Una mujer quiere visitar a su hermano y para ello tiene que "cruzar". Spoilers ahead... Herrera traza una analogía entre cruzar la frontera de México hacia Estados Unidos y el descenso al inframundo de la mitología prehispánica. Los nueve capítulos de la novela representan los nueve niveles del Mictlán. Herrera vuelve a hacer gala de una expresividad mortífera, mezclando expresiones mexicanas y propias con un lirismo endemoniado. También incluye algunas ambigüedades que le dan un toque misterioso a la historia.
Aunque la novela me ha gustado, sí que percibo ciertos desajustes conceptuales. Herrera hace colisionar la idea de inframundo con la migración a EE. UU., pero esa colisión no es totalmente convincente, faltan aristas. Al mismo tiempo, el autor aplica un ojo crítico a algunos asuntos (el matrimonio gay, el trato policial que sufren los migrantes, la política norteamericana...) pero la inclusión de estos temas choca ligeramente con la atmósfera mitológica de la historia. Aun así, insisto: a pesar de estos tropiezos, la potencia verbal de Herrera es difícil de ignorar.
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