Elena sabe de Claudia Piñeiro.
Me dio por hojearlo en la biblioteca y vi que las dos citas que abren el libro eran de Thomas Bernhard, así que se vino a casa conmigo. Me encontré una aglomeración de detalles banales junto a una prosa sin pulir y a las 76 páginas lo dejé de lado y pensé que lo mejor del libro probablemente fueran las dos citas de Bernhard. Esto a su vez desencadenó en mi interior una duda importante: esas citas iniciales, más allá de su sentido, ¿no deberían ser escogidas también porque el espíritu de la obra del autor citado se asemeja al de la obra que estamos a punto de leer?
El realismo socialista
Hace 1 hora
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