Bienvenidos al Campeonato Internacional de Ocurrencias Tecnológicas. El escritor al que se le ocurran más artilugios, apps, dispositivos, programas y parafernalias futuristas varias se llevará gorra y pin de Random House, con serigrafía y grabado a troquel de la cara de David Foster Wallace.
Sí amigos, así es, Dave quiere ser David y no le llega. Cree que la acumulación de gimmicks tecnológicos es una demostración de ingenio y puede servir de motor de una novela. Entiendo que el autor trata de ambientar la historia en una sociedad del futuro, pero lo hace de forma poco sutil y con una prosa y unos personajes que son meramente funcionales. Todo es extremadamente artificial, obvio y literal.
*No voy a desvelar en qué página abandoné el libro porque seguro que alguna de las megaempresas que nos vigilan está atenta y puede utilizar el dato en mi contra.
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