El reino de Emmanuel Carrère.
Emmanuel descubre la fe con 33 años y comparte todo el proceso. El prólogo y la primera parte, aunque son algo repetitivas, entretienen moderadamente.
La parte II es harina de otro costal, ya que el autor empieza a hablar exclusivamente de religión, alejándose de los elementos personales que le daban vidilla al texto y la cosa se complica.
Cuando el contenido autobiográfico desaparece casi por completo, el texto se convierte en una travesía por el desierto del cristianismo que sólo puede ser disfrutada por un creyente o alguien con intereses religiosos.
Alrededor de la página 150 empiezo a tirar diagonales a ver si aparece algo sugerente y para mi asombro, todo se limita a ser una relectura de la Biblia con muy pocos aspectos actuales y con poca conexión con la voz que narra.
Acaba siendo una experiencia religiosa en el sentido más literal y soporífero. Una loa monótona al monoteísmo.
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Hace 30 minutos
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