La clase de griego de Han Kang.
Me sorprende encontrarme en la página 130 y no tener más ganas de seguir leyendo, sobre todo porque La vegetariana (comentado aquí) me gustó bastante.
Novela que se centra en una mujer surcoreana que va a clase de griego y en su profesor. La prosa es delicada, hay pasajes poéticos resultones y los personajes demuestran inquietudes lingüísticas (algo que siempre suma). Y hasta ahí lo positivo.
El primer problema aparece pronto: el cambio de perspectiva. La narradora habla de la chica sordomuda en tercera persona y luego hay capítulos en primera persona. Uno al principio piensa que esa primera persona es ella hablando, pero luego resulta que es el profesor, lo cual te obliga a hacer un ejercicio de recolocación, pasando todos los elementos que delineaban al personaje femenino al masculino. Dudo mucho que la autora creara la confusión voluntariamente, puesto que resulta perjudicial para el texto.
Incluso achacando esa confusión a mi ineptitud lectora (en mi defensa alegaría cansancio producido por el día a día con dos hijos), esto no deja de ser un recorrido por la memoria de los personajes que es poético pero muy poco estimulante. Le falta dirección a la trama y la fragmentariedad, como no aporta gran cosa, acaba convirtiéndose en dispersión.
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