crea y eso que comparte es bastante aburrido. Al que le interese la historia o la política de México, bienvenido, lo mismo disfruta, pero para los demás... Salvamos la prosa y miramos hacia otra parte.
Anora
Hace 1 hora
Así a bote pronto me hace recordar a “Lejos de Veracruz” de Vila-Matas. Sí, ya sé que hay una especie de ‘conexión metafísica’ entre ambos, pero aún no he leído nada de Pitol… a ver en el 14 (por cierto, buena entrada de año).-
ResponderEliminarKrust
EliminarAunque uno sea español (y le guste leer) el señor don Enrique Vila-Matas no es la medida de todas las cosas. O no debería serlo ¿no cree?.
Seguro que sí. ;-)
Ni idea de ese libro ni de la "conexión metafísica".
EliminarGracias y feliz año :)