Esta herida llena de peces de Lorena Salazar Masso.
Recorremos el desierto en canoa y nos da para soñar que estamos navegando por ríos literarios más sagaces. En 64 páginas encuentro agua seca y un vacío que moja. Acabo empapado pero evito el ahogamiento, pues no hay sustancia que subyugue a mis branquias, ya que carezco de ellas.
Rubem Fonseca: El salvaje de la ópera
Hace 6 horas
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