La construcción inicial de la premisa es bastante lenta. Sobran detalles irrelevantes. Boyle plantea una especie de Gran Hermano (el reality show de la tele) con científicos y expertos medioambientales, con la excusa de que la Tierra va a acabar siendo destruida por el ser humano y hay que hacer pruebas en un ecosistema cerrado, artificialmente creado, por si nos da por poblar otros planetas. La historia la narran tres personajes: el líder masculino del grupo, una de las mujeres seleccionadas para la misión y una no seleccionada. Y empiezan los patinazos (spoilers desde aquí):
- Participan ocho personas cualificadas en una misión en la que se han invertido millones de dólares... ¿y cada día tiene que cocinar uno para todo el grupo? ¿No pueden contratar a un cocinero?
- Estas personas pueden recibir visitas, pero el lugar para las visitas está diseñado de tal manera que te pueden espiar los compañeros.
- Se supone que es una misión científica, pero puede haber turistas y periodistas observando en todo momento, incluso sin la supervisión de un encargado o un guía. En la página 199 se menciona que hay taquilla para comprar entradas. Uno se pregunta qué seriedad tiene un experimento científico en el que la gente puede pagar para verlo, como si fuera un espectáculo.
- Hay que darle una colleja a la editorial porque hay varias erratas importantes: "rallos ultravioletas", "Star Treck", etc.
Más allá de los errores puntuales, lo que hace que uno deje el libro (llegué hasta la página 249) es que todo parece estar al servicio del marujeo telenovelesco. Que si uno piensa mal de mí, que si la otra es guapa o fea, que si el otro ha hecho x y es inaceptable, uy fíjate tú. Los personajes son básicos, infantiles y no tienen ninguna profundidad psicológica, por no hablar de sabiduría o sensatez. El relato pierde más credibilidad todavía si tenemos en cuenta que esta gente representa a la élite social.
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