23 de junio de 2023

Ni G ni F

G.
de John Berger.

Leí
9
7
d
e
3
3
5
Ni fu ni fa, silba Umberto.
Do re mi fa sol, silbo yo.
C D E F G, silba John.
Innovo a cada paso que doy.
Eso piensa Berger.
No es un vergel este texto.
Estructuralmentememorable.
Perdón...
Estructural
mente
memorable.
Sí, para el lector de los años 70.
Hoy no.
G. no funciona.
Hoy no sale el sol.
Picotazos de pretenciosidad extrema.
Tengo citas.
Historia going nowhere.
Sin sabor.
Interrupciones gratuitas del narrador. Hachazos de metaficción.
Ideas grandilocuentes bañadas de oscuridad.
Algún destello prosístico.
Poco más.
Dolor prostático quizás.
Ejemplo de su magia conceptual:
"Toda la historia es historia contemporánea; no en el sentido más común de la palabra, conforme al cual la historia contemporánea significa la historia del pasado relativamente reciente, sino en sentido estricto: el de la conciencia de la actividad de uno tal cual uno la realiza. La historia es así el propio conocimiento de la mente viva. Pues aun cuando los acontecimientos que estudia el historiador sucedieran en el pasado distante, la condición para que sean históricamente conocidos es que vibren en la mente de éste".
Es decir:
Toda la historia es contemporánea porque su existencia depende de que un historiador vivo la active en su mente.
O sea:
Berger se enreda las manos con sus propios telares hasta perder el control de lo que señalan sus dedos.
Un solete.
Un soplete.
Un
sol
dador.

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