Body & Soul de Frank Conroy.
Tanto la reseña como la novela que nos ocupan hoy las podría haber escrito Arnold Schönberg.
Bildungsroman/coming of age en la que un genio musical desarrolla su talento gracias a la ayuda del dueño de una tienda de música.
El comienzo de la historia es magnífico. Conroy logra que conectemos con el personaje del niño y su acercamiento al tema de la música toca las teclas adecuadas.
Que levante la mano el que quiera hacer dodecafonismo literario.
A las 150 páginas la novela empieza a hacerse repetitiva; se convierte en un curso intensivo de teoría musical un tanto laborioso, sobre todo por la ausencia de incidentes interesantes.
A las 303 lo dejo. 303/447. Edición en inglés de Hamish Hamilton.
Estas reseñas son un campo abierto para probar todo tipo de cosas, ¿eh Arnold? Aunque al final todo se quede en un juego inofensivo.
La mayor virtud de esta novela es el respeto y la delicadeza con la que trata la música. Su mayor defecto es que las disonancias son demasiado prominentes. ¿Paradójico?
Sobran descripciones y los personajes no logran convencer del todo. El tema es apasionante, pero se presenta de una manera algo fría y distante. La indolencia sostenida del niño acaba contaminando al texto.
El desarrollo le parecerá lento hasta a una persona que esté metida en temas de música (guiño). Imagino que a alguien sin estos intereses le resultará muy aburrida.
Curioso que el protagonista critique la falta de feeling de la música atonal de Schönberg y el libro sea tan arnoldino.
Y doce.
Anora
Hace 2 horas
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